El valle ind¨®mito
El valle de Arana vive el oto?o en su plenitud durante este fin de noviembre, despu¨¦s de que el verano se haya prolongado casi hasta el d¨ªa de San Mart¨ªn. Los bosques de este enclave en la Monta?a Alavesa mantienen la combinaci¨®n crom¨¢tica de la estaci¨®n hasta que se convierten en hayedos pelados cuando llegan a las zonas m¨¢s altas, justo cuando el paseo que comenz¨® en Santa Cruz de Campezo llega al puerto de Opakua.
El recorrido comienza con el desfiladero que crea el arroyo Rosaria, que nace junto al pueblo de Oteo, primer jal¨®n del ascenso por el valle de Arana. Despu¨¦s de recorrer unos kil¨®metros de carretera sinuosa, el paseo desemboca en la primera parada del recorrido, entrada natural de la vaguada. A sus 795 metros de altitud, San Vicente de Arana ya apunta algunas de las virtudes del paseo: extensas praderas en las que pacen manadas de caballos y reba?os de ovejas, una imagen buc¨®lica que el duro invierno se encarga todos los a?os de poner en su lugar.
Dos altares superpuestos conforman el altar mayor de San Vicente, ¨²nico en Euskadi
Porque el valle disfruta de un clima apacible durante algunos meses del a?o, que en este 2006 se ha prolongado para goce de los forasteros y preocupaci¨®n de los lugare?os. Para estas fechas, lo normal es que ya se hubieran registrado las primeras nevadas y las bajas temperaturas fueran constantes durante todo el d¨ªa. Sin embargo, el viento sur todav¨ªa acompa?a el paseo por un valle que durante muchos siglos ha sido ind¨®mito, inaccesible.
Por ejemplo, una de las tradiciones que se han conservado gracias a este aislamiento entre monta?as es la del rito del mayo, o la alzada de un tronco de haya en los primeros d¨ªas del mes que le da nombre. Hoy d¨ªa s¨®lo se mantiene en San Vicente, ya que en Alda, el otro pueblo en el que se realizaba la alzada, hace 40 a?os se suspendi¨® el festejo sine die despu¨¦s de que al bajar el ¨¢rbol desde la sierra, el haya golpeara a un mozo y le rompiera una pierna.
M¨¢s all¨¢ de las tradiciones, San Vicente de Arana merece una visita por el inter¨¦s que ofrece su iglesia parroquial, consagrada a san Vicente m¨¢rtir. Es una s¨®lida construcci¨®n del siglo XVI, con una esbelta torre rematada con un campanario de la ¨¦poca purista del bajo Renacimiento. Lo m¨¢s significativo se encuentra en el interior: el altar mayor, con una extra?a disposici¨®n en dos altares superpuestos, es un ejemplo ¨²nico en Euskadi. Adem¨¢s, merece la pena detenerse en la contemplaci¨®n del retablo superior, una de las obras m¨¢s interesantes del plateresco del Pa¨ªs Vasco.
La siguiente parada llega en la localidad de Alda, una peque?a pausa en la ruta que asciende hasta Contrasta, despu¨¦s de pasar por Ullibarri-Arana, la localidad m¨¢s estrat¨¦gica del valle, ya que se encuentra en la encrucijada de dos transitadas rutas de alta Edad Media. Por un lado, uno de los itinerarios tardo-romanos que un¨ªan las tierras del Ebro con la cornisa cant¨¢brica, que cruzaba el Valle de Arana de Sur a Norte. La otra ruta segu¨ªa el eje longitudinal del valle de Este a Oeste, uniendo las tierras navarras de la Ameskoa baja con las alavesas de Laminoria, Campezo y Maeztu.
Ya en Contrasta, la siguiente cita monumental, hay que admirar su casco antiguo bien conservado, con alguna entrada en arcada bajo las casas que recuerda sus tiempos de fortaleza. Se nota tambi¨¦n que parte de las edificaciones construidas camino de la ermita de Elizmendi se levantaron con piedras de la antigua muralla con la que la dot¨® el rey Alfonso X el Sabio al convertir el enclave en villa, cuando ?lava pertenec¨ªa casi por partes iguales a Castilla y a Navarra. La fundaci¨®n oficial de Contrasta fue hacia el a?o 1256, al mismo tiempo que se crearon Salvatierra (Agurain), Korres y Campezo, en un intento del rey castellano de afianzar sus fronteras con el reino de Pamplona.
Una vez que el paseo ha llegado a Contrasta, no puede dejarse de visitar la ermita de Nuestra Se?ora de Elizmendi, cuya construcci¨®n se llev¨® a cabo con piedras de alguna necr¨®polis romana de las cercan¨ªas, tal y como muestran los restos de l¨¢pidas que aparecen en su fachada. La de Elizmendi es la ¨²nica que permanece en pie de las siete ermitas con las que contaba esta localidad en el siglo XVI. Y quiz¨¢s haya influido en ello, adem¨¢s de su estrat¨¦gica ubicaci¨®n, la creencia de que en un determinado punto de la campa cercana la tierra irradia energ¨ªa.
Su existencia no est¨¢ confirmada por los cient¨ªficos, pero cualquiera que haya realizado el recorrido por Arana puede confirmarla como cierta para todo el valle.
Las cuevas de Marqu¨ªnez
C¨®mo llegar: El valle de Arana est¨¢ atravesado por la A-2128 que sale de Salvatierra y cruza el puerto de Opakua para desembocar en Santa Cruz de Campezo.
Alojamiento: En el valle de Arana se pueden encontrar dos establecimientos de agroturismo: Bittegi Etxea, en Alda (945 415362), y Gosacha, en Contrasta (945 406105).
Comer: El ¨²nico restaurante del valle se encuentra en San Vicente, Obenkun (945 406123). Pero tambi¨¦n se puede acudir hasta Santa Cruz de Campezo, donde varios establecimientos ofrecen servicio de comidas: Casino (945 40 54 20), Ibernalo (945 41 50 29), Isabe (945 41 51 85) y La Plaza (945 41 50 92).
Actividades: La visita a este valle es un buen pretexto para acercarse hasta peque?os lugares bajo la sierra de Izki, como Marqu¨ªnez, donde se pueden visitar sus cuevas artificiales, el resto m¨¢s antiguo de presencia humana. Est¨¢n repartidas por sus alrededores, excavadas en toba arenisca, roca blanda moldeada por la erosi¨®n en formas caprichosas. Sin duda, la m¨¢s importante es la de Santa Leocadia. Se encuentra esta gruta en la parte alta de la poblaci¨®n, tras la parroquia de Santa Eulalia. All¨ª, protegidas del contacto con el p¨²blico por una verja met¨¢lica, aparecen dos figuras ¨²nicas en las cuevas medievales alavesas, resto de las creencias precristianas: la diosa ?pona, la valedora de los caballos, junto a un fiel en actitud orante. El grabado, en una interesante conexi¨®n a lo largo de los siglos, nos devuelve al origen de la excursi¨®n, San Vicente de Arana, donde todos los a?os se celebra la Feria del Caballo el segundo domingo de septiembre.
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