La fiebre scarlett
Ha estrenado 11 pel¨ªculas en tres a?os. Woody Allen, Robert Redford, Brian de Palma o los Coen la adoran y las revistas la coronan como la actriz m¨¢s 'sexy' de Hollywood. Scarlett Johansson lo tiene todo a los 22 a?os
La sola menci¨®n de su nombre evoca un sinf¨ªn de lugares comunes. Voluptuosa sin ofender, con esas curvas naturales de mujer olvidadas en las pasarelas de moda o en la alfombra roja de Hollywood. Voz algo ronca, aguardentosa, como de haber vivido, aunque su piel, p¨¢lida, tersa y algo ros¨¢cea recuerda la juventud que exuda a borbotones una estrella que acaba de cumplir los 22 a?os. Musa de innovadores como Sofia Coppola, quien encontr¨® en Johansson la inocencia melanc¨®lica que la directora perdi¨® en Tokio durante su primer matrimonio; un recuerdo que plasm¨® en Lost in translation. Venerada por veteranos como Woody Allen o Brian de Palma que recurren a ella como fuente de inspiraci¨®n para revitalizar sus carreras con m¨¢s o menos ¨¦xito en Match point y Scoop, el primero, y con La dalia negra, el segundo.
Todos esos y m¨¢s son lugares comunes cuando se habla de Johansson, pero en la breve aunque prol¨ªfica carrera de una estrella que comenz¨® en el cine como ni?a prodigio hay m¨¢s. Y algunas de estas otras descripciones que tambi¨¦n forman parte de la fiebre escarlata son mucho menos habituales. Como que sus facciones son las m¨¢s buscadas entre las mujeres que recurren a la cirug¨ªa est¨¦tica en Beverly Hills, seg¨²n el informe anual del gremio. O que sus labios son los m¨¢s deseados, s¨®lo por detr¨¢s de los de Angelina Jolie en la lista de las mujeres m¨¢s "besables". La revista In Touch no tiene remilgos al describir a Johansson como la que tiene mejor busto, seg¨²n un estudio cient¨ªfico que realiz¨® esta publicaci¨®n del coraz¨®n, y donde Johansson tom¨® la delantera a Salma Hayek y Jessica Simpson. Y otro estudio igual de cient¨ªfico, ¨¦ste ingl¨¦s, concluye con la coronaci¨®n de Scarlett como poseedora del mejor trasero. Es una manera de diseccionar algo en lo que todos coinciden, desde People y su selecci¨®n anual de bellezas vivas hasta publicaciones como FHM o Esquire, revistas m¨¢s light que Playboy, pero igualmente dirigidas al hombre moderno. Todos proclaman a Scarlett Johansson como "la mujer m¨¢s sexy del a?o".
Que adem¨¢s sepa actuar es un plus que justifica el amor de los directores y le da una p¨¢tina de intelectualidad a los comentarios que han levantado algunas de sus fotograf¨ªas recientes, que se han propagado en Internet como si fuera la escarlatina. Fotos como ¨¦sa en la que posa con un modelo de Calvin Klein un poco m¨¢s largo que una camiseta de caballero blanca sin mangas, por el que asoma un sujetador rojo y unos pantaloncitos verdes. O esa otra en la que ya perdi¨® el sost¨¦n y sus pezones est¨¢n cubiertos por un perrito faldero que pasaba por all¨ª, no confundir con su chihuahua Maggie. Claro que nada supera la hist¨®rica fotograf¨ªa de portada con la que Vanity Fair detuvo el tr¨¢fico de Hollywood en plena temporada de Oscar y en la que Johansson pos¨® desnuda junto a una igualmente hermosa Keira Knightley, con el pudor de la fot¨®grafa Annie Leibovitz como ¨²nica barrera entre su cuerpo y la mirada de sus seguidores. Una imagen que su primer d¨ªa en la red atrajo a 3,1 millones de pares de ojos.
