La guerra que no cesa

Regresan como una pesadilla aquellas viejas im¨¢genes del 30 de abril de 1973. Son los iconos de la desesperaci¨®n y de la derrota. Un helic¨®ptero despega, atiborrado de gente, de la terraza de la Embajada de Estados Unidos en Saig¨®n, mientras la capital del Vietnam anticomunista y proamericano cae en manos del ej¨¦rcito rojo norvietnamita. Nadie quiere ver en Estados Unidos im¨¢genes semejantes de Bagdad, pero todo parece conducir hacia este destino fatal. El fantasma de la guerra de Vietnam y de la derrota de la mayor superpotencia en manos de un peque?o ej¨¦rcito asi¨¢tico ha ido creciendo a lo largo de 2006, hasta llegar a ser reconocido p¨²blicamente como tal por el propio presidente George Bush. El s¨ªndrome que se quiso evitar despu¨¦s de los atentados del 11 de septiembre de 2001, esa prevenci¨®n psicol¨®gica que parec¨ªa impedir a Estados Unidos actuar sin complejos con toda su fuerza militar y econ¨®mica, ha regresado de nuevo con el desastroso camino que ha ido tomando Irak, donde la violencia civil no amaina; reina el desorden, la corrupci¨®n y el caos, y el balance de v¨ªctimas se acerca ya a cifras desoladoras, que equiparan este conflicto a las peores guerras civiles -la norteamericana o la espa?ola, por ejemplo- que ha conocido la humanidad en ¨¦pocas recientes. La revista The Lancet ha cifrado en alrededor de 600.000 las v¨ªctimas producidas entre la poblaci¨®n iraqu¨ª, sometida a unas condiciones de vida y a una tensi¨®n que est¨¢n produciendo un amplio exilio de sus mejores profesionales e intelectuales.

El terror global no ha cejado, y ah¨ª est¨¢ de nuevo la huella del megaterrorismo en los trenes de Mumbai (India, con sus 200 muertos y 700 heridos el pasado julio). Pero, adem¨¢s, Estados Unidos est¨¢ perdiendo aquella guerra global contra el terror que declar¨® ahora hace cinco a?os. La gran novedad del a?o 2006 es que este hecho hasta ahora inconfesado se ha convertido ya en una verdad oficial reconocida en el mismo Washington, gracias a las recomendaciones del Grupo de Estudios sobre Irak, presidido por James Baker y Lee Hamilton. La derrota no afecta a un conflicto localizado, tal como subraya el informe, sino que tiene una profunda repercusi¨®n en el propio papel de Estados Unidos en el mundo: "Irak es vital para la estabilidad regional e incluso global, y es un pa¨ªs cr¨ªtico para los intereses de Estados Unidos. Se sit¨²a en la l¨ªnea de falla de la divisi¨®n sectaria entre el islam chi¨ª y el islam sun¨ª, y entre la poblaci¨®n ¨¢rabe y la poblaci¨®n kurda. Tiene la segunda reserva mundial de petr¨®leo. Y es la base de operaciones para el terrorismo internacional, incluyendo Al Qaeda". El enorme impacto de este estudio, realizado por un grupo de personalidades de los dos grandes partidos norteamericanos, se ha debido, adem¨¢s, a la humillante derrota sufrida por los republicanos en las elecciones de mitad de mandato, que han dado a los dem¨®cratas la mayor¨ªa en las dos c¨¢maras y le han cortado las alas de forma ya definitiva a la presidencia de Bush durante los dos a?os que le restan.

Los 'halcones' de su Administraci¨®n, reconocidos por su etiqueta de neocons, huyen en desbandada y se ven sustituidos por republicanos pr¨®ximos a Bush, padre, partidarios del realismo y de la diplomacia y no del manique¨ªsmo moralista y de la guerra preventiva unilateral. Donald Rumsfeld ha dejado la Secretar¨ªa de Defensa, y John Bolton, la crucial Embajada ante Naciones Unidas. Pero muchos m¨¢s neocons han empezado a hacer las maletas para abrir el paso a dos a?os de consenso bipartidista y de correcci¨®n del rumbo err¨®neo emprendido por Washington desde hace cinco a?os, tal como propugnan Baker y Hamilton. Ahora lo que se quiere evitar en Irak, y tambi¨¦n en el turbulento Afganist¨¢n, donde los talibanes han recuperado la iniciativa, es la imagen de Saig¨®n. Se trata de estabilizar el pa¨ªs, encargar la seguridad a los propios iraqu¨ªes, dejarles que fabriquen su propio consenso pol¨ªtico interno e irse ordenadamente intentando salvar los muebles. Esto se quiere hacer regresando al m¨¦todo diplom¨¢tico y a un cierto multilateralismo en las relaciones con los pa¨ªses de la zona, algo que constituye toda una novedad despu¨¦s de los cinco a?os de indiferencia diplom¨¢tica neocon y de militarizaci¨®n de la pol¨ªtica norteamericana en Oriente Pr¨®ximo.

