Los obispos censuran al Gobierno y admiten "indulgencias" para etarras arrepentidos
Espa?a "vuelve a hallarse dividida y enfrentada" porque se est¨¢n abriendo "viejas heridas de la Guerra Civil" por culpa de una utilizaci¨®n de la "Memoria Hist¨®rica guiada por una mentalidad selectiva". Este es uno de los diagn¨®sticos de la Conferencia Episcopal Espa?ola (CEE), seg¨²n su portavoz, el jesuita Juan Antonio Mart¨ªnez Camino, que ayer resumi¨® para la prensa la anunciada Instrucci¨®n Pastoral de los prelados. Los prelados entran en pol¨ªtica tambi¨¦n para reclamar "la mejora de la democracia" en un aspecto que centra estos d¨ªas las cr¨ªticas del PP al Gobierno socialista y contra varios dirigentes del PSOE. "Es absolutamente necesario respetar el recto funcionamiento de las instituciones, especialmente la autonom¨ªa del poder judicial y la libertad de los jueces", reclama el episcopado.
"Es absolutamente necesario respetar el recto funcionamiento de las instituciones, especialmente la libertad de los jueces"
ETA no es "interlocutor pol¨ªtico" de nadie, pero el Estado puede ser indulgente con los terroristas cuando dejen la violencia
La Conferencia Episcopal dice que se abren "viejas heridas de la Guerra Civil" por utilizar una "Memoria Hist¨®rica selectiva"
La pastoral critica tambi¨¦n toda negociaci¨®n con ETA, aunque sin descartar "indulgencias" si los terroristas abandonan la violencia. "La justicia, que es el fundamento indispensable de la convivencia, quedar¨ªa herida si los terroristas lograran total o parcialmente sus objetivos por medio de concesiones pol¨ªticas que legitimaran falsamente el ejercicio del terror", a?aden los prelados. Tambi¨¦n dicen que "a nadie le es l¨ªcito buscar ventaja pol¨ªtica en la existencia" del terrorismo. En consecuencia, exhortan a los partidos a "anteponer la uni¨®n a sus diferencias pol¨ªticas o de estrategia".
La pastoral, que ayer estaba recibiendo los ¨²ltimos retoques "de redacci¨®n", se titular¨¢ Orientaciones morales ante la situaci¨®n actual de Espa?a y ha sido apoyada por la inmensa mayor¨ªa de los 80 obispos con derecho a voto (63 a favor, seis en contra, tres abstenciones, un voto nulo y siete ausencias). Ser¨¢ presentada en sociedad en las pr¨®ximas semanas y aborda de pasada el problema de la unidad de Espa?a como "bien moral", pese a las pretensiones de los cardenales Antonio Mar¨ªa Rouco (Madrid) y Antonio Ca?izares (Toledo).
Los obispos dicen haber redactado este documento excepcional para "animar a los cat¨®licos a participar activamente en la vida p¨²blica", y para ayudar a descubrir las "implicaciones morales de la situaci¨®n actual, con la convicci¨®n de que ello es un requisito indispensable para una sana vida democr¨¢tica".
La Memoria Hist¨®rica
La Instrucci¨®n Pastoral empieza destacando "dos datos relevantes en la historia reciente de Espa?a", uno positivo y otro negativo: el advenimiento de la democracia y el desarrollo "alarmante" de un laicismo "radical y excluyente". En el primer caso, los obispos elogian "los grandes valores morales que, sobre el trasfondo espiritual de la reconciliaci¨®n, hicieron posible la Constituci¨®n de 1978, que ha propiciado 30 a?os de estabilidad y prosperidad", y subrayan "el importante papel que la Iglesia y los cat¨®licos jugaron en el establecimiento de la democracia".
Inmediatamente, los prelados clavan el primer rej¨®n sobre la actualidad pol¨ªtica al afirmar que "la reconciliaci¨®n [est¨¢] amenazada", achacando esa circunstancia a una "utilizaci¨®n de la Memoria Hist¨®rica guiada por una mentalidad selectiva". Esta referencia a la legislaci¨®n del Gobierno socialista en la materia, recogida por la pastoral, fue remachada ayer por el portavoz de la CEE ante los periodistas. Dijo: "La sociedad espa?ola vuelve a hallarse dividida y enfrentada; se abren las viejas heridas de la Guerra Civil". No es ese el ¨²nico tir¨®n de orejas que alcanza al Ejecutivo de Rodr¨ªguez Zapatero.
La pastoral enjuicia tambi¨¦n la legislaci¨®n socialista en materia bio¨¦tica. "El laicismo radical est¨¢ en la base de legislaciones que deterioran gravemente el bien com¨²n de una sociedad formada en buena parte por cat¨®licos", afirman.
