C¨¦lula de universalidade
JAVIER MORENO
La edici¨®n de EL PA?S en Galicia, cuyo primer ejemplar tiene el lector ahora mismo en sus manos, constituye un proyecto largamente acariciado por los responsables del diario y que, finalmente, me ha tocado a m¨ª, que apenas llevo seis meses en el cargo de director, poner en marcha. No podr¨ªa imaginarme un arranque que sintetice mejor los proyectos que este peri¨®dico alberga para los pr¨®ximos a?os: ser, al mismo tiempo, el referente de la globalidad en espa?ol para una amplia comunidad a ambos lados del Atl¨¢ntico, y servir al ciudadano, desde la cercan¨ªa m¨¢s absoluta, a formarse su propio criterio, con rigor, profesionalidad, honestidad e independencia, los valores sobre los que se ha cimentado EL PA?S desde su fundaci¨®n.
?Por qu¨¦ raz¨®n representa tan bien Galicia esta s¨ªntesis? Muy sencillo. En torno a 1918, cuando se crearon aqu¨ª las Irmandades da Fala, esta instituci¨®n fundamental en el desarrollo del galleguismo y de la cultura de Galicia eligi¨® como lema un frontispicio que sirve hoy para entender este pa¨ªs y para animar cualquier ambici¨®n pol¨ªtica, social o cultural moderna. Galicia, dec¨ªan los fundadores de Irmandades da Fala, es "c¨¦lula de universalidade".
A lo largo de los a?os, en peores y en mejores circunstancias, la cultura gallega ha mantenido ese empe?o de universalidad, y la consecuencia es hoy un abecedario lleno de figuras que han traspasado fronteras teniendo aqu¨ª siempre sus ra¨ªces. Y, al tiempo, ese mismo esp¨ªritu de emprendimiento y de recepci¨®n de ideas modernas y universales ha impregnado la creaci¨®n, la empresa y hasta la pol¨ªtica.
Sin las estridencias que parecen evidenciarse en otros ¨¢mbitos, ese ¨²ltimo rengl¨®n, la pol¨ªtica, merece en Galicia una consideraci¨®n especial; en medio de todos los conflictos a los que la vida diaria nos convoca, la pol¨ªtica gallega ha solido ser un espejo de sentido com¨²n y de entendimiento. Tambi¨¦n de respeto mutuo.
Pero donde aquella invocaci¨®n de Irmandades da Fala ha tenido una consecuencia mayor, m¨¢s estimulante, ha sido en el desarrollo de la propia cultura. No es ¨¦ste el sitio para desgranar aquel abecedario, desde Otero Pedrayo o Ram¨®n Cabanillas hasta nuestros d¨ªas, pasando por el gran Ram¨®n del Valle Incl¨¢n. La ra¨ªz gallega de la cultura siempre ha tenido esa ambici¨®n de volar, con los valores de la historia, a la conquista de la universalidad y del futuro.
A esta "c¨¦lula de universalidade" quiere EL PAIS contribuir ahora. Lo queremos hacer profundamente comprometidos con la historia de los gallegos, contribuyendo a que el futuro sea mejor. Y queremos contar lo que sucede en todos los ¨¢mbitos, con el esp¨ªritu de entendimiento y de relato de la actualidad que siempre han distinguido a EL PA?S. Este peri¨®dico (es decir, sus periodistas) se ha esforzado siempre en poner a disposici¨®n de sus lectores los elementos necesarios para que fundamenten sus decisiones, ampl¨ªen su mirada, participen en la gesti¨®n democr¨¢tica de la vida p¨²blica y se sientan parte de una comunidad global, de Santiago a Buenos Aires, Sevilla, Madrid o Ciudad de M¨¦xico. A eso venimos a Galicia.
Ten¨ªamos esta asignatura pendiente, estar en Galicia con una edici¨®n atenta a la realidad gallega, directamente enraizada con lo que sucede aqu¨ª a diario. Desde hace tiempo esa ambici¨®n de estar con ustedes, participando de esta "c¨¦lula de universalidade", requer¨ªa de un esfuerzo y un compromiso especial. Aunque desde sus primeros a?os el peri¨®dico propici¨® un amplio tratamiento de lo que ocurre aqu¨ª, y para nosotros ha sido muy importante la contribuci¨®n de muchos gallegos en la construcci¨®n del peri¨®dico, hoy es el d¨ªa en el que EL PA?S es m¨¢s gallego, con la intenci¨®n de ayudar, como uno m¨¢s, a escribir el futuro de este pa¨ªs.
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