Un enfermero de EE UU relata la vida cotidiana del dictador en prisi¨®n
Mientras estuvo bajo la vigilancia de las autoridades estadounidenses, Sadam Husein sol¨ªa fumar cigarros, recordar los tiempos felices cuando sus hijos eran peque?os, adem¨¢s de practicar la jardiner¨ªa y alimentar a los p¨¢jaros, cont¨® el enfermero Robert Ellis en una entrevista publicada el domingo por el peri¨®dico St. Louis Post Dispatch. Ellis, de 56 a?os, cuid¨® de la salud del dictador entre enero de 2004 y agosto de 2005 en las instalaciones cercanas a Bagdad donde Sadam y otros altos cargos de su r¨¦gimen fueron encarcelados.
En su casa de la ciudad de Normandy, en el Estado de Misuri, Ellis recuerda lo que le dijo una vez un coronel del Ej¨¦rcito estadounidense: "Sadam Husein no puede morir mientras est¨¦ bajo la vigilancia de EE UU. Haga lo que tenga que hacer pero mant¨¦ngalo vivo". "?se era mi trabajo: mantenerlo vivo a toda costa para que pudieran matarlo m¨¢s tarde", dice Ellis. "Siempre supe c¨®mo iba a terminar todo y tambi¨¦n que iba contra mi vocaci¨®n como enfermero. Pero como soldado... En fin, era mi trabajo", a?ade.
Durante el tiempo que cuid¨® de Sadam, Ellis visitaba regularmente al dictador y lleg¨® a conocerlo bastante bien. El enfermero cuenta que cuando se le permiti¨® salir a ratos a un patio dentro de la prisi¨®n, Sadam sol¨ªa reservar parte de la comida que le daban para alimentar a los p¨¢jaros. Tambi¨¦n le gustaba cuidar y regar las plantas que hab¨ªa en la zona de recreo.
Sadam, seg¨²n Ellis, le hablaba mucho de sus dos hijos y de sus tres hijas. Le dec¨ªa que cuando los cinco eran ni?os sol¨ªa pasar mucho tiempo con ellos y que disfrutaba de esos momentos. Lleg¨® a contarle al enfermero c¨®mo arropaba a sus hijas para dormir o c¨®mo cuidaba de alguno cuando le dol¨ªa el est¨®mago o ten¨ªa jaqueca.
Sadam se negaba a comer cuando los guardias le entregaban la comida a trav¨¦s de una peque?a abertura al pie de la puerta de la celda. S¨®lo volvi¨® a probar bocado cuando los guardias le entregaban la bandeja abriendo la puerta. "Se resist¨ªa a ser alimentado como un animal", dice Ellis. "Un d¨ªa me pregunt¨® por qu¨¦ hab¨ªamos invadido Irak... Hizo un gesto como de disparar un arma y luego dijo que todo lo que hab¨ªa hecho hab¨ªa sido por el bien de Irak", cuenta.
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