Esp¨ªas 'cum laude'
El servicio secreto firma convenios de colaboraci¨®n con varias universidades
Cuando hace cuatro d¨¦cadas los agentes del Servicio de Documentaci¨®n de la Presidencia del Gobierno
el Seced de Carrero Blanco, se acercaban por la Universidad era para espiar al incipiente movimiento estudiantil de oposici¨®n a Franco. Ayer, la c¨²pula del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), con su director Alberto Saiz a la cabeza, acudi¨® al campus de Colmenarejo (Madrid) de la Universidad Carlos III, invitada por su rector Gregorio Peces Barba, con un objetivo muy distinto: firmar un convenio marco de colaboraci¨®n. Fue una escena infrecuente, aunque no ins¨®lita. Hace un a?o, se firm¨® un acuerdo similar con la Universidad Rey Juan Carlos, y en los ¨²ltimos meses se han celebrado seminarios y cursos en distintas facultades de toda Espa?a.
El CNI busca en el mundo acad¨¦mico documentalistas o expertos en prospectiva
?Qu¨¦ busca el servicio secreto en el mundo acad¨¦mico? Saiz puso ayer dos ejemplos concretos: la formaci¨®n de documentalistas, capaces de poner orden en el oc¨¦ano de informaci¨®n accesible a trav¨¦s de fuentes abiertas; o de expertos en prospectiva, capaces de anticiparse a la aparici¨®n de los problemas. No en vano, ¨¦sta es precisamente una de las funciones esenciales de cualquier servicio de inteligencia.
M¨¢s all¨¢ de estos y otros casos, el director del CNI enmarc¨® estos acuerdos en un prop¨®sito m¨¢s amplio: abrirse a la sociedad. "Una de las principales carencias de las organizaciones de inteligencia, quiz¨¢ como herencia de la guerra fr¨ªa", argument¨® Saiz, "ha sido su distanciamiento de la sociedad, que explica algunos de sus fallos y su dificultad para adaptarse". Aunque no los cit¨®, la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn o el 11-S estaban en la mente de buena parte del auditorio.
Mediante estos convenios, el CNI se compromete a facilitar su colaboraci¨®n a docentes e investigadores, as¨ª como una limitada financiaci¨®n (unos 30.000 euros anuales) que se completa con patrocinadores privados para proyectos concretos.
Uno de los primeros frutos del maridaje servicios secretos-Universidad ser¨¢ el lanzamiento, en enero pr¨®ximo, de una revista semestral, la primera en castellano dedicada al an¨¢lisis de los asuntos de inteligencia y seguridad, con vocaci¨®n no s¨®lo espa?ola sino iberoamericana.
Al margen de la cooperaci¨®n acad¨¦mica, fuentes del CNI reconocen que algunos departamentos universitarios han recibido contratos para el desarrollo de aplicaciones inform¨¢ticas o equipos de telecomunicaciones y que las aulas de algunas facultades han sido un campo privilegiado para la recluta de talentos, aunque en los ¨²ltimos a?os se prefiera a los aspirantes con experiencia laboral.
Pese a que en su origen eran casi exclusivamente militares, el 40% de los agentes del CNI son en la actualidad civiles, el 25% mujeres y el mismo porcentaje, licenciados universitarios.
El acuerdo suscrito ayer servir¨¢, al menos, para que se rompa el clich¨¦ anglosaj¨®n asociado a la figura del agente secreto. No en vano, el nuevo Instituto Universitario llevar¨¢ el nombre de Juan Vel¨¢zquez de Velasco, Esp¨ªa Mayor y Superintendente General de Inteligencia y Secretos de los reyes Felipe II y Felipe III. Un t¨ªtulo que para s¨ª quisiera el director de la CIA.
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