"Los artistas deber¨ªan boicotear las bienales"
El director de la Documenta 12, una exposici¨®n que se realiza cada cinco a?os en la ciudad alemana de Kassel, explica las l¨ªneas directrices de la muestra que se realizar¨¢ en 2007. Entre el centenar de creadores de todo el mundo, el ¨²nico artista espa?ol invitado es el cocinero Ferran Adri¨¤.
"Los artistas tienen celos de Ferran Adri¨¤. Hoy d¨ªa no hay nadie en Espa?a, de esa generaci¨®n, que se pueda comparar con su nivel de inteligencia formal"
Tiene ademanes suaves, voz tranquila y amable, pero no teme sublevar los ¨¢nimos en el mundo del arte. Robert Buergel (Berl¨ªn, 1962) es el director de la Documenta 12, una cita quinquenal que ha marcado en cada ocasi¨®n las tendencias del arte contempor¨¢neo y que se celebrar¨¢ entre el 12 de junio y el 23 de septiembre de 2007 en Kassel. A Buergel le interesa particularmente la "educaci¨®n" del espectador a trav¨¦s del arte, para suscitar en ¨¦l las preguntas y respuestas que lo inciten a tomar parte activa en los conflictos de la sociedad actual.
PREGUNTA. Hace poco ofreci¨® en Barcelona una conferencia titulada: ?Qu¨¦ es una exposici¨®n? ?Cree que estamos en un momento del arte contempor¨¢neo en el que es importante volver a las preguntas b¨¢sicas?
RESPUESTA. No s¨®lo es importante volver a las preguntas b¨¢sicas del arte sino tambi¨¦n a las de la condici¨®n humana. Hacer una exposici¨®n es algo m¨¢s que mostrar el arte. Tiene que ver tambi¨¦n con c¨®mo te diriges al p¨²blico y c¨®mo pretendes que la gente se relacione entre s¨ª en un espacio com¨²n donde pueden reaccionar unos con otros, o simplemente ignorarse. Yo concibo la exposici¨®n como un medio en s¨ª mismo, por derecho propio. Necesitamos un concepto fuerte del medio para sobrepasar lo que tendemos a identificar como arte. Porque creo que es importante que lleguemos a una nueva idea de nuestro mundo que no est¨¦ enmarcado por la concepci¨®n europea-norteamericana de lo que es el arte.
P. En las ¨²ltimas ediciones de la Documenta la pol¨ªtica ha sido uno de los asuntos que m¨¢s ha interesado a los comisarios. ?Se centrar¨¢ su exposici¨®n en esos asuntos o prefiere extenderse a otras ¨¢reas?
R. Depende de c¨®mo se defina la pol¨ªtica. Hay en el arte una noci¨®n ret¨®rica de lo pol¨ªtico, que suele definirse a trav¨¦s de im¨¢genes identificables de los conflictos. Algo que va desde los problemas entre israel¨ªes y palestinos al hambre en ?frica, los campos de refugiados o las minor¨ªas en Australia. Pero yo no estoy seguro de esta funci¨®n ret¨®rica del arte. El elemento pol¨ªtico debe estar en la capacidad de la exposici¨®n de envolver a la gente, de activarlos, de movilizarlos. Que empiecen a sentirse conectados con el mundo. Porque lo que suele suceder es que la gente ya est¨¢ bien informada de lo que sucede y no tienes que cont¨¢rselo, pero lo que no saben es c¨®mo actuar o c¨®mo intervenir para sentirse m¨¢s pr¨®ximos al proceso de la toma de decisiones. Este proceso de toma de decisiones est¨¢ confinado a c¨ªrculos muy cerrados, aunque sus decisiones afectan a todos. Creo que lo que tiene que hacer una exposici¨®n, especialmente si conecta a todas las regiones del planeta -porque Documenta sigue representando ese paradigma universal-, es activar a la gente a hacerse cargo de s¨ª mismos, no de una forma ego¨ªsta o narcisista, sino como un elemento indispensable para construir la sociedad.
P. Mucha gente se sorprendi¨® cuando eligi¨® a Ferran Adri¨¤ para asistir a la Documenta como ¨²nico artista espa?ol. Siendo un gran creador, revolucionario, pone de relieve valores como la belleza y el placer, una relaci¨®n m¨¢s hedonista con el arte, m¨¢s que una toma del pulso de la realidad actual.
R. No creo que se deba huir de la belleza y el placer en el arte contempor¨¢neo. Tampoco creo que su trabajo se reduzca a la b¨²squeda del placer y el hedonismo. Es tambi¨¦n un desaf¨ªo porque te induce a digerir cosas que apenas son identificables. Es un reto que quiero subrayar, esa dimensi¨®n ¨²nica que se da en su cocina. No creo que su comida sea necesariamente "c¨®moda". Y para sobrellevar la extra?eza de su cocina debe haber un elemento fetichista a su alrededor. Yo me pregunto si alguien de los que acuden al restaurante de Adri¨¤ ser¨ªa capaz de comerse lo mismo en una taberna de mala muerte.