Entre toda esa belleza se esconde un talento que cuenta con tantos defensores como admiradores tiene su cuerpo. "Es una de esas actrices que te lo da todo con una sola mirada. Un dechado de emoci¨®n", describe el realizador Peter Webber tras trabajar con ella en La joven de la perla, pel¨ªcula en la que la actriz s¨®lo contaba con 13 l¨ªneas de di¨¢logo. De Palma llega a la misma conclusi¨®n sobre una de las cualidades principales de la musa que protagoniza La dalia negra, su ¨²ltimo estreno. "Nunca llegas a saber qu¨¦ es lo que esconden esos ojos", reconoce este amante de la novela negra que encontr¨® en Johansson a la mujer perfecta para el papel de Kay Lake, una de las protagonistas del cl¨¢sico de James Ellroy. Una mujer "con un pasado enigm¨¢tico, marcada de por vida y que no se sabe con exactitud de qu¨¦ tiene miedo", seg¨²n el director. Los hermanos Coen trabajaron con ella en El hombre que nunca estuvo all¨ª y saben que Johansson no tiene miedo. Los ¨²nicos que se sintieron un poco intimidados por esta Lolita fueron ellos, y eso que s¨®lo ten¨ªa 16 a?os por aquel entonces. "Te asombraba su inteligencia. No ten¨ªa nada que ver con trabajar con una ni?a", a?ade Billy Bob Thornton, su compa?ero de rodaje a¨²n asombrado de la seguridad en s¨ª misma que destilaba Johansson. Ya lo dijo Robert Redford cuando la descubri¨® con El hombre que susurraba a los caballos: "Una chica de 13 a?os que parece que tiene 30".
Nada ha cambiado. Como el buen vino, el tiempo s¨®lo le ha dado m¨¢s cuerpo a una estrella que, lejos de ser un sabor pasajero, se ha grabado en el paladar del p¨²blico y est¨¢ aqu¨ª para quedarse. A menos, eso s¨ª, que acabe quemando la mecha antes de lo necesario, como ha ocurrido con otras estrellas presentes en m¨¢s estrenos de los que es posible defender en esta industria con honor. "Pero es imposible que el p¨²blico se aburra de ti por verte en demasiadas pel¨ªculas, porque entonces te dejar¨ªan de ver y ya no se aburrir¨ªan de verte en tantas pel¨ªculas. ?No es as¨ª?", la defiende con un silogismo y mucho sarcasmo uno de sus ¨²ltimos compa?eros de rodaje y tambi¨¦n admirador, Michael Caine, a su lado en El truco final.
Johansson es peque?a y joven, pero sabe muy bien c¨®mo atraer las miradas. Se maneja con soltura por el hotel Biltmore de Los ?ngeles, uno de los m¨¢s antiguos de la ciudad, por el que pasaron los Beatles, y que a¨²n conserva ese sabor de otro Hollywood. Ataviada con pantalones cortos negros y un blus¨®n con estampado de pantera, esta vez sus piernas se llevan el primer golpe de vista, largas y ensalzadas por unas sandalias de tac¨®n de aguja. Camina con seguridad aunque sin esperar ser vista y casi lo consigue. Pero quien cruce su mirada o pase el umbral de lo que Johansson considera su intimidad se encontrar¨¢ con una sorpresa. Hoy sus ojos a?aden a su belleza ese tono un poco altanero de "ni se te ocurra, imb¨¦cil".
"Es que sigo pensando que tiene que haber una manera de evitar, ya sabes, el verte expuesta por todos los lados", arranca. Es dif¨ªcil ajustar su comentario a su fotograf¨ªa omnipresente en la portada de todas las revistas, y no precisamente en im¨¢genes robadas, sino en fotos posadas para las mejores cubiertas. O en las 11 pel¨ªculas que ha estrenado en los tres ¨²ltimos a?os desde que Hollywood se enamor¨® de ella en Lost in translation. Se dice pronto. Once en tres a?os, y en su mayor parte como protagonista. Pero cuando Scarlett habla, su voz se impone sobre su ubicua imagen. "S¨¦ que soy una persona p¨²blica y esto ha requerido ciertos ajustes en mi vida. Ahora no puedo tomarme algo en una terraza, siempre expuesta a que me saquen una foto. Y s¨¦ que suena tonto, algo un poco extra?o y que cuesta explicar, pero es duro ser consciente en todo momento de tu rostro, de tus andares, de ti misma; todo el tiempo, cuando paseas, cuando entras en una tienda, cuando coges el metro. Claro que son cosas que pienso seguir haciendo. Lo que intento, lo que me parece incre¨ªblemente importante es mantener mi vida privada en privado. Compartir lo menos posible de mi vida a la luz p¨²blica porque luego la gente se hace una idea preconcebida de qui¨¦n eres y de lo que eres capaz de hacer", afirma la actriz, conocedora de esos lugares comunes con los que es descrita y dispuesta a separarse de ellos.