Ha quedado clausurado el momento neocon, esa tentaci¨®n irrefrenable que ha llevado a Washington a caer en la soberbia b¨¦lica, a creer en la fuerza definitiva de las armas y del dinero. El resultado ha sido una tr¨¢gica repetici¨®n de Vietnam, que ahora puede tener el colof¨®n de la iraquizaci¨®n: al igual que hubo una vietnamizaci¨®n, consistente en subarrendar la guerra a unas fuerzas locales, para limitarse a asegurar la instrucci¨®n y el control remoto pol¨ªtico y militar. Si tal es el caso, significa que la agon¨ªa iraqu¨ª puede llegar todav¨ªa mucho m¨¢s lejos y desbordar las elecciones presidenciales de 2008, el a?o se?alado para la retirada, que es lo que quiere evitar el Grupo de Estudios sobre Irak. Hay enormes diferencias entre Vietnam e Irak. En aquella guerra murieron durante 15 a?os un m¨ªnimo de 3 millones y un m¨¢ximo de 5,3 millones de personas, entre civiles y militares de todos los bandos, de los que casi 60.000 fueron v¨ªctimas mortales norteamericanas. Tambi¨¦n hay una diferencia tecnol¨®gica, que juega hoy a favor de una mayor seguridad para las tropas norteamericanas: el despliegue de tropas es mucho m¨¢s limitado (150.000 soldados en Irak frente a un m¨¢ximo de 543.000 alcanzados en Vietnam en 1967), y finalmente, los soldados son de reclutamiento voluntario, lo cual elimina el efecto de difundir la desmoralizaci¨®n que producen las v¨ªctimas por todas las clases sociales y todas las regiones. Los muertos y heridos norteamericanos son en esta guerra m¨¢s pobres y m¨¢s oscuros de piel; hay proporcionalmente menos blanquitos que en Vietnam. A pesar de todo, los casi 3.000 fallecidos en combate y los 22.000 heridos son cifras importantes, y han empezado a actuar como una dolorosa carga moral y material para la sociedad norteamericana. No es extra?o que el congresista dem¨®crata John Murtha, veterano de Vietnam, se haya convertido en el principal abogado de la retirada de Irak.

La ronda de la muerte ha alcanzado tambi¨¦n a cuatro tiranos criminales: dos de ellos debidamente encarcelados, otro tras un amable e intermitente arresto domiciliario y un ¨²ltimo que es el ¨²nico que ha sorteado plenamente la justicia de los hombres y espera la guada?a en su lecho de dictador. Slobodan Milosevic, el responsable m¨¢ximo de las guerras balc¨¢nicas y de la limpieza ¨¦tnica, muri¨® en su celda de Scheveningen. Sadam Husein fue condenado a la horca en Bagdad y su vida depende ahora de las circunstancias pol¨ªticas. Augusto Pinochet, cada vez m¨¢s acorralado, ha fallecido tras su larga partida con la justicia, a la que s¨®lo ha conseguido eludir gracias a la muerte. Fidel Castro, el incansable dictador caribe?o que ha sobrevivido a la ca¨ªda del comunismo, intenta ahora controlar los efectos de su propia desaparici¨®n, en una operaci¨®n de escenificaci¨®n anticipada de su sucesi¨®n. La partida de este mundo de los cuatro d¨¦spotas contiene un mensaje de esperanza para la humanidad: se est¨¢ poniendo muy mal este diab¨®lico oficio, y cada vez ser¨¢ m¨¢s dif¨ªcil sustraerse a los esfuerzos de la justicia internacional para impedir que alguien se sit¨²e por encima de las leyes y se convierta en due?o de vidas y haciendas.