Sobre la negociaci¨®n con ETA, la instrucci¨®n pastoral acude a la vieja doctrina episcopal: "Una sociedad que quiera ser libre y justa no puede reconocer expl¨ªcita ni impl¨ªcitamente a una organizaci¨®n terrorista como representante pol¨ªtico leg¨ªtimo de ning¨²n sector de la poblaci¨®n, ni puede tenerla como interlocutor pol¨ªtico". Los prelados dejan una puerta abierta para que el Estado sea indulgente con los terroristas si abandonan la violencia. Dicen: "Una sociedad madura, y m¨¢s si est¨¢ animada por un esp¨ªritu cristiano, podr¨ªa adoptar en algunos casos alguna medida de indulgencia que facilitara el fin de la violencia, pero nada de esto se puede ni se debe hacer sin que los terroristas renuncien definitivamente a la violencia". No falta en la pastoral una cita a las v¨ªctimas del terrorismo, a las que se expresa solemnemente "afecto, respeto y solidaridad, extensibles a familiares, amigos y personas que han sufrido directa o indirectamente el terrorirsmo".
Nacionalismo sosegado
Tambi¨¦n enjuician los prelados al nacionalismo "y sus exigencias morales", con la idea, dicen, de "aportar una palabra sosegada que ayude a orientarse en la valoraci¨®n moral de los nacionalismos en la situaci¨®n concreta de Espa?a". Despu¨¦s de reconocer "la legitimidad de las posiciones nacionalistas" siempre que, "como todo proyecto justo", se refieran al bien com¨²n de "toda la poblaci¨®n afectada", la pastoral recomienda que se act¨²e "con la m¨¢xima responsabilidad, respetando la verdad de los hechos y de la historia, considerando los bienes de la unidad y de la convivencia de siglos y gui¨¢ndose por criterios de solidaridad y respeto hacia el bien de los dem¨¢s".
La idea de que la pastoral deb¨ªa ilustrar a fondo sobre c¨®mo la unidad de Espa?a es, seg¨²n el sector m¨¢s conservador del episcopado, "un bien moral" en peligro, apenas merece la atenci¨®n de los prelados, al menos en la redacci¨®n final. El portavoz de la CEE subray¨® ayer, incluso, que esa definici¨®n "nunca" ha sido planteada internamente, aunque s¨ª el que "la unidad hist¨®rica, cultural y espiritual es un bien que ha de ser tratado con criterios morales". Mart¨ªnez Camino remach¨®: "Todos los bienes han de ser tratados de manera moralmente adecuada".
En cambio, los obispos dedican un largo cap¨ªtulo de su pastoral, titulado Discernimiento y orientaciones morales, a desgranar ideas sobre democracia y moral -"La democracia y los procedimientos democr¨¢ticos no son la ¨²ltima referencia moral de los ciudadanos: los fundamentos prepol¨ªticos de la democracia radican en la verdad del ser humano", se?alan-; sobre el servicio al bien com¨²n, como "fundamento de valor y de la excelencia de la vida p¨²blica", o sobre c¨®mo mejorar en aspectos como la justicia. "Es absolutamente necesario respetar el recto funcionamiento de las instituciones, especialmente la autonom¨ªa del poder judicial y la libertad de los jueces", dicen.
La comuni¨®n y los motivos del voto
Suele decirse que en la Conferencia Episcopal Espa?ola (CEE) se somete a votaci¨®n la existencia de Dios y sale alg¨²n voto en contra. As¨ª parec¨ªa en los tiempos en que el obispo Guerra Campos, de Cuenca, anunci¨® que no volver¨ªa a pisar la CEE mientras la presidiera el cardenal Taranc¨®n; o cuando nada menos que el primado de Espa?a, cardenal Marcelo Gonz¨¢lez, con muchos de sus pares, reclam¨® con gran pasi¨®n votar no en el refer¨¦ndum constitucional de 1978.
El portavoz episcopal presumi¨® ayer, en cambio, de que "la comuni¨®n entre los obispos pocas veces ha sido tan estrecha como ahora". "Ha habido una unanimidad moral. Hubo seis votos en contra, pero unos lo fueron por una raz¨®n y otros por la contraria", dijo. La votaci¨®n fue secreta, pero es evidente que la pastoral disgusta por igual a algunos obispos nacionalistas (tal vez dos vascos, y tres o cuatro catalanes), que a los seguidores del cardenal Ca?izares, decepcionados por haber pasado de puntillas sobre el supuesto peligro que para el "bien moral" de la unidad de Espa?a suponen algunas reformas estatutarias en marcha.
Lo que no han podido disimular los prelados es la desuni¨®n del catolicismo espa?ol en la base y "tambi¨¦n la falta de clarividencia y de vida santa entre los cat¨®licos", escriben textualmente. A ello atribuyen, por cierto, "la acuciante p¨¦rdida de influencia de los cat¨®licos en la sociedad espa?ola".
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