"A ver qu¨¦ juez se atreve a derribar esto"
500 familias conviven en tres urbanizaciones edificadas sobre suelo r¨²stico en Mejorada
Los agentes del Seprona (Servicio de Protecci¨®n de la Naturaleza de la Guardia Civil) ense?an tres urbanizaciones de Mejorada del Campo -Villaflores, Balc¨®n de Mejorada y El Tallar- como paradigma de la construcci¨®n ilegal. "Empiezan por una casita para las herramientas, luego se hacen un chal¨¦ al lado y como ven que no pasa nada, van a por la piscina", explica uno de los agentes. Las tres est¨¢n construidas sobre suelo r¨²stico, sin licencia de obra y sin la supervisi¨®n del colegio de arquitectos. Son 500 casas, cerca de 2.000 vecinos. Algunos llevan 20 a?os viviendo all¨ª.
La entrada a esta especie de pueblo ilegal se llama calle Para¨ªso. Fueron sus propios habitantes los que en una junta de vecinos decidieron c¨®mo iban a bautizar las calles o esos caminos de tierra que separan largas hileras de viviendas. Las hay para todos los gustos dependiendo de las aficiones de sus inquilinos: con piscina, con jard¨ªn, con huerta, con gallinero, con panales de abejas e incluso con alojamientos para halcones. Hay chal¨¦s de dise?o cl¨¢sico y otros m¨¢s audaces, con sus propias c¨²pulas, caballos de piedra en la entrada y hasta tres pisos de altura. A cambio de todos estos antojos arquitect¨®nicos, los vecinos batallan cada d¨ªa con las incomodidades propias de una urbanizaci¨®n ilegal: no tienen suministro de luz, ni de agua, ni servicio de recogida de basuras...
Los vecinos compraron las farolas y obtienen luz el¨¦ctrica con grupos electr¨®genos
Con el agua, lo han probado casi todo: contratar a un cami¨®n cisterna que la repart¨ªa casa por casa; rob¨¢rsela a la Compa?¨ªa Log¨ªstica de Hidrocarburos (CLH) y compr¨¢rsela despu¨¦s a un precio pactado; rob¨¢rsela a Canal de Isabel II y empezar a pag¨¢rsela tras lograr un contrato provisional con la empresa de abastecimiento despu¨¦s de encerrarse en el Ayuntamiento en se?al de protesta y abonar la deuda acumulada: 130.000 euros.
Con la luz, m¨¢s de lo mismo. Algunos chal¨¦s tienen placas solares. En su d¨ªa, los vecinos compraron 100 farolas y se engancharon a Fenosa. Hoy tienen generadores de gasolina que hay que cambiar cada 12 horas, raz¨®n por la que una de las viviendas que se est¨¢n construyendo es la del nuevo encargado de mantenimiento. "Le damos casa gratis, 1.200 euros al mes de sueldo, con seguro, para que est¨¦ pendiente. ?Es un inmigrante h¨²ngaro y est¨¢ encantado!", afirma Miguel ?ngel Mart¨ªnez, vecino de El Tallar y uno de los inquilinos m¨¢s antiguos.
El Seprona de la Comunidad de Madrid tard¨® m¨¢s de dos meses en rellenar cientos de folios sobre estas tres urbanizaciones ilegales. El atestado se encuentra pendiente de resoluci¨®n en los juzgados de Coslada (Madrid) desde marzo de 2005. "Corroboramos el delito, hacemos el atestado y se lo enviamos al juez. Ah¨ª termina nuestro trabajo. No podemos hacer m¨¢s, y a ver qui¨¦n es el juez que se atreve a demoler las casas de 500 familias", lamenta uno de los agentes de Seprona.
