La filosof¨ªa del 'Jes¨²s negro'
Arenas, segundo anotador del torneo y l¨ªder de los Wizards, bate marcas de excentricidad
Poco despu¨¦s de ser cortado por Estados Unidos antes del Mundial de Jap¨®n, el jugador de los Washington Wizards Gilbert Arenas se lo tom¨® de manera personal. No era la primera vez que este mago que cree en teor¨ªas conspirativas intu¨ªa que el planeta entero estaba en su contra. Porta el n¨²mero cero porque es el n¨²mero de partidos que auguraron algunos que jugar¨ªa en la NBA. Es el mismo n¨²mero cero que vest¨ªa en la universidad de Arizona porque eran los puntos que esos mismos auguraron que anotar¨ªa a las ¨®rdenes de Lute Olson. Asi que literalmente se mud¨® al gimnasio del equipo. All¨ª pasar¨ªa los meses siguientes entren¨¢ndose d¨ªa y noche. Un entrenamiento a las 3 de la ma?ana, uno a mediod¨ªa, otro a las ocho de la tarde y un ¨²ltimo a media noche. Entre ellos, se dedicaba a estudiar el estilo de cada ¨¢rbitro para maximizar las faltas a favor y minimizar las faltas en contra. As¨ª que, al comenzar la temporada, Arenas parec¨ªa haber jugado 81 partidos y su frustraci¨®n ante las decisiones arbitrales se hicieron tan evidentes que un juez de pista le dijo que dejase de preocuparse y jugara como sab¨ªa. Dicho y hecho.
Juega al p¨®quer en los descansos y una vez sali¨® chorreando de la ducha a jugar un partido
Tras un mal comienzo de campa?a Arenas, que puede jugar de base o de escolta, ha pasado de anotar 26 puntos de media por partido en noviembre a 35 en diciembre. Es el segundo anotador de la Liga (30 de media con 6,4 asistencias y 4,4 rebotes por partido) tras Anthony y ha logrado lo que ni Moses Malone, Bernard King, Chris Webber e incluso Michael Jordan consiguieron; colocar a los Wizards en lo mas alto del sureste a fin de a?o.
Aunque se considera un tipo "normal", sus extravagancias le dieron fama antes de que se convirtiera en una m¨¢quina de anotar puntos. Hijo de un aspirante a actor y modelo cubano, Arenas fue elegido en la segunda ronda del draft de 2001 por Golden State Warriors. A los dos a?os se neg¨® a renovar por esa misma decisi¨®n: eligieron en la primera ronda a Troy Murphy. Aunque antes de consumar su venganza se gan¨® un puesto de titular a los tres meses de iniciar su etapa profesional, en San Francisco le recuerdan mas por la ocasi¨®n en la que, frustrado con sus compa?eros, se dio una ducha fr¨ªa con el uniforme puesto en el descanso para salir a la cancha chorreando.
En la capital del pa¨ªs sus compa?eros crearon una nueva palabra que define la filosof¨ªa de Arenas: Gilbertologia, que vendr¨ªa a significar algo as¨ª como la manera de vivir y ver el mundo por parte de Arenas.
Sus excentricidades no tienen l¨ªmite. Puede jugar al p¨®quer en Internet en los descansos o reinventar su personalidad. Se ha hecho llamar el presidente negro, el asesino de la costa este, el agente cero, el Jes¨²s negro y el que mas ha perdurado: Hibachi, que es la palabra que dec¨ªa cada vez que tiraba y que da nombre a las parrillas japonesas.
Gilbert dice que nunca ha madurado y que es como un hincha. Prueba de ello es que despu¨¦s de cada partido lanza su camiseta a la grada porque es lo que a ¨¦l, como fan, le hubiese encantado ver. Teniendo en cuenta que cada camiseta le resta 200 d¨®lares de su sueldo, a final de temporada habr¨¢ perdido 16.200 dolares.
Tras anotar 60 puntos a los Lakers, convirti¨¦ndose en el primer jugador en alcanzar tal cifra ante Los ?ngeles desde que lo consiguiera Chamberlain en 1966, Bryant le acus¨® de no tomar buenas decisiones de tiro. Desde entonces, cada vez que lanza a canasta ya no grita Hibachi sino "buena decisi¨®n de tiro".
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