El propio presidente norteamericano, v¨¦rtice de un sistema que es exactamente lo opuesto a estas dictaduras, tambi¨¦n sabe algo de esto. Todo el esfuerzo de su corte neoconservadora estaba dirigido desde el 11 de septiembre de 2001 a expandir sus poderes en detrimento de las competencias del Congreso y del Senado, e incluso de los tribunales. En los cinco a?os en que los neocons han tenido abierta de par en par la ventana de esta oportunidad que les ha dado la historia y la doble mayor¨ªa republicana, los poderes excepcionales obtenidos por el presidente han permitido realizar detenciones sin control de legalidad de ciudadanos extranjeros e incluso de norteamericanos; su internamiento en una red de c¨¢rceles dispersas por el mundo en las que no ten¨ªa vigencia legalidad alguna y de las que la de Guant¨¢namo ha sido la m¨¢s notoria; el secuestro y detenci¨®n de personas en pa¨ªses amigos; su traslado en vuelos secretos; su interrogatorio subarrendado a reg¨ªmenes dictatoriales; la autorizaci¨®n de interrogatorios de terroristas con m¨¦todos que significan la legalizaci¨®n de la tortura; la realizaci¨®n de escuchas telef¨®nicas, y el control de transacciones bancarias sin control judicial. No han sido ¨²nicamente las elecciones de mitad de mandato las que han castigado esta expansi¨®n de los poderes presidenciales: el propio Tribunal Supremo ha interpretado, en una hist¨®rica sentencia sobre un preso de Guant¨¢namo, que los poderes presidenciales obtenidos despu¨¦s del 11-S no son un cheque en blanco para conculcar los derechos de los detenidos. La noticia mayor respecto a la democracia americana es que los checks and balances, los controles y equilibrios de poderes, han funcionado en un momento decisivo, en el que muchos observadores cre¨ªan ver en peligro el sistema y la democracia.

Es curioso comprobar c¨®mo este presidente de poderes tan omn¨ªmodos ha dejado entender que no ser¨¢ ¨¦l quien lance un ataque contra Ir¨¢n, y menos un ataque nuclear, pero tambi¨¦n que no obstaculizar¨¢ e incluso comprender¨¢ a Israel si lo hace. La proliferaci¨®n nuclear se ha convertido, este a?o que termina, en el peligro m¨¢s tangible e inmediato que aflige a la humanidad. Hay un Estado gamberro como Corea del Norte que ha encontrado en este tipo de armas una especie de garant¨ªa de que no le suceder¨¢ lo mismo que al Irak de Sadam Husein: si Estados Unidos atac¨® al tirano iraqu¨ª fue precisamente porque no ten¨ªa armas de destrucci¨®n masiva. La l¨®gica de Pyongyang conduce a deducir que, si quiere esquivar un ataque preventivo similar para evitar que desarrolle este tipo de armas, es obligatorio entonces hacerse con ellas lo m¨¢s r¨¢pidamente posible. Funcionando as¨ª, Corea del Norte ha hecho ya su primera prueba nuclear y se mantiene en sus trece en la carrera armament¨ªstica: es su seguro de vida.

El otro foco nuclear radica en Ir¨¢n, donde el Gobierno de Mahmud Ahmadineyad reivindica y pone en pr¨¢ctica el derecho de un pa¨ªs de sus dimensiones y ambiciones a construir una potente industria nuclear civil. El sistema elegido, sin plegarse a las normas y controles que le exige el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, permitir¨¢ al pa¨ªs persa optar por el arma nuclear en caso de que la considere necesaria. Aunque los ayatol¨¢s lo desmienten y argumentan con la teolog¨ªa isl¨¢mica para condenar este tipo de armas, lo ¨²nico cierto y tangible es que un Ir¨¢n nuclear se sit¨²a en posici¨®n de competencia disuasiva con Israel, que es lo ¨²ltimo que desean los israel¨ªes de todas las tendencias. El principal problema de un Ir¨¢n nuclear se halla en Israel, pa¨ªs que considera indispensable el mantenimiento de su capacidad disuasiva para su supervivencia en un entorno geopol¨ªtico hostil. Hasta ahora los ej¨¦rcitos convencionales hab¨ªan bastado para garantizar la eficacia de la amenaza israel¨ª. Esto se ha terminado con dos guerras: la de L¨ªbano, desencadenada para terminar con el lanzamiento de misiles de Hezbol¨¢ desde territorio liban¨¦s sobre las ciudades del norte israel¨ª y para obtener la liberaci¨®n de dos soldados secuestrados por las milicias del Partido de Dios; y casi simult¨¢neamente con la de Gaza, lanzada con objetivos id¨¦nticos: liberar un soldado secuestrado por las milicias de Ham¨¢s y terminar con el lanzamiento de los cohetes qassam desde territorio palestino.

