El Vall¨¨s concentr¨® m¨¢s de la mitad de las 36 fiestas 'rave' celebradas en Catalu?a en 2006
Irse con la m¨²sica a otra parte es una expresi¨®n que han asumido con resignaci¨®n cientos de j¨®venes franceses amantes del techno. Hace cinco a?os, el Gobierno franc¨¦s aprob¨® la Ley de Seguridad Cotidiana. La normativa obliga a los organizadores de fiestas rave (tambi¨¦n llamadas free parties) a disponer de una autorizaci¨®n administrativa, para lo cual hay que comprometerse a respetar una serie de disposiciones sobre seguridad, salud, higiene y orden p¨²blico.
La Ley de Espect¨¢culos que prepara Interior exigir¨¢ un permiso para montar 'free parties'
Cientos de j¨®venes franceses viajan a Catalu?a para participar en 'raves'
Un informe policial de la ¨¦poca de CiU dice que los Mossos no pueden actuar de forma cautelar
Como tanta formalidad no casa con el esp¨ªritu del movimiento rave, los organizadores se desinteresaron. Y los que siguieron intent¨¢ndolo, aun al margen de la ley, se expusieron a la actuaci¨®n ipso facto de la polic¨ªa: intervenir los equipos de m¨²sica basta para poner fin a estas juergas al aire libre. De modo que muchos j¨®venes -sobre todo los del sur de Francia- miraron un poco m¨¢s al sur y constataron que la ley era menos restrictiva en suelo catal¨¢n.
Aquel viaje forzoso allende los Pirineos ha convertido a Catalu?a en destino preferente para el montaje de fiestas rave. El a?o pasado, la polic¨ªa tuvo constancia de 36 eventos de este tipo, es decir, m¨¢s de uno cada quince d¨ªas. La cifra supone un aumento del 56% respecto a los detectados en 2005. El Vall¨¨s (en especial la comarca del Vall¨¨s Oriental) concentr¨® m¨¢s de la mitad de las fiestas celebradas el a?o pasado. El municipio de La Llagosta lider¨® la clasificaci¨®n con siete raves, seguido de Sant Fost de Campsentelles (cinco).
Las raves son sesiones de m¨²sica en las que los disc jockeys pinchan techno a todo trapo. Para ello utilizan avanzados equipos de gran potencia: mesas de mezclas, sintetizadores, altavoces... Una de las caracter¨ªsticas es que suelen celebrarse al aire libre. Puede ser en alg¨²n rinc¨®n m¨¢s o menos discreto de la monta?a, o bien en espacios y recintos propicios: naves industriales, antiguos recintos fabriles, mas¨ªas abandonadas o recintos militares en desuso. Tras uno o varios d¨ªas de jolgorio, los participantes suelen volver a casa.
Poliny¨¤ desat¨® la tormenta
La asistencia a estas manifestaciones de la cultura underground es variable. De las 36 fiestas del a?o pasado, s¨®lo 8 superaron las 200 personas. La m¨¢s multitudinaria fue precisamente la que, el ¨²ltimo d¨ªa del a?o, congreg¨® en Poliny¨¤ (Vall¨¨s Occidental) a algo menos de 2.000 personas. La fiesta acab¨® tr¨¢gicamente. Uno de los participantes -Mohammed D., de 23 a?os y vecino de la localidad francesa de Narbona- fue atropellado en una carretera cercana al solar de un antiguo c¨¢mping. Muri¨®.
Las alcaldesas de Poliny¨¤ i Palau-solit¨¤ i Plegamans denunciaron entonces la "pasividad" policial, argumentando que los agentes no hab¨ªan impedido la celebraci¨®n. Tres d¨ªas despu¨¦s del inicio de la fiesta, los Mossos d'Esquadra detuvieron a tres personas por tr¨¢fico de drogas, impusieron multas e identificaron a 145 personas.
Los grupos de la oposici¨®n, CiU y PP, se sumaron a las cr¨ªticas. La federaci¨®n nacionalista tild¨® de "excusa" la explicaci¨®n del consejero de Interior, Joan Saura (ICV), en el sentido de que la polic¨ªa no pod¨ªa prohibir de forma preventiva la fiesta, ya que , al tratarse de una propiedad privada, se requer¨ªa una orden judicial.
Un informe policial sobre fiestas rave de marzo de 2003 al que ha tenido acceso este diario es contundente en este sentido. En su apartado de conclusiones, el documento -redactado cuando la responsable de Interior era la democristiana N¨²ria de Gispert- asegura que "no son de aplicaci¨®n medidas cautelares por parte de los agentes policiales ante espect¨¢culos de estas caracter¨ªsticas". S¨®lo podr¨ªa hacerse "mediante resoluci¨®n administrativa del ¨®rgano competente".
El texto se refiere a la ley francesa de 2002 y se?ala que, "a diferencia de la normativa auton¨®mica, permite la aplicaci¨®n de medidas cautelares (...) mediante la intervenci¨®n de todos los aparatos de m¨²sica en el caso de que la fiesta no haya sido autorizada". En Catalu?a, lo m¨¢ximo que se puede hacer en la mayor¨ªa de casos, prosigue el documento, es "confeccionar un acta administrativa", con lo cual es dif¨ªcil obtener un "resultado ¨®ptimo". El grupo de investigaci¨®n tambi¨¦n se?ala en el texto la "dificultad" de montar un operativo policial ante fiestas rave, debido al "secretismo" de sus organizadores.
Requisar los instrumentos
Inspir¨¢ndose en parte en el modelo franc¨¦s, el Departamento de Interior prepara una ley del espect¨¢culo y de las actividades recreativas que sustituir¨¢ a la vigente, aprobada en 1990. Las fiestas rave estar¨¢n incluidas, aun sin nombrarlas expl¨ªcitamente, en un apartado sobre "actividades de r¨¦gimen especial", seg¨²n avanz¨® el secretario general de Interior, Joan Boada.
"No se trata de prohibir o no. Se conceder¨¢ el permiso para organizar una rave si se cumplen una serie de requisitos. Y si no se cumplen, entonces se podr¨¢ intervenir de forma inmediata". Los mecanismos de actuaci¨®n ser¨¢n diversos: "Suspender la actividad, precintar el lugar o simplemente requisar los aparatos musicales", abund¨® Boada.
En el caso de que haya "problemas graves de seguridad" -consumo de drogas o presencia excesiva de veh¨ªculos, como suele ocurrir en las free parties- los Mossos d'Esquadra podr¨¢n interrumpir la fiesta. Aunque ser¨¢n los responsables policiales los que decidir¨¢n en cada caso, en funci¨®n de las circunstancias. El objetivo es que la normativa est¨¦ lista en el segundo semestre del a?o.
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