Tampoco es que le importe que le digan guapa o se hable de su belleza. "Est¨¢ claro que soy una chica con curvas", se?ala consciente de una verdad como un templo. Entre las mujeres que m¨¢s admira est¨¢n Marilyn Monroe y Lauren Bacall, pero, al contrario que a sus admiradores, a ella nunca se le ocurre compararse a tales bellezas. "Es algo muy agradable de o¨ªr y de lo que tampoco es que te canses. Pero tambi¨¦n s¨¦ la cara que tengo despu¨¦s de haber dormido tres horas", a?ade con otra sonrisa insinuante. "Personalmente nunca me ha interesado lo que la gente come o deja de comer o cu¨¢nto ejercicio hacen, aunque si me preguntas creo que gran parte de los actores de Hollywood est¨¢n demasiado delgados. Pero s¨ª me fastidia esa continua presi¨®n que existe con la belleza, con el peso, con estar en forma", afirma una admiradora de Eva al desnudo, y en concreto de esa escena en la que Bette Davis, en uno de sus enfados, la paga con una tableta de chocolate. "Vivimos en un pa¨ªs obsesionado con estos temas", a?ade. La sonrisa se ha vuelto a desvanecer.
Por eso Johansson prefiere hablar de otros, en especial de esos hombres que tanto la alaban y con los que ha trabajado estos ¨²ltimos a?os. Esa colecci¨®n de directores que, como asegura, parece salida de un sue?o; todos ¨¦sos que su madre y agente, Melanie Johansson, le citaba al hablar de cine. "Es gente de la que llevo viendo sus pel¨ªculas incluso antes de lo que deber¨ªa haberlas visto", asegura. En primer lugar, y junto a su madre como una de las personas que m¨¢s ha significado en su vida, est¨¢ la figura de Robert Redford. "Alguien que fue asombroso para una adolescente prep¨²ber como era entonces. Y mira que es duro pasar la adolescencia. Una de las etapas m¨¢s crueles de esta vida y encima pasarla ante la c¨¢mara. Pero Bob me ense?o c¨®mo manipular mis emociones en el cine", opina sobre su primera lecci¨®n de cine. Luego vendr¨ªan otras, y, en el caso de la joven Sofia Coppola, ambas intercambiaron ese v¨ªnculo mutuo de calma que las uni¨® delante y detr¨¢s de las c¨¢maras. Los hermanos Weisz, en Algo m¨¢s que un jefe, le dieron ese espacio en el que le gusta trabajar, siempre dispuestos a probar otra toma, mientras que con De Palma, Johansson vivi¨® un encuentro con el antiguo Hollywood. "Es de la antigua escuela, muy formal, seco y cortante, pero que no se anda por las ramas. Genera un gran respeto y es al primero que le he o¨ªdo pedir silencio para sus actores mientras se rueda", rememora sobre el legendario realizador de Carrie, Los intocables y El precio del poder.