Ninguna de las dos guerras ha servido para obtener los objetivos perseguidos. En ambas se han producido fallos enormes del ej¨¦rcito israel¨ª, que han minado su moral y su prestigio. Y ambas han terminado en victorias p¨ªrricas, que han permitido al adversario apunt¨¢rselas como ¨¦xitos propagand¨ªsticos. El resultado de las dos contiendas es que el Israel de Ehud Olmert, el sucesor de Ariel Sharon que iba a aplicar su nueva pol¨ªtica unilateral de apariencia centrista, se ha quedado sin plan de paz alguno, una vez desechada la desconexi¨®n de los territorios palestinos, y sin disuasi¨®n militar convencional. ?C¨®mo van los israel¨ªes a acceder ahora a una luz verde a Teher¨¢n para que desarrolle su industria nuclear civil, con todo lo que cuelga o esconde, aunque sea a cambio de su ayuda a Estados Unidos para estabilizar Irak?

Al peligro de proliferaci¨®n de los dos pa¨ªses del eje del mal se suman India y Pakist¨¢n, siempre en competencia, que este a?o han seguido realizando pruebas de misiles bal¨ªsticos capaces de transportar carga nuclear. Ninguno de los dos ha firmado el Tratado de No Proliferaci¨®n, a diferencia de Ir¨¢n, pero el trato proporcionado por la comunidad internacional es mucho m¨¢s benevolente que el que recibe el pa¨ªs persa, a pesar de que no han cejado en su experimento con misiles bal¨ªsticos capaces de transportar carga nuclear. India, adem¨¢s, ha sido objeto de un trato privilegiado por parte de Estados Unidos, que constituye un est¨ªmulo objetivo a la proliferaci¨®n. Washington ha accedido a suministrar material nuclear civil, separ¨¢ndolo claramente del militar, a este pa¨ªs que quiere convertir en aliado privilegiado suyo en Asia. Otros pa¨ªses pueden apuntarse a esta l¨ªnea de fuga del Tratado de No Proliferaci¨®n, sobre todo si cunde el ejemplo de atender ¨²nicamente a la afinidad de Estados Unidos con los respectivos reg¨ªmenes y no a las reglas de juego internacionales. Dado que los fundamentos del arma at¨®mica se hallan en la industria nuclear civil, no debiera extra?ar que los pr¨®ximos a?os contemplen nuevos peligros de proliferaci¨®n, a caballo de las ambiciones de pa¨ªses considerados hasta ahora como parte del Tercer Mundo.

La fabricaci¨®n de energ¨ªa en este siglo XXI de todos los peligros va estrechando cada vez m¨¢s sus m¨¢rgenes pac¨ªficos: fabricar electricidad con petr¨®leo nos pone en manos de los pa¨ªses productores, sobre todo en esta ¨¦poca de precios elevados; pero hacerlo con uranio enriquecido proporciona los materiales para desarrollar el arma at¨®mica. Pa¨ªses como Rusia, Venezuela o incluso la peque?a Guinea Ecuatorial, que un d¨ªa fue espa?ola, tienen un peso pol¨ªtico y una capacidad de disuasi¨®n basada tambi¨¦n en la energ¨ªa claramente desproporcionados. Mosc¨² juega con sus tarifas para atar corto a su entorno geogr¨¢fico, pero chantajea a la Uni¨®n Europea entera respecto a las garant¨ªas de suministro. Ahora el gas ruso cumple as¨ª la funci¨®n del difunto Pacto de Varsovia, con sus divisiones acorazadas y sus misiles de carga nuclear t¨¢ctica que amenazaban Europa y obligaron a desplegar los euromisiles. Los grifos energ¨¦ticos que controla Mosc¨² pueden suscitar alg¨²n d¨ªa el miedo de los europeos, pero este a?o los temores que vienen de las estepas rusas tienen que ver de nuevo con las armas de destrucci¨®n masiva, aunque en este caso debido a su uso individual. La muerte del ex esp¨ªa Litvinenko en Londres, gracias al misterioso veneno nuclear llamado polonio 210, al igual que el asesinato de la periodista Anna Politkovskaia, han recuperado tambi¨¦n las siniestras im¨¢genes de la guerra fr¨ªa y han refrescado la memoria a quien quiera olvidar qu¨¦ tipo de r¨¦gimen es el que se ha instalado en Mosc¨².

