Abbondanzieri, el heredero de Fillol
Desde Fillol la selecci¨®n argentina no hab¨ªa tenido un portero que transmitiera cosas de gran portero. Al cabo de tres d¨¦cadas, Roberto Abbondanzieri volvi¨® a ocupar ese lugar. Lo hizo despu¨¦s de una larga trayectoria de maduraci¨®n paulatina, a la antigua. Ahora los j¨®venes dan el salto a la selecci¨®n, o a grandes clubes de Europa, sin experiencia, dejando cosas esenciales de lado. Ahora todo va m¨¢s r¨¢pido. Por eso, a pesar de que en Argentina hubo dudas sobre su val¨ªa para afrontar el Mundial, siempre confi¨¦ en el Pato. A pesar de las malas rachas, m¨¢s all¨¢ de atravesar momentos muy duros. Con Fillol, que fue el preparador espec¨ªfico, le dec¨ªamos: "?Tienes que ser t¨² mismo!".
En Abbondanzieri hay grandes valores. Durante toda su vida deportiva vivi¨® intensamente el f¨²tbol, con un deseo constante de superarse, de afrontar desaf¨ªos. Nunca vio su oficio como un complejo de obligaciones. Nunca sinti¨® el f¨²tbol como un trabajo porque siempre disfrut¨® de su esencia de arquero. Siempre se dijo que el portero es el ¨²nico individualista de este deporte. El tonto incapaz de divertirse con los pies. Abbondanzieri sobrepas¨® eso. Con ¨¦l se puede hablar de t¨¢ctica en profundidad. Entiende lo que le pasa a los delanteros y a los defensores. Con ¨¦l los centrales mejoran. Tiene calidad humana. Hay porteros antip¨¢ticos, groseros, que generan tensiones en su defensa. ?l se hace querer. Transmite confianza. No es de los que buscan protecci¨®n. Al contrario. Es de los que les dice a sus defensas: "Ustedes salgan unos metros, vayan a tomar la marca, no se me queden atr¨¢s que yo salgo. La pelota es m¨ªa".
En Boca conquist¨® la porter¨ªa de C¨®rdoba a fuerza de mejorar cada d¨ªa. Lo acusaban de tener errores en las salidas, de no tener la pegada de C¨®rdoba... Su obsesi¨®n por perfeccionar lo llev¨® a convertirse en un especialista. Hoy no veo ning¨²n otro portero en el mundo con esa capacidad de sacar con el pie con tanta precisi¨®n, con pases de 60 ¨® 70 metros en los que el bal¨®n vuela bajo y al caer no bota, para aprovechar de esa manera la velocidad de los delanteros. Tambi¨¦n se convirti¨® en un extraordinario parador de penaltis. Cuando Boca llegaba a una definici¨®n por penaltis ¨¦l siempre se mostraba convencido de superarla. Con ¨¦l bajo los palos Boca super¨® tres eliminatorias de Libertadores en las tandas desde los 11 metros.
Su lesi¨®n en el partido de cuartos de final del Mundial con Alemania fue una de esas coincidencias m¨¢gicas del f¨²tbol. Nunca pensamos en llegar a los penaltis, pero sab¨ªamos que, si lleg¨¢bamos, Abbondanzieri nos dar¨ªa un plus. Lamentablemente, no pudo participar. Y su ausencia, m¨¢s all¨¢ de privarnos de su actuaci¨®n, priv¨® a los tiradores de Argentina de rematar m¨¢s tranquilos. Abbondanzieri se sent¨ªa tan seguro que ten¨ªa la costumbre de animar a sus compa?eros a arriesgarse. "Pateen tranquilos porque yo voy a sacar alguno", les dec¨ªa. Su optimismo es contagioso.
Jugar en Europa, para ¨¦l, fue siempre su ¨²ltimo desaf¨ªo. Quiso hacerlo en un club como el Getafe para poder disfrutar de las cosas esenciales del juego, esas cosas sencillas que tal vez en los grandes clubes sea m¨¢s complicado apreciar. Hoy est¨¢ triunfando a su manera, con el esp¨ªritu animoso de un chico de pueblo al que la alta competici¨®n no cambi¨®. Se ha afianzado en un equipo con muchas bajas: se fue Albiol y se fue Pern¨ªa y, sin embargo, su porter¨ªa es la menos batida de Espa?a. Estos resultados, en el f¨²tbol, tienen nombres antiguos: experiencia, trayectoria, entusiasmo.
Jos¨¦ P¨¦kerman fue seleccionador de Argentina en Alemania 2006.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.