Pero es a Woody Allen, con quien lleva dos pel¨ªculas rodadas, al que dedica toda su admiraci¨®n. "Es el m¨¢s refinado", asegura casi con tono de enamorada. "Te lo da todo como actor. Esas l¨ªneas que te ha escrito tienen toda la informaci¨®n que necesitas, son deliciosas. Y no tiene nada de manipulador. Tal y como lo ha escrito, no necesita ni ensayo ni decirte nada m¨¢s porque todo toma forma en cuanto lo expresas delante de las c¨¢maras", explica de la amistad laboral que ha trabado con alguien a quien describe como "terriblemente t¨ªmido" y le lleva 50 a?os. La admiraci¨®n es mutua. Si Johansson le llama t¨ªmido, Allen la define como la esencia de la feminidad, una mujer "sexualmente abrumadora". "Es una delicia. Como ganar a la loter¨ªa", afirma el realizador neoyorquino de la que ya habla como hablaba de su musa y compa?era sentimental durante a?os, Diane Keaton. "Hay gente, Diane fue una de ellas, que es como si les hubieran tocado con la varita del talento y lo tuvieran todo. Eso mismo le pasa a Scarlett", a?ade. En esta historia de amor plat¨®nico, Johansson no dud¨® en abandonar propuestas laborales que sobre la mesa parec¨ªan m¨¢s lucrativas con tal de regresar junto a Allen para Scoop. La v¨ªctima fue Misi¨®n Imposible III, pel¨ªcula donde al parecer le hicieron una oferta, pero que Johansson no pudo aceptar ante el conflicto de fechas. "Eso es lo que ocurre con las grandes producciones. Que no es f¨¢cil hacerlas funcionar. Y yo quer¨ªa trabajar con Woody", dice Johansson con muy poco pesar en sus palabras.
Los mentideros de Hollywood aseguran que m¨¢s que una propuesta para trabajar junto a Tom Cruise en el cine lo que Johansson recibi¨® fue una prueba para hacer de la verdadera esposa del actor m¨¢s taquillero de la industria, el papel que en la actualidad interpreta Katie Holmes en esa novela rosa titulada TomKat. Si hay algo de cierto en ello, Johansson ni abre la boca. La frase es la misma hables de esto, de su supuesto (y ya parte de las leyendas de Hollywood) encuentro amoroso con Benicio del Toro en un ascensor o incluso de su relaci¨®n actual con el actor Josh Harnett, a quien conoci¨® en Bulgaria durante el rodaje de La dalia negra. "No pienso entrar en ese tema", zanja con tanta rapidez como desprecio en cualquiera de los casos. Del Toro se lo suele tomar con m¨¢s humor. "El (hotel) Ch?teau Marmont tiene siete pisos y el ascensor es de los peque?os. As¨ª que no hay tiempo", resumi¨® el puertorrique?o antes de apostillar: "la chica es guapa. Y muy buena actriz, no nos olvidemos. As¨ª que si estuvi¨¦ramos hablando del hotel Bonaventure, con 34 pisos, bueno, a¨²n". En alguna entrevista, Johansson ha reconocido que la leyenda naci¨® de una broma suya sacada de contexto. Pero a estas alturas ni se molesta en aclararlo. "Llevo un estilo de vida muy simple, fuera del radar la prensa, aunque nunca se sabe. Ahora todo el mundo es cotilla", reafirma la int¨¦rprete que por no reconocer su relaci¨®n con Harnett ni cruz¨® con ¨¦l la alfombra roja de su propio estreno. Johansson prefiri¨® el brazo del mucho menos atractivo De Palma que el de su compa?ero de reparto y cama, Harnett, alguien de quien s¨®lo repite: "Es un gran actor, muy dedicado, y por quien siempre he sentido gran admiraci¨®n". La respuesta est¨¢ndar en Hollywood a la hora de hablar de un compa?ero de reparto. Nada de ese supuesto piso de seis millones de d¨®lares que ambos comparten cerca de TriBeca, en Nueva York, y que han insonorizado para protegerse de o¨ªdos indiscretos.