S¨®lo los antiguos pa¨ªses comunistas que han orientado su futuro hacia la Uni¨®n Europea han conseguido mejorar o mantener los est¨¢ndares democr¨¢ticos. Ni siquiera populismos como los de los gemelos Kazcinski, con los dos cargos principales del Estado en sus manos, han conseguido que decline la democracia como en Rusia, y no hablemos ya de pa¨ªses donde ni siquiera ha empezado a echar ra¨ªces, como en el cintur¨®n de dictaduras isl¨¢micas de Asia central. En otros lugares, en cambio, los pobres de este mundo han tenido la oportunidad y han descubierto la utilidad de las urnas. Es lo que ha sucedido con normalidad en Am¨¦rica Latina y en un desolador clima de fracaso en Oriente Pr¨®ximo, en una demostraci¨®n de que democracia y estabilidad no siempre van juntas: ah¨ª est¨¢n como pruebas las elecciones de L¨ªbano y de Palestina, y el Gobierno electo de Irak. Cuesta tragar un gobierno de Ham¨¢s en Palestina, a pesar de que gan¨® ampliamente en las urnas, o un gobierno con Hezbol¨¢ en L¨ªbano. Cuesta tanto que conduce a la guerra, a la derrota de la democracia y a una contradicci¨®n flagrante entre lo que predica Estados Unidos y lo que hace Israel, a pesar de la estrecha identidad de puntos de vista de los Gobiernos de ambos pa¨ªses.

Donde la democracia ha funcionado es en las Am¨¦ricas. Se producen alternancias pol¨ªticas, castigos electorales a los gobernantes y, sobre todo, las urnas sirven para expresar las posiciones pol¨ªticas de sectores sociales marginados en otras ¨¦pocas. M¨¢s preocupante es la situaci¨®n del Estado de derecho y la propia funci¨®n del Estado a secas, sobre todo en sus funciones fiscales, como garant¨ªa m¨ªnima de redistribuci¨®n para que partes importantes de la poblaci¨®n no queden abismadas en la miseria. El nuevo populismo latinoamericano es una etiqueta confusa que describe muy mal la realidad. Algo m¨¢s exacto es hablar de las dos izquierdas, la reformista y la populista, esta ¨²ltima muy bien liderada por Ch¨¢vez, en un intento de atrapar el cetro revolucionario que cae de la mano desfalleciente de Castro. Pero de lo que no hay duda es que los pobres se han visto impelidos a utilizar el voto para obtener mejoras en su sistema de vida, y esto es un fen¨®meno mayor en un continente que ha tenido ¨¦pocas de enorme violencia e inestabilidad. Ser¨ªa dram¨¢tico que regresaran por una mala gesti¨®n de los resultados electorales, como pudiera suceder en M¨¦xico tras la ajustad¨ªsima victoria de Ricardo Calder¨®n y la huida hacia ninguna parte de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador.

Estados Unidos naufraga en Oriente Pr¨®ximo, China sigue su sigiloso ascenso, Rusia muestra bajo las nuevas garras que le proporciona el precio de la energ¨ªa las viejas pezu?as de sus servicios secretos y de un Estado desp¨®tico. ?Y Europa? Convertida plenamente en un continente de inmigraci¨®n, se debate cada vez m¨¢s en un conflicto sobre su identidad, es decir, sobre sus fronteras exteriores, geogr¨¢ficas, y sus fronteras internas, culturales, morales y pol¨ªticas, en un a?o entero sin Constituci¨®n, con 25 miembros, algunos cada vez m¨¢s d¨ªscolos y antieuropeos, como Polonia, y a punto de convertirse en 27. El debate sobre la identidad europea se concentra as¨ª en la confrontaci¨®n con el islam, religi¨®n de 15 millones de europeos, pero considerada por la Europa cristiana m¨¢s conservadora como una religi¨®n al¨®gena. El ingreso de Turqu¨ªa en la UE y la organizaci¨®n de una sociedad donde convivan religiones y culturas distintas confluyen en un mismo problema sobre la identidad europea. Las vi?etas blasfemas sobre Mahoma publicadas por un diario dan¨¦s; la dimisi¨®n de la diputada holandesa Ayan Hirsi Ali y su partida a EE UU por considerarse desprotegida ante el fundamentalismo isl¨¢mico; la pol¨¦mica sobre el uso p¨²blico del velo en el Reino Unido y en Holanda; el discurso del Papa en Ratisbona sobre la relaci¨®n entre religi¨®n y violencia y sus posteriores excusas al mundo musulm¨¢n, hasta el viaje casi de contrici¨®n a Turqu¨ªa, son los hitos de este debate que ha penetrado en el coraz¨®n de la pol¨ªtica europea en cada uno de los pa¨ªses y tambi¨¦n en su conjunto.

