Pinochet es despedido con honores castrenses
4.000 asistentes al funeral abuchean a la ministra de Defensa - Un nieto del general con uniforme de capit¨¢n reivindica el golpe de 1973 - El jefe del Ej¨¦rcito defiende los derechos humanos
Entre gritos de "presidente, presidente" e insultos y agresiones a representantes del Gobierno y a periodistas nacionales y extranjeros, unas 4.000 personas despidieron ayer los restos de Augusto Pinochet durante el funeral con honores de comandante en jefe del Ej¨¦rcito celebrado en la Escuela Militar de Santiago de Chile. En una ceremonia en la que se reivindic¨® en diversas ocasiones el golpe de Estado perpetrado en 1973 contra el presidente constitucional y leg¨ªtimo, Salvador Allende, el pinochetismo reclam¨® los ¨¦xitos actuales del pa¨ªs que su l¨ªder dej¨® de presidir hace 16 a?os. El Ej¨¦rcito redujo el formato del homenaje, y algunas de sus fases, como el lugar donde fue incinerado el cad¨¢ver, se mantuvieron en secreto hasta el ¨²ltimo momento.
Desde primera hora de la ma?ana una importante multitud aguardaba a que se abrieran las puertas de la Escuela Militar. En las ¨²ltimas horas la tensi¨®n entre el gent¨ªo hab¨ªa ido creciendo, haciendo blanco de las iras especialmente a los medios de comunicaci¨®n presentes en la zona. Algunos periodistas, entre ellos un equipo de Televisi¨®n Espa?ola, ya hab¨ªan sido objeto de agresiones durante la noche.
Mientras los familiares del fallecido, ex ministros y generales retirados eran aclamados a medida que ingresaban en el recinto, crec¨ªa la expectaci¨®n por la llegada de la ministra de Defensa, Vivianne Blanlot, quien deb¨ªa representar al Gobierno en la ceremonia, consistente en una misa seguida de varios discursos y un desfile.
Augusto Pinochet, hijo mayor del dictador hab¨ªa calificado de "hip¨®crita" al Gobierno y pedido que no enviase representantes al funeral, algo que no estaba previsto por la ley, dado que Pinochet ocup¨® el cargo de jefe de las Fuerzas Armadas durante los primeros ocho a?os de democracia. Apenas unos instantes antes de comenzar la ceremonia religiosa apareci¨® la ministra, vestida de blanco, y fue recibida con una sonora pitada. Blanlot, hija de militar, aguant¨® estoicamente los insultos que recib¨ªa del p¨²blico. La ministra acababa de reunirse en privado con Luc¨ªa Hiriart, viuda del dictador. Mientras Blanlot se sentaba varios de los hijos de Pinochet colocaban sobre el ata¨²d la banda presidencial que su padre conserv¨® despu¨¦s de abandonar el poder.
Tras la misa se sucedieron ocho discursos en casi todos los cuales se calific¨® repetidamente a Pinochet como presidente de Chile y no se escatimaron cr¨ªticas al Gobierno de Michelle Bachelet por no haber querido otorgar honores de jefe de Estado al dictador.
Especialmente pol¨¦mica fue la intervenci¨®n de uno de los nietos de Pinochet. Vestido con el uniforme de capit¨¢n, Augusto Pinochet Molina alab¨® el golpe perpetrado por su abuelo. "Fue capaz de derrocar al Gobierno marxista no mediante las urnas sino directamente a trav¨¦s del medio armado", destac¨® entre la ovaci¨®n de los asistentes y el gesto serio tanto de la ministra de Defensa como del actual comandante en jefe del Ej¨¦rcito, ?scar Izurieta. Nada m¨¢s salir de la ceremonia Blanlot calific¨® de "inaceptables" las palabras del joven Pinochet en uniforme e indic¨® que espera que el Ej¨¦rcito "tome las medidas correspondientes".