Por eso sorprende todav¨ªa m¨¢s ver a Johansson, en esas provocativas poses de revista o en el programa de David Letterman, contando, en serio o en broma, que durante su 21? cumplea?os se gan¨® unos moratones en los muslos del lap dancing que le hicieron en un club de striptease, donde acab¨® celebrando junto a su hermano gemelo la mayor¨ªa legal de edad. ?Mentiras publicitarias o un salto al vac¨ªo hacia otro tipo de carrera, m¨¢s cercana a la tambi¨¦n sexy pero mucho m¨¢s p¨²blica de Lindsay Lohan? Al fin y al cabo ambas actrices comenzaron compitiendo por los mismos papeles: Johansson hubiera dado lo que fuera por ser la protagonista de T¨² a Londres y yo a California, y Lohan se qued¨® con las ganas de interpretar el papel de Scarlett en El hombre que susurraba a los caballos. Como recuerda la revista The Hollywood Reporter, "Scarlett Johansson ha sabido escoger sus papeles y su trabajo habla de una actriz seria y decidida". As¨ª lo fue desde sus comienzos, tan empe?ada en ser actriz que le solt¨® a su madre eso de "me arde la actuaci¨®n" a los tres a?os. Desde entonces Melanie Johansson, separada del padre de la actriz, Karsten Johansson, se ha dedicado no s¨®lo a la crianza de sus cuatro hijos, sino a fomentar el talento art¨ªstico de Scarlett. "Mi madre siempre nos aliment¨® con una gran dieta cinematogr¨¢fica, es una aficionada que se lo ha visto todo. Una enciclopedia", afirma la estrella. Por una vez suena m¨¢s a hija adolescente que a musa de artistas. "Ella me ense?¨® las pel¨ªculas que val¨ªan la pena y eso me inculc¨® esa filosof¨ªa de dedicarme tan s¨®lo a esos filmes por los que merece la pena pagar entrada. Adem¨¢s, nunca he tenido prisa por conseguir lo que quer¨ªa y mi madre tampoco ha sido impaciente", a?ade en referencia a su progenitora, a quien define como alguien que "odia" Casablanca en favor de Ciudadano Kane.
Sin embargo, el toque Johansson, que le ha conseguido cuatro candidaturas al Globo de Oro, dos de ellas el mismo a?o como mejor actriz dram¨¢tica con La joven de la perla y mejor int¨¦rprete de comedia en Lost in translation, parece desvanecerse entre tanto estreno. "?Acaso es Scarlett Johansson la nueva Ben Affleck?", se pregunta la revista Business Week. La comparaci¨®n tiene su raz¨®n de ser. Lo mismo que Affleck subi¨® como la espuma, Oscar y todo al mejor gui¨®n por Good will hunting, para estrellarse con su carrera con joyas al estilo de Gigli o Una chica de Jersey, Johansson parece contar con m¨¢s admiradores en Internet y en los quioscos que en las salas de cine. En Estados Unidos, The prestige no lleg¨® a arrancar. La dalia negra se hundi¨® con todo el equipo en la taquilla. La isla fue uno de los peores fracasos del pasado a?o. Y en cuanto a su inspiraci¨®n junto a Woody Allen, todos los parabienes que le depar¨® a la pareja su trabajo en Match point, incluida la cuarta candidatura al Globo de Oro de la actriz, se han debilitado con Scoop, donde el realizador parece haber vuelto a perder su toque y junto a ¨¦l, el de su musa.
El comentarista Yogi Berra asegura que el problema, pese a lo que diga Caine, son los numerosos estrenos de Johansson. Los hay m¨¢s crueles, ¨¦sos que sin descubrir su identidad aseguran que Scarlett Johansson representa "la alternativa m¨¢s joven y barata" a estrellas de la talla de Julia Roberts y Sandra Bullock. La apreciaci¨®n no est¨¢ falta de base, aunque tal vez es innecesariamente cruel y va demasiado lejos culpando a la estrella del fracaso de cintas demasiado ambiciosas. Como dice Variety, "aun a riesgo de estar muy vista", la interpretaci¨®n de Johansson sigue siendo buena. "Yo me sigo guiando por el instinto. Me parece lo m¨¢s importante, acierte o no. Es el instinto el que me dice si ah¨ª hay una historia que quiero contar. Leo mis l¨ªneas de di¨¢logo y escucho en mi cabeza c¨®mo suenan. Si me siento c¨®moda diciendo las frases de mis personajes, entonces me comprometo", detalla Johansson sobre su m¨¦todo de elegir guiones. ?sta es la ¨²nica parte que no ha cambiado en los ¨²ltimos a?os, esos en los que, como dice, se ha visto "crecer delante de las c¨¢maras". "El ¨¦xito de Lost in translation motiv¨® varios reajustes en mi vida y en mi carrera, pero nada fuera de lo normal. Sigo siendo una actriz en busca de trabajo y que ve c¨®mo con el final de cada proyecto llega la duda de si me volver¨¢n a contratar", a?ade. Cuenta con un equipo de media docena de personas que la ayudan en su agenda, pero ella prefiere el contacto directo con los estudios con los que trabaja. Quiz¨¢ esa cercan¨ªa a la industria es la que le mantiene los pies de estrella en el suelo. "Hollywood es as¨ª, un im¨¢n que diariamente atrae a un gran n¨²mero j¨®venes, todos con sue?os de grandeza dispuestos a ser descubiertos. No es del todo mi experiencia porque comenc¨¦ en Nueva York, pero eso no evita que sea muy consciente de que en esta industria tienes una posibilidad entre un mill¨®n. Raz¨®n de m¨¢s para sentirme muy afortunada. S¨®lo tengo que echar un vistazo a mis amigos que a¨²n est¨¢n luchando por esa oportunidad para darme cuenta que la suerte ha jugado una gran baza en mi carrera", acepta.