Los vecinos tambi¨¦n son conscientes de que su ¨²nica baza es la presi¨®n demogr¨¢fica. "Yo fui de los primeros. Cuando constru¨ª mi casa me la estaba jugando, me arriesgaba a que me la tiraran porque estaba solo, pero ahora somos muchos y estamos m¨¢s abrigados. Me animo mucho cuando veo que hay vecinos nuevos", explica Miguel ?ngel Mart¨ªnez. Compr¨® su parcela de 2.500 metros cuadrados por 500.000 pesetas (3.000 euros) hace 23 a?os. Supo que el terreno que hab¨ªa comprado era r¨²stico y no urbanizable poco despu¨¦s, cuando un juzgado de Madrid conden¨®
a seis a?os de c¨¢rcel por estafa al promotor que le hab¨ªa prometido que podr¨ªa construir all¨ª su chal¨¦. "Esper¨¦ un tiempo prudencial y como vi que nadie nos solucionaba el tema, vend¨ª mi piso y levant¨¦ aqu¨ª mi casa", explica.
Una de sus vecinas es Cristina Carrascosa, concejal del PP en el Ayuntamiento de Mejorada. "Lleg¨® hace pocos a?os pero no se mueve por la legalizaci¨®n. El ayuntamiento no nos da ning¨²n servicio pero pagamos el IBI", dice Miguel ?ngel. Los primeros inquilinos llegaron hace m¨¢s de 20 a?os y los ¨²ltimos est¨¢n construyendo ahora sus chal¨¦s en los trozos de parcela que les han cedido sus padres ante la dificultad de que se emancipen por la v¨ªa legal, m¨¢s cara. "En frente venden chal¨¦s por 420.000 euros. Aqu¨ª, por 600 euros el metro cuadrado te levantas una casa. S¨®lo pagas los materiales y la mano de obra", a?ade.
"Cada vez se complica m¨¢s porque funcionan con una pol¨ªtica de hechos consumados. Tenemos que parar esa indisciplina urban¨ªstica. En la ¨²ltima reuni¨®n decidimos que lo mejor era incluirlos en el pr¨®ximo Plan General", explica Fernando Pe?aranda, alcalde de Mejorada (PSOE). El principal obst¨¢culo para la legalizaci¨®n es el vertedero de residuos s¨®lidos urbanos de la Rendija II. "No puede edificarse a menos de dos kil¨®metros, y est¨¢n a ver qui¨¦n se va antes, si los del vertedero o ellos", a?ade Pe?aranda.
Hotel r¨²stico de lujo e ilegal
Coronando las tres urbanizaciones ilegales, en lo alto de una colina, lindando con el vertedero de residuos t¨®xicos y peligrosos a un lado y con el de residuos s¨®lidos urbanos al otro, se encuentra el hotel Alcobas R¨²sticas, hoy cerrado por orden del juez y tan ilegal como las 500 casas que lo rodean.
Su problema es el mismo que el de Villaflores, Balc¨®n de Mejorada y El Tallar: est¨¢ construido sobre suelo r¨²stico y sin licencia de obra del Ayuntamiento. Adem¨¢s de la orden de cierre, tiene otra de derribo, paralizada, de momento, en el juzgado.
"Derribar 500 viviendas ser¨ªa una soluci¨®n muy dr¨¢stica. Nadie est¨¢ pensando en eso; pero en el caso del hotel el proceso contra la indisciplina urban¨ªstica es m¨¢s duro porque tiene un fin lucrativo", explica el alcalde de Mejorada del Campo, Fernando Pe?aranda (PSOE).
Ofrec¨ªa habitaciones "r¨²sticas de lujo, con suites y jacuzzi para los m¨¢s exquisitos", seg¨²n la publicidad, y a pesar del enclave geogr¨¢fico, ten¨ªa una buena lista de clientes, seg¨²n constataron los agentes de Seprona y los vecinos de las urbanizaciones pr¨®ximas.
"Ven¨ªan muchas parejitas, y los fines de semana iba mucha gente de la urbanizaci¨®n a tomar algo al bar, a tomar el sol, a la piscina... Fue una pena que lo cerraran", lamenta Miguel ?ngel Mart¨ªnez, vecino de El Tallar.
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