P. ?Cree que llevar¨ªan a ese cocinero a un juzgado de guardia por intento de envenenamiento?
R. Es posible. La comida apela y desaf¨ªa tambi¨¦n a la inteligencia. En las reacciones cr¨ªticas del mundo del arte hacia Ferran Adri¨¤ hay un poco de celos porque hoy no hay nadie en Espa?a, de esa generaci¨®n, que se pueda comparar con su nivel de inteligencia formal. Por otro lado, cuando volvemos a la noci¨®n de modernidad en Occidente hay una barrera estricta, un control de lo que se puede considerar arte y lo que no. Parece un regreso a las antiguas categor¨ªas de arte aut¨®nomo y artes decorativas. Catherine David invit¨® a un artista tailand¨¦s que cocinaba en la Documenta 10. A nadie le import¨®. Si es alguien de Tailandia o India, no importa. Pero si es alguien de nuestra santa Europa, es un problema, porque es un reto, un desaf¨ªo.
P. Y es tambi¨¦n una estrella medi¨¢tica...
R. Es que Documenta no es ajena al star system, no del todo. Al final estamos exponiendo un centenar de artistas y Ferran Adri¨¤ es el ¨²nico cocinero.
P.Lo global y lo local son conceptos que tienen mucho que ver con esta Documenta.
R. S¨ª, claro. Pero al preparar esta muestra me di cuenta de que lo global no existe. Son las grandes empresas multinacionales las que deciden cu¨¢les son los centros. Yo prefiero hablar de deslocalizaci¨®n, y es cierto que nuestra exposici¨®n va a enfocar ese tipo de rutas migratorias que tienen que ver con las relaciones comerciales y culturales, pero tambi¨¦n con una fuga de cerebros como la ola de migraci¨®n europea a Am¨¦rica en la posguerra. Mi m¨¦todo curatorial consistir¨¢ en seguir la ruta migratoria de la forma.
P. ?Cu¨¢l es su concepto de modernidad?
R. Soy europeo, por lo que mi idea de la modernidad empieza con la Revoluci¨®n Francesa. No trato de disimular la cultura en la que me he formado, pero tambi¨¦n s¨¦ que Europa export¨® sus sistemas durante varios siglos a trav¨¦s de la colonizaci¨®n, el comercio y todo tipo de migraciones. Ahora esos conceptos est¨¢n regresando, cosa que preocupa mucho a los europeos. Tanto por lo que les resulta reconocible en ellos como por las similitudes que no les parecen tales. Mi inter¨¦s en sacar a relucir estas cuestiones en torno a la modernidad tienen que ver con el deseo de dirigirme a gente de todo el planeta. Todo el mundo tiene una idea de modernidad, pero cuando juntas a esas personas te das cuenta de cu¨¢n heterog¨¦nea es esa idea y a la vez lo local que se ha vuelto la modernidad. Por eso tiene sentido hacer una exposici¨®n sobre las modernidades locales. En primer lugar porque instruye al espectador europeo sobre algo que ellos creen que poseen y a la vez ofrece un acceso a culturas que no son en absoluto modernas, pero que son parte de una confabulaci¨®n moderna.
P. ?Qu¨¦ le parece la coincidencia en 2007 de las ediciones de la Bienal de Venecia, la quinquenal Documenta de Kassel y los Proyectos escult¨®ricos de M¨¹nster, que se realizan cada diez a?os?
R. Ser¨¢ interesante ver qu¨¦ aportan esas tres importantes exposiciones en lo que se refiere a formatos de exhibici¨®n. Ser¨¢ una gran oportunidad de decir: basta, hag¨¢moslo de otra manera. La Documenta tiene un p¨²blico mayoritariamente alem¨¢n, que no va a Venecia, muy pocos a M¨¹nster. Es la ¨²nica muestra de arte contempor¨¢neo que ven, es gente que por tradici¨®n va cada cinco a?os. Para el mundo del arte ser¨¢ excitante, pero para nuestro p¨²blico no tendr¨¢ mayor relevancia.
P. El formato de las bienales se ha multiplicado en los ¨²ltimos a?os. ?Qu¨¦ opini¨®n le merecen?
R. Las bienales son mortales para los artistas porque se les pide ideas r¨¢pidas, superficiales y generalmente no disponen de suficiente presupuesto para la producci¨®n de cada una de las piezas. Hay mucha chapuza y malas instalaciones. Tampoco es bueno para los comisarios por las mismas razones. Espero que llegado el momento, los artistas digan no y boicoteen las bienales.
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