Hasta cu¨¢ndo contar¨¢ con esta suerte, Johansson no lo sabe y tampoco piensa preocuparse por ello. Eso lo deja para los comentaristas. "Si s¨®lo es suerte o es ma?a, no s¨¦ qu¨¦ es lo que me mantiene donde estoy cuando mi trabajo es de usar y tirar. De ah¨ª que me d¨¦ la risa cuando me preguntan d¨®nde me veo en diez a?os porque no tengo ni idea", apostilla. "S¨¦ que todo esto depende tambi¨¦n de mi atractivo en la taquilla, de mi rentabilidad en la industria. Pero tampoco puedo decir que ninguna de mis pel¨ªculas ha recaudado 200 millones de d¨®lares. Ni las de m¨¢s ¨¦xito, como Lost in translation. Me siento m¨¢s c¨®moda con las pel¨ªculas que escojo que colgada por los pies a varios metros de altura en medio de un festival de efectos especiales", se r¨ªe una de las pocas estrellas que super¨® la adolescencia sin participar apenas en la graduaci¨®n obligada de toda su generaci¨®n por t¨ªtulos sangrientos, grotescos, terror¨ªficos o de sexo adolescente.
Por el momento, el futuro se promete igual de movido para quien John Travolta describe como una mezcla entre Elizabeth Taylor y Sofia Loren. Quiz¨¢ es ¨¦sa la "ambig¨¹edad" de la que habla Christopher Nolan cuando cita a la actriz. En cine, los proyectos los lleva a pares con el rodaje de The nanny diaries y The other Boleyn girl. "Es una historia de ficci¨®n, pero basada en la historia de la relaci¨®n de Ana y Mar¨ªa Bolena con el rey Enrique VIII, donde trabajo con Natalie Portman y Eric Bana", describe de la segunda cinta. En cuanto a The nanny diaries, se trata de una cinta junto a los directores Berman-Pulcini en la que Johansson asegura que estos j¨®venes realizadores rinden homenaje al cine de "Truffaut y de Woody" con una comedia que el propio Allen pens¨® en dirigir con tal de volver a trabajar con ella. "Nadie como ¨¦l para retratar el zool¨®gico cultural y social que reside en el Upper East Side de Nueva York", explica una vez m¨¢s con admiraci¨®n y seguridad Scarlett, siempre dispuesta a volver a trabajar con Allen. Lo tiene tan claro como el hecho de que quiere dirigir cine. S¨®lo est¨¢ a la espera de que surja el proyecto adecuado. "No estoy dispuesta a venderme", afirma como advertencia a los que confunden los anhelos art¨ªsticos de un actor con el ansia narcisista. "A todos los que tienen sus dudas sobre los actores detr¨¢s de las c¨¢maras les dir¨ªa que piensen en Robert Redford o en Woody Allen. En Steve Buscemi o Sydney Pollack. ?Y qu¨¦ me dices de Clint Eastwood, eh?", detalla, pendenciera pero risue?a, con ese orgullo de batalla ganada que da recitar de memoria la lista de los reyes godos.