Los discursos se iban sucediendo a la vez que crec¨ªan los ¨¢nimos de los congregados, que interrump¨ªan con aplausos cada elogio a la dictadura del fallecido. "Es el padre de la modernizaci¨®n de Chile", destac¨® en sus palabras Carlos C¨¢ceres ex ministro del dictador. "Sembr¨® la llama de la libertad un d¨ªa de septiembre de 1973", subray¨® su hija Luc¨ªa. Y en estas, le toc¨® cerrar las intervenciones al general Izurieta, quien en ning¨²n momento se refiri¨® a Pinochet como presidente y afirm¨® que "la situaci¨®n de los derechos humanos constituye uno de los aspectos m¨¢s controvertidos de su gesti¨®n". Al silencio inc¨®modo de los presentes le sustituyeron los silbidos en algunas ocasiones.
Mientras el ata¨²d era trasladado al patio principal de las instalaciones para recibir el ¨²ltimo saludo de una guardia de honor, la ministra de Defensa volvi¨® a ser increpada por los asistentes algunos de los cuales lograron acercarse hasta ella. Entonces varios generales se interpusieron y Vivianne Blanlot abandon¨® el lugar.
Tras el homenaje se inform¨® de que una persona hab¨ªa resultado detenida por la ma?ana cuando tras acercarse al ata¨²d del general tres hombres escupieron sobre el cristal que cubr¨ªa el rostro de dictador. Al parecer los presentes en un primer momento creyeron que una de las personas hab¨ªa estornudado involuntariamente sobre el ata¨²d, pero luego se percataron de que el grupo estaba escupiendo al cad¨¢ver de Pinochet. La polic¨ªa militar que custodiaba el f¨¦retro intervino y detuvo a un hombre de 30 a?os. En el ¨²ltimo minuto, el Ej¨¦rcito y la familia decidieron acortar el formato del homenaje eliminando el traslado del ata¨²d por las calles de la ciudad. En lugar de eso se emple¨® un helic¨®ptero militar a cuyo piloto no se comunic¨® hasta el ¨²ltimo minuto su destino final. Pasada la una de la tarde, cuatro horas m¨¢s en Espa?a, el aparato despeg¨® rumbo a la localidad costera de Conc¨®n, a unos 140 kil¨®metros, donde el cad¨¢ver del dictador fue finalmente incinerado Para hoy est¨¢ previsto que durante una ceremonia familiar, su viuda e hijos reciban las cenizas.
Seg¨²n la fuerza de carabineros -polic¨ªa militarizada chilena- unas 40.000 personas han desfilado estos d¨ªas por la Escuela Militar para rendir homenaje al dictador. El Gobierno no ha variado en ning¨²n momento su agenda normal y, a excepci¨®n de la ministra de Defensa, ayer todos sus miembros mantuvieron las actividades previstas.
'Adios general' en La Moneda
A la misma hora en que se rend¨ªan honores militares a Pinochet, unas 3.000 personas se congregaban frente al Palacio de La Moneda, junto a la estatua de Salvador Allende, para rendir homenaje al presidente derrocado y muerto durante el golpe de 1973.
Con numerosas banderas chilenas, los congregados depositaron claveles rojos a los pies de la estatua levantada junto al edificio que Pinochet orden¨® bombardear, y donde se obtuvo la ¨²ltima imagen de Allende vivo. Los presentes cantaban Adi¨®s carnaval, adi¨®s general, canci¨®n famosa entre los opositores durante la dictadura.
"Siento rabia porque el dictador ha muerto sin pagar. Queremos justicia", destacaba Adela Manterola, que fue torturada bajo el r¨¦gimen militar que durante 16 a?os ocup¨® el poder.
Entre los convocantes de la protesta estaban organizaciones de izquierda y de defensa de los derechos humanos. "Pinochet ha muerto, pero Allende sigue vivo en nuestros corazones", dec¨ªa Viviana D¨ªaz, de la Asociaci¨®n de Familiares de Detenidos Desaparecidos.
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