El olor de la pobreza
"La pobreza huele igual en todas partes, como dice Vargas Llosa. La pobreza y el hambre pueden ser superadas, sin duda: Espa?a es un ejemplo". ?sta ha sido su obsesi¨®n vital: palpar, contrastar, estudiar, realidades y cambios aparentemente incomprensibles. Y sacar conclusiones que permitan entender y avanzar. "Me han encasillado demasiado de radical, me etiquetan como rojillo. S¨®lo me reconozco como economista de la solidaridad", dice. "Es por falta de solidaridad por lo que no se acaba con la pobreza, cosa perfectamente posible con los recursos actuales". No duda, afirma. Lo ha escrito y a¨²n lo explica a sus alumnos de la Universidad Ramon Llull como profesor honorario. Ha cumplido 72 a?os y est¨¢ contento, acaba de solventar una deuda pendiente: explorar ?frica durante dos a?os desde su despacho en ESADE. "Es un pecado desconocer lo que los europeos hemos hecho con ?frica": as¨ª ha titulado un breve libro (Trotta) que le ha prologado Samuel Eto'o. S¨®lo el conocimiento abre la puerta a la responsabilidad: ?frica es una parte del drama de la insolidaridad y el esc¨¢ndalo de la pobreza. "Deber¨ªa estudiar ahora el problema del hambre", se dice hoy a s¨ª mismo.
La vida de este barcelon¨¦s nacido en Burgos ha sido una larga cadena de descubrimientos y cambios producidos al comp¨¢s de la historia contempor¨¢nea. "Yo quer¨ªa ser sabio", reconoce para explicar por qu¨¦, a los 17 a?os, se hizo jesuita. Hijo de un m¨¦dico formado en la m¨ªtica Residencia de Estudiantes de Madrid que fue ayudante de Juan Negr¨ªn, amigo ¨ªntimo de Severo Ochoa y Grande Covi¨¢n, y que luego se hizo falangista, creci¨® entre ocho hermanos y estudi¨® con los maristas. "Aquello era un lavado de coco total. '?Canalla, bandido, rojo, Aza?a!': ¨¦se era el modo de insultarnos entre los compa?eros de colegio". R¨ªe. Premio extraordinario al acabar el bachillerato, decide pedir el ingreso en la Compa?¨ªa de Jes¨²s, "que apenas conoc¨ªa y para gran disgusto de mi padre". A los 19 a?os hace votos perpetuos (obediencia, pobreza, castidad): as¨ª comienza su recorrido por el camino del conocimiento y de la vida.
"Cuando hice los votos no sab¨ªamos nada de nada. Mi cabeza s¨®lo estaba para aprender, estudiar". Predicaba en lat¨ªn, hablaba griego, mientras recorr¨ªa universidades europeas: filosof¨ªa en Alemania; ciencias sociales en Roma; teolog¨ªa en Oxford, Salamanca y Londres; econom¨ªa en la London School of Economics, hasta el doctorado en ciencias pol¨ªticas en Ginebra. Los largos a?os de estudios inclu¨ªan un master en divinity y cosas parecidas. No not¨® lo que pesaba la castidad hasta mucho m¨¢s tarde, en Londres: "Yo iba a clase con clergyman y, claro, ning¨²n chico se me acercaba, s¨®lo las chicas. No hab¨ªa experimentado eso hasta entonces. Fue traum¨¢tico".
En agosto de 1968 tiene su primer contacto con la Universidad Jos¨¦ Ca?as, de los jesuitas, en El Salvador, un lugar que, junto con sus amigos el jesuita I?aki Ellacur¨ªa y monse?or Romero, arzobispo de San Salvador -ambos luego asesinados-, va a marcar profundamente su vida. "Fueron unos a?os intens¨ªsimos, de gran trabajo", se?ala. El compromiso de aquel grupo de jesuitas con la dura realidad de un pa¨ªs que estaba en plena dictadura le vale una expulsi¨®n, un reingreso y una secuencia de sobresaltos: "El 10 de octubre de 1980 nos pusieron 10 bombas en la casa, de las que s¨®lo explotaron tres, tuvimos que escondernos"; ¨¦l era vicerrector de la universidad salvadore?a. Ese a?o los escuadrones de la muerte asesinaban a monse?or Romero, Ellacur¨ªa ca¨ªa en 1989. Sale de El Salvador en 1980 como representante del Frente Democr¨¢tico Revolucionario y, financiado por diversas organizaciones religiosas, se dedica a captar ayuda internacional para los insurgentes populares. "En paralelo decid¨ª salirme de jesuita y poco despu¨¦s conoc¨ª a Paqui, mi mujer, que era viuda con dos hijos". Desde entonces est¨¢n juntos.
A¨²n quedaban otros pasos: se distancia de la guerrilla -"no era ya un frente unido y comenc¨¦ a no verlo claro"-, comienza a dar clases en ESADE y concurre a un puesto -que consigue- en el Banco Interamericano de Desarrollo en Whasington, donde pasa dos a?os, pese a los problemas para entrar en Estados Unidos, estudiando la pobreza. "El drama b¨¢sico que tenemos es que la econom¨ªa planificada no permite la libertad y el mercado produce infinitas desigualdades. A estas alturas, pienso que s¨®lo podemos reaccionar ante la cat¨¢strofe, que es lo que denuncia el informe Stern (que augura un empobrecimiento econ¨®mico occidental del 20% por causas mediombientales) y que Blair respalda ahora". Le esperan hoy dos alumnos indios a los que da clases, en ingl¨¦s, sobre la situaci¨®n econ¨®mica en Am¨¦rica Latina.
PERFIL
Barcelon¨¦s nacido en Burgos, de 72 a?os, profesor de Econom¨ªa Internacional en la Universidad Ramon Llull, puede dar tambi¨¦n clases en ingl¨¦s, alem¨¢n, franc¨¦s e italiano. Ex jesuita, fil¨®sofo, te¨®logo, soci¨®logo, economista, doctorado en Ciencias Pol¨ªticas, ligado en los a?os ochenta a la guerrilla salvadore?a, su vida est¨¢ marcada por la b¨²squeda de explicaci¨®n a una realidad insolidaria. "La pobreza no acaba por falta de solidaridad, pero hay recursos para superarla", dice y se?ala a ?frica como "el pecado de Europa".
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