Esa lengua r¨¢pida y demasiado sincera es la que tambi¨¦n la ha metido en m¨¢s de un problema, blanco de las risas cuando escribi¨® una pancarta dirigida a los paparazzi para que dejaran de acosarla, pero con faltas de ortograf¨ªa. O blanco de las iras cuando a sus 18 a?os, y en medio de ese otro lugar com¨²n que describe a Johansson como musa de hombres maduros, s¨®lo a ella se le ocurri¨® decir eso de que "las mujeres se mueren por dentro cuando alcanzan la menopausia". "Estoy segura de que alguien en su posici¨®n podr¨¢ cruzar ese puente a base de tratamientos de Botox que eliminen los problemas que tan desesperadamente quiere evitar", le contraatac¨® una lectora airada. Hugh Jackman, a su lado tanto en Scoop como en El truco final, la disculpa o, mejor dicho, ensalza lo que en esa ocasi¨®n le fall¨® a la actriz: el tacto.
"Es una chica con un gran coraz¨®n y una cabeza a¨²n m¨¢s sabia sobre los hombros", ilustra el int¨¦rprete acerca de los detalles de Johansson durante el rodaje, donde estuvo pendiente de los ni?os del actor, una reci¨¦n nacida y otro de seis a?os. "No s¨®lo le trajo una camisetita de pirata a Ava porque, como dice Scarlett, todas las ni?as tienen un poco de punk-rock en las venas, sino que le dio otro regalo a Oscar para evitar la rivalidad de hermanos", explica admirado de un comportamiento que s¨®lo suele ser normal en gente con ni?os. Johansson se r¨ªe cuando le recuerdas la an¨¦cdota. Ni tiene ni?os escondidos ni grandes deseos de tenerlos. "Me encantan, no me entiendas mal, pero ahora mismo me hace la misma ilusi¨®n devolv¨¦rselos a sus padres despu¨¦s de jugar con ellos", admite.
En la actualidad, Scarlett tiene otro tipo de compromisos, de los que habla m¨¢s abiertamente que de sus relaciones amorosas. Est¨¢n sus contratos con L'Or¨¦al, de la que es portavoz, y con Reebok, para la que va a dise?ar ropa deportiva de uso diario. Adem¨¢s est¨¢ esa otra carrera musical, como musa de otro veterano, Bob Dylan, dado que ser¨¢ la estrella del cantautor en el v¨ªdeo de When the deal goes down. Y la suya propia, dispuesta, al parecer, a seguir los pasos como cantante de una de sus actrices preferidas, Michelle Pfeiffer, con la grabaci¨®n de un ¨¢lbum de canciones de Tom Waits. Es s¨®lo un proyecto, pero Internet vuelve a estar que arde.
"Es uno de sus talentos m¨¢s desconocidos. Es un genio de la m¨²sica y una cantante hermosa que espero nos deleite con una pel¨ªcula musical un d¨ªa de estos", le da ideas su colega Jackman. Johansson prefiere hablar de otros proyectos en los que tambi¨¦n se est¨¢ concentrando, en esa concienciaci¨®n pol¨ªtica que cada d¨ªa toma una forma m¨¢s clara, como defensora sin reparos del senador John Kerry en las ¨²ltimas elecciones estadounidenses. Como deseo de A?o Nuevo conf¨ªa en el regreso de los soldados de la invasi¨®n de Irak, lo mismo que pidi¨® las navidades pasadas.
"Soy una persona pol¨ªticamente activa, de tendencia liberal, algo que se va haciendo cada vez m¨¢s claro con los a?os. Tampoco es que crea que el trabajo de un actor es defender aquello en lo que uno cree; pero si crees que es lo que debes hacer, ?por qu¨¦ no?", resume de esa otra cara de su personalidad que dedica, entre otras organizaciones, a grupos en lucha contra la pobreza como Oxfam, USA Harvest o Global Fund, que recauda fondos para mujeres y ni?os afectados de tuberculosis o sida en ?frica. Una apretada agenda que hace dudar si existe un respiro para la fiebre escarlata que sacude a esta mujer perfecta. "Intento no ser muy dura conmigo misma. S¨®lo hay las horas que hay en el d¨ªa y claro que me gusta tomarme mi tiempo para relajarme. No soy m¨¢s que una actriz. Vamos, que no voy por ah¨ª salvando vidas y ya sabes lo que quiero decir", resume dispuesta a emprender la marcha de nuevo con esa mirada escudo con la que parece a?adir: "?entiendes, imb¨¦cil?".
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