No hay guerra alguna entre un supuesto Occidente y el islam, tal como se empe?aron en difundir los neocons de ambos bandos, los cristianos y los musulmanes, y as¨ª ha quedado certificado por el propio Benedicto XVI en su viaje a Estambul. Lo que hay, sin embargo, es una guerra civil en marcha dentro del propio islam, lo que el pensador franc¨¦s Gilles Kepel ha descrito como la Fitna. Es una guerra, o incluso varias, entre las distintas versiones del islam, el m¨¢s atrasado y fundamentalista de Al Qaeda, por un lado, y el que quiere instalarse en paridad a las otras grandes religiones en el mundo moderno, por el otro. Pero se expresa tambi¨¦n en el enfrentamiento entre el chiismo dirigido desde Ir¨¢n y el sunismo en cuya direcci¨®n pol¨ªtica rivalizan los Hermanos Musulmanes y Al Qaeda. El peligro de que este enfrentamiento se extienda desde Irak a todos los pa¨ªses ¨¢rabes e incluso a la propia Europa es una de las advertencias mayores del informe de Baker y Hamilton que habr¨¢ que atender. Pues este nuevo Vietnam en el que se ha embarrado Washington est¨¢ mucho m¨¢s cerca de los europeos que aquel de donde hubo que salir por piernas hace 33 a?os.

PIES DE FOTOS

De turismo por Beirut en ruinas

Fue la 'pen¨²ltima' guerra de Israel contra un pa¨ªs ¨¢rabe. En julio, los cazas israel¨ªes atacaron Beirut, la capital de L¨ªbano, como respuesta a la captura por Hezbol¨¢ de dos soldados de Israel. Los bombardeos indiscriminados durante 33 d¨ªas llenaron de horror los suburbios de Beirut y la franja sur del pa¨ªs, feudo del Partido de Dios (Hezbol¨¢). En sus incursiones, la aviaci¨®n jud¨ªa bombarde¨® Acherafieh, un barrio cristiano. Destruyeron casas con sus habitantes dormidos; mataron a ni?os, a civiles y a soldados. Hubo m¨¢s de 300 muertos, 6.000 viviendas fueron destruidas y otras 13.000 da?adas. Tras el alto el fuego, los ricos libaneses hicieron incursiones tur¨ªsticas para 'horrorizarse' ante los paisajes de ruinas. Fotograf¨ªa de Spencer Platt.

?frica, cada vez m¨¢s pobre

M¨¢s de 300 millones de personas sobreviven con menos de un d¨®lar al d¨ªa, 30 millones de ni?os menores de cinco a?os sufren desnutrici¨®n y casi la mitad de la poblaci¨®n no tiene acceso al agua corriente. Seg¨²n un informe del Banco Mundial, los pobres en ?frica se han duplicado en 25 a?os. La esperanza de vida se ha rebajado de 49 a 46 a?os a consecuencia, principalmente, del sida (es el continente m¨¢s castigado; registra el 70% de los casos de sida del mundo). La sequ¨ªa, las hambrunas y las enfermedades afectan a la poblaci¨®n, que emigra en busca de mejores horizontes. Alrededor de 17 millones de africanos han tenido que desplazarse de su lugar de origen. Los campos de refugiados, hogar de miles de desplazados (como el de la fotograf¨ªa, en Somalia), reflejan el cambio de h¨¢bitos en ?frica. Fotograf¨ªa de Brino Stevens.

Protagonistas. De izquierda a derecha, Natascha Kampusch, la austriaca que el 23 de agosto logr¨® escapar de un secuestro de ocho a?os; la francesa Isabelle Dinoire, primer trasplante de cara, y dos v¨ªctimas rusas: Litvinenko, envenenado con polonio 210, y la periodista Anna Politkovskaia, asesinada a tiros en Mosc¨².

