Cinco artistas persiguen sonidos para elaborar un mapa de Galicia
El proyecto traza un recorrido auditivo por las dunas de Corrubedo, las playas de Arcade o el estruendo industrial del centro de Vigo
El f¨ªsico ac¨²stico italiano Bruno Andreotti, estudiando la estructura de la arena del desierto, logr¨® grabar por primera vez el canto de la duna. S¨ª, las dunas cantan, y de distinta manera seg¨²n la forma de sus granos de arena. Captar este sonido, similar a un bajo continuo, parecido al que se genera en una caracola de mar, es uno de los retos del colectivo Escoitar. Ya intentaron grabar la m¨²sica de las dunas de Corrubedo (A Coru?a), pero unos v¨¢ndalos con quads hab¨ªan pasado sobre ellas unos d¨ªas antes, as¨ª que tendr¨¢n que esperar un nuevo permiso al tratarse de una zona protegida. Los cinco artistas sonoros que integran Escoitar han lanzado a la red el primer mapa ac¨²stico interactivo de Espa?a (www.escoitar.org), basado en la tecnolog¨ªa de Google Map, en el que intentan que sean los propios ciudadanos quienes decidan cu¨¢l es su patrimonio sonoro. Ellos lo definen como un proyecto de dinamizaci¨®n social abierto y libre, con el que intentan difundir y promocionar el fen¨®meno sonoro.
Los investigadores tambi¨¦n buscan sonidos "en peligro de extinci¨®n"
Est¨¢n catalogados desde el ruido del fuego en el monte hasta las verbenas
Al amanecer, decenas de periquitos cantan al un¨ªsono en un ¨¢rbol pr¨®ximo a la playa de Arcade. Nadie sabe por qu¨¦ tantos p¨¢jaros dom¨¦sticos han terminado en este ¨¢rbol. Pero alguien estaba ah¨ª para grabarlos. Fue Julio G¨®mez, uno de los cinco gallegos que ha lanzado a la red la web www.escoitar.org. Le acompa?an en la aventura otros artistas sonoros, Berio Molina y Horacio Gonz¨¢lez, el music¨®logo Juan-Gil Rodr¨ªguez y un creador sorprendente, Chiu Longina (www.longina.com). Longina, antrop¨®logo musical y uno de los pioneros del arte sonoro en Galicia, defiende el proyecto Escoitar bas¨¢ndose en la necesidad de "incorporar a la historia oficial el sonido ambiente" del entorno de cada uno.
El sonido que cada uno elige es como su perfil psicol¨®gico, por lo que tiene de personal. En www.escoitar.org, para uno el sonido es la Fervenza de Vieiros, en el r¨ªo Selmo, en Lugo, buscando el ruido del agua. Para otro es un barrendero, acerc¨¢ndose. Los hay que recogieron el sonido del fuego, el pasado verano, y quienes han ido en busca del secreto de una t¨ªpica verbena gallega en el pueblo ourensano de Langullo.
El colectivo pudo ense?ar su forma de trabajar en unos talleres celebrados en el Museo de Arte Contempor¨¢neo de Vigo, el MARCO. Es parte del proyecto Escoitar, captar grabadores de sonidos en todas partes. Porque este ambicioso plan de antropolog¨ªa sonora tiene abiertas muchas l¨ªneas de investigaci¨®n, como la localizaci¨®n de sonidos en peligro de extinci¨®n. Pero el eje del proyecto es crear un registro sonoro que permita estudiar c¨®mo evolucionan los sonidos. Por eso, a imitaci¨®n de los fot¨®grafos que toman la misma imagen cada d¨ªa a la misma hora para analizar el cambio de luz, de ambiente y de sensaciones, Longina y su equipo cazan sonidos.
Sus grabadoras se detienen en la plaza de la Constituci¨®n de Vigo y la captan a distintas horas. Amaneceres silenciosos, ma?anas de descarga de mercanc¨ªas, tardes de terraza, noches para almas perdidas. Los sonidos cambian, como la luz. De hecho, Chiu Longina cree que el o¨ªdo es el m¨¢s excepcional de todos los sentidos: "Llevamos ocho siglos aprendiendo con el sentido de la vista, y el o¨ªdo est¨¢ m¨¢s relacionado con la supervivencia, con la alerta; si quieres dejar de ver algo cierras los ojos, pero el o¨ªdo no se apaga nunca".