El infierno de Irak

En Irak, la situaci¨®n va a peor, como reconoce el Informe Baker, que ha recomendado al presidente Bush la retirada de las tropas estadounidenses en 2007. Desde el 20 de marzo de 2003, cuando la coalici¨®n de fuerzas encabezada por Estados Unidos invadi¨® Irak y derroc¨® a Sadam, el pa¨ªs vive en estado de caos. No hay d¨ªa sin atentados o explosiones de coche bomba. La cifra de muertos en este tiempo llega ya, seg¨²n la revista brit¨¢nica 'The Lancet', a 655.000, una media de 500 muertes al d¨ªa. Los soldados estadounidenses han registrado casa por casa en Badgad para intentar frenar la violencia, pero Irak es ya un infierno. Fotograf¨ªa de Darko Bandic.

La vuelta a casa

Al principio, ocultaban su existencia, pero la evidencia se impuso. Las tropas estadounidenses han sufrido en Irak numerosas bajas desde 2003. Cuando el cad¨¢ver del sargento James Cathey lleg¨® al aeropuerto de Reno, los 'marines' se hicieron cargo de ¨¦l y taparon su f¨¦retro con la bandera estadounidense. El mayor Steve Beck describe estas escenas como las m¨¢s impactantes: "?Ven a esa gente por las ventanillas? Esperan a que pase todo para llevarse a su familiar a casa. Podr¨ªan quedarse en el avi¨®n el resto de sus vidas". Beck es responsable de una tarea dif¨ªcil: comunicar a las familias la muerte de los soldados en Irak. El Pent¨¢gono ya ha reconocido que hasta la fecha son 2.934 los soldados muertos y 18.490 los heridos. Fotograf¨ªa de Todd Heisler.

Varapalo a Bush

El presidente de Estados Unidos vive pol¨ªticamente sus horas m¨¢s bajas. Los republicanos sufrieron una humillante derrota en las elecciones de noviembre que dieron a los dem¨®cratas la mayor¨ªa en las dos c¨¢maras. Pero George W. Bush no se arredra. Le han cortado las alas, pero ¨¦l corre por los jardines de la Casa Blanca, de cara a la galer¨ªa, con el sargento de 23 a?os Christian Bagge, quien perdi¨® sus dos piernas por la explosi¨®n de una bomba cerca de Kirkuk, en Irak. Fotograf¨ªa de Getty Images.

Evo Morales, coronado

Evo Morales fue reconocido como Jacha Mallku (Gran C¨®ndor) en una ceremonia en Tiwanaku, yacimiento precolombino cerca de La Paz, el 21 de enero, un d¨ªa antes de jurar su cargo como presidente de Bolivia. Los sacerdotes realizaron ofrendas a la Pachamama, Madre Tierra, para que le ayude en su tarea. Fotograf¨ªa de Fernando Cartagena.

La muerte de un dictador

J¨®venes chilenos hacen el saludo fascista ante el cad¨¢ver del dictador Augusto Pinochet, fallecido el 10 de diciembre sin haber sido juzgado en alguno de los 300 casos que ten¨ªa pendientes ante la justicia. Uno de sus nietos, militar de profesi¨®n, reivindic¨® el golpismo durante el funeral. Fotograf¨ªa: Efe.

La revuelta de M¨¦xico

?ste ha sido el 'annus terribilis' de M¨¦xico. Tras las elecciones en las que el derrotado L¨®pez Obrador llam¨® a la rebeli¨®n contra el elegido Felipe Calder¨®n, se produjo una revuelta a¨²n m¨¢s radical en Oaxaca, un conflicto provocado por parte de los maestros exigiendo unos salarios dignos y reprimido de forma desproporcionada por la polic¨ªa. Fotograf¨ªa de eduardo Verdugo.

Yogur de cumplea?os

Era la primera vez que Fidel Castro aparec¨ªa en im¨¢genes tras conocerse, a finales de julio, que padec¨ªa c¨¢ncer. El 13 de agosto, su 'compadre' Hugo Ch¨¢vez le visit¨® en el hospital para felicitarle por su 80? cumplea?os. Ftograf¨ªa: Reuters.

Filipinas bajo el agua

Primero fue una tormenta tropical. Luego se convirti¨® en algo m¨¢s serio. El tif¨®n Durian alcanz¨® la costa de Filipinas el 1 de diciembre y provoc¨® un gigantesco deslizamiento de barro y cenizas volc¨¢nicas en la provincia de Alba, en el este del archipi¨¦lago. El desastre, un ejemplo m¨¢s de las alteraciones del clima, afect¨® a un mill¨®n de personas. Muchas de las aldeas filipinas fueron arrasadas por la fuerza del agua. Hubo m¨¢s de 400 muertos y cerca de 600 desaparecidos. Fotograf¨ªa: Associated Press.