Vigo, su base de operaciones, refleja en sonidos lo que es, la ciudad m¨¢s grande de Galicia, un caos de industria y tr¨¢fico. "Hemos descubierto que Vigo es un gran anfiteatro", resume Longina. Para empezar, por la enorme carga ac¨²stica que soporta, unos 34 decibelios frente a los menos de 12 de ciudades pr¨®ximas, como Ourense.
Los integrantes de Escoitar admiten que "Vigo es una gran orquesta de ruido", pero no lo consideran s¨®lo algo negativo porque "es parte de la idiosincrasia de la ciudad". Abogan, eso s¨ª, por reducir la contaminaci¨®n ac¨²stica, por eso desde su web exigen la creaci¨®n de carriles bici por todo el casco urbano. Los vigueses no se detienen a escuchar su ciudad. Para los de fuera, como el compostelano Juan Gil, simplemente "suena a tr¨¢fico".
Escoitar germina en los brazos del movimiento del paisaje sonoro iniciado entre otros por el estadounidense Murray Schafer, que defend¨ªa el antes y el despu¨¦s del sonido situando la l¨ªnea de cambio en la Revoluci¨®n Industrial. D¨¦cadas despu¨¦s, en Vigo, Chiu Longina y su grupo recogen el testigo. Cualquiera puede grabar sonidos y volcarlos en la web del colectivo. El music¨®logo Juan Gil aclara que Escoitar est¨¢ acotado a Galicia "por ahora", aunque su objetivo es "a?adir un men¨² con todas las zonas geogr¨¢ficas de Espa?a", creando "una forma de conocimiento alternativo". Entre otras acciones, para conseguirlo organizan talleres en distintas ciudades, buscando grupos de gente "que se aproxime al mundo del sonido" y que, seg¨²n Gil, les permitan "ver" el sonido.
Durante los talleres de Vigo, los cinco artistas descubrieron muchas cosas. Como que la ciudad "es una caja de resonancia", seg¨²n Gil. Para Chiu Longina, todo se reduce a que el sonido "es inmaterial, no un objeto", por eso resulta m¨¢s dif¨ªcil tenerlo en cuenta que a una imagen."Pero somos lo que escuchamos", dice.
Todos los trabajos de estos cinco artistas forman un cl¨²ster sonoro, cuya puerta de entrada es la web www.artesonoro.org. Desde ella se accede a otros cuatro portales. Escoitar es una apuesta m¨¢s surgida en el seno de un colectivo cultural singular: Sinsal audio. Gente con mentes bulliciosas que se ha convertido en el epicentro de un ampl¨ªsimo grupo de seguidores.Han organizado 900 conciertos en 12 a?os. Pocos, por ejemplo, conoc¨ªan en Espa?a a Antony and the Johnsons ni a Coco Rosie cuando tocaron en Vigo.
Sinsal audio engloba un movimiento multidisciplinar de cultura sonora, nacido en las catacumbas del club Vademecwm. Adem¨¢s de organizar festivales musicales, apuestas novedosas como una escuela o el proyecto Escoitar, tiene tambi¨¦n una tienda de discos. Clientes de toda Espa?a compran en esta peque?a tienda, escondida en unas galer¨ªas de lo m¨¢s underground en el centro de Vigo.
La tienda abre ya solamente los jueves por la tarde. "Cre¨ªmos que habr¨ªa muchos locos como nosotros cuando la abrimos", cuenta Luis Campos, "pero lo cierto es que cada vez se compra menos m¨²sica". Ellos no se pueden quejar, porque tienen grandes clientes fijos . Y, para compensar el cierre parcial, desde hace unos meses venden discos en la Librer¨ªa Plaxio, enclavada en el MARCO.
El mayor apoyo econ¨®mico al proyecto proviene de un concejal del PP de Vigo, Ignacio L¨®pez-Chaves, que a trav¨¦s de uno de los departamentos que dirige, Cultura, les subvenciona con 10.000 euros anuales. Caixanova es otro de sus mecenas.Pero los integranes del colectivo aseguran que no quieren un apoyo institucional a fondo perdido. Julio G¨®mez, uno de sus miembros, cree firmemente que iniciativas como las suyas "no pueden depender exclusivamente de dinero p¨²blico". Por eso conjugan, o intentan hacerlo, la financiaci¨®n p¨²blica con la privada. Poco dinero pero mucha fe y una entusiasta red de colaboradores que, como ellos, trabajan gratis.
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