Ahmadineyad es la bomba

Mahmud Ahmadineyad, el presidente de Ir¨¢n, ha desafiado al mundo con su programa nuclear. Populista e incendiario, se present¨® ante periodistas internacionales para mostrar las bondades de la energ¨ªa nuclear con un fondo id¨ªlico: una gran fotograf¨ªa de campos de amapolas. "Ir¨¢n avanzar¨¢ hacia el desarollo de la energ¨ªa at¨®mica con fines pac¨ªficos", dijo.

Fotograf¨ªa de Khademian Farzaneh / abaca.

Crisis nuclear

El ej¨¦rcito de Corea del Norte mostr¨® su apoyo el 22 de octubre a su l¨ªder Kim Jong-il por el ¨¦xito de la primera prueba nuclear. Tras intensas negociaciones diplom¨¢ticas entre China y Estados Unidos, Corea del Norte se comprometi¨® a abandonar sus ambiciones at¨®micas. Fotograf¨ªa: AFP.

El polvor¨ªn de Pakist¨¢n

Pobreza, terrorismo y armas nucleares. Pakist¨¢n es un pa¨ªs peligroso, castigado por los terremotos, fronterizo con Afganist¨¢n, con infinidad de madrasas, las escuelas cor¨¢nicas donde se forjan los 'yihadistas', los 'buenos' musulmanes. Fotograf¨ªa : Gamma.

El horror de Auschwitz

"?Por qu¨¦, Se?or, has tolerado esto?", se pregunt¨® el papa Benedicto XVI al recorrer el campo de concentraci¨®n de Auschwitz, el mayor de los construidos por los nazis, en su primer viaje a Polonia. Dijo que su visita a este lugar era un deber "como hijo del pueblo alem¨¢n". Fotograf¨ªa de Alberto Pizzoli.

Tren al T¨ªbet

El Gobierno de China inaugur¨® a principios de julio una l¨ªnea de ferrocarril que ha unido Pek¨ªn y Lhasa, la capital del T¨ªbet, en 48 horas. El tren atraviesa el techo del mundo, a m¨¢s de 4.000 metros de altitud, lo que ha obligado a construir vagones presurizados como en los aviones. Fotograf¨ªa de E. Dalziel.

El fantasma aviar

En julio cundi¨® la alarma al hallarse un somormujo lavanco muerto en el humedal de Salbur¨²a (Vitoria). No hubo ning¨²n caso m¨¢s de gripe aviar en Espa?a, aunque se adoptaron medidas preventivas en septiembre, cuando se registran las migraciones de aves desde Europa hacia ?frica (en la imagen, bandadas de estorninos). Fotograf¨ªa de Fayez Nureldine.

Hijos de Madonna

Madonna visit¨® Malaui en octubre y adopt¨® en el pa¨ªs africano a un ni?o de 13 meses, hu¨¦rfano de madre. La decisi¨®n desat¨® la pol¨¦mica respecto a lo f¨¢cil que son las adopciones para los famosos. David Banda forma ya parte de la familia, junto a sus hermanos, los otros hijos de Madonna, Lourdes y Rocco. Fotograf¨ªa: AP.

El h¨¦roe que perdi¨® la cabeza

Hab¨ªan pasado 110 minutos. Francia tocaba la gloria. Italia se esforzaba. Era 9 de julio, se disputaba la final del Mundial de f¨²tbol de Alemania. Zidane hab¨ªa convertido el lanzamiento de un penalti en una obra maestra y se jugaba la pr¨®rroga de un partido duro y bronco. Diez minutos antes de pasar a la eliminatoria de los penalties, Materazzi se acerc¨® sibilinamente por detr¨¢s a Zidane y le ment¨® a su hermana, a su madre, a su familia?, qu¨¦ m¨¢s da. El h¨¦roe se gir¨® lentamente y propin¨® a Materazzi un cabezazo brutal. Su familia, desde la grada, asist¨ªa estupefacta al drama. La cara de Enzo, su hijo (de blanco y con gorra), era un poema. Zidane perdi¨® los nervios y la gloria. Italia fue la campeona del mundo. A Zidane, parad¨®jicamente, le condecoraron con el t¨ªtulo de mejor jugador del Mundial. Fue el ¨²ltimo partido del h¨¦roe de Francia. Fotograf¨ªa de John MacDougall / Cadena.