La madeja universitaria europea
Algunos pa¨ªses han acabado la reforma de sus carreras mientras Espa?a apenas ha empezado
La universidad europea est¨¢ enfrascada en una de las reformas m¨¢s ambiciosas de su historia. Los gobiernos de 45 pa¨ªses de Europa y su entorno, entre ellos Espa?a, se han comprometido a armonizar en 2010 la configuraci¨®n de sus carreras con una estructura ¨²nica de dos ciclos, el de Grado (carreras de tres o cuatro a?os) y el posgrado (m¨¢steres de especializaci¨®n y doctorados de investigaci¨®n), que intentar¨¢ conseguir que un titulado en cualquiera de esos territorios vea reconocida casi autom¨¢ticamente su formaci¨®n vaya donde vaya, tanto para conseguir trabajo como para continuar sus estudios. Con el objetivo perfectamente definido desde el comienzo, en 1999, pero sin una coordinaci¨®n clara, la reforma se encuentra actualmente en una situaci¨®n m¨¢s bien ca¨®tica, con pa¨ªses que ya han culminado los cambios, otros a mitad de camino y algunos, como Espa?a, que apenas han empezado.
Italia fue uno de los primeros en adaptarse, pero ha tenido que reajustar los cambios
Italia fue uno de los primeros en adaptarse, pero ha tenido que reajustar sus reformas. Alemania ha efectuado cambios parciales, s¨®lo en algunas ¨¢reas y algunas regiones, con proyectos que a¨²n son pilotos. Francia ya ha legislado al respecto, pero s¨®lo algunos campus, sobre todo las escuelas t¨¦cnicas superiores, est¨¢n adaptados. Pero tambi¨¦n hay otros, como Reino Unido, Austria, Holanda o Finlandia, donde los cambios est¨¢n ya absolutamente integrados y generalizados. Suelen coincidir estos pa¨ªses de cabeza con aquellos en los que las carreras ten¨ªan ya una estructura parecida o sus universidades una gran independencia respecto al poder pol¨ªtico -en el caso del Reino Unido se dan las dos circunstancias-, asegura el experto franc¨¦s Guy Haug, involucrado directamente en la gestaci¨®n de la convergencia europea desde la UE, para la que trabaj¨® hasta el a?o pasado.
En este contexto, Espa?a ser¨¢ uno de los ¨²ltimos pa¨ªses, al menos del n¨²cleo principal formado por los Estados de la UE, que empezar¨¢ a ofrecer a sus estudiantes, previsiblemente en 2008-2009, las carreras de Grado -ya no habr¨¢ diplomaturas ni licenciaturas-. S¨ª ha empezado a impartir este curso los nuevos m¨¢steres oficiales.
"Creo que ha habido mucho zigzagueo. Ahora ya hay que implantarlo sin m¨¢s demora", asegura el presidente de la Conferencia de Rectores, Juan V¨¢zquez. La llegada a principios del a?o pasado de la nueva ministra de Educaci¨®n, Mercedes Cabrera, trajo consigo dos cambios sustanciales: no ser¨¢ el Gobierno el que haga un cat¨¢logo de carreras, sino las universidades quienes dise?ar¨¢n los t¨ªtulos a partir de unas directrices generales, y todos los Grados ser¨¢n, definitivamente, de cuatro a?os.
La duraci¨®n de las carreras ha sido objeto de pol¨¦mica en muchos pa¨ªses, como reflejan varios informes de la Asociaci¨®n Europea de Universidades. Algunos expertos sostienen que los tres a?os, la opci¨®n m¨¢s extendida, son perfectamente funcionales y permiten a los estudiantes salir antes al mercado de trabajo, mientras otros creen que ese tiempo no asegura una formaci¨®n suficiente. Para Guy Haug, ¨¦ste es un debate falso: "Lo que se propone en la reforma es flexibilidad. Cada contexto es particular. Por ejemplo, en Reino Unido se ofrecen Grados de tres, tres y medio o cuatro a?os, y m¨¢steres de uno a dos a?os". La decisi¨®n de Espa?a, con Grados s¨®lo de cuatro a?os, ha sido, entre otras razones, "por las caracter¨ªsticas propias del sistema espa?ol y pensando en la estructura, no s¨®lo europea, sino en la mundial", explica el secretario general del Consejo de Coordinaci¨®n Universitaria, F¨¦lix Garc¨ªa Laus¨ªn.
"Las reformas falsas" son una de las principales dificultades a las que se enfrenta ahora el proceso, sostiene Haug. Esto es, que simplemente se compriman en esos tres o cuatro a?os las carreras tal y como exist¨ªan hasta ahora. La raz¨®n es que el cambio no consiste s¨®lo en esa estructura, sino en el nuevo sistema de cr¨¦ditos europeos (ECTS), que contemplan las horas de estudio dentro y fuera de clase, y el suplemento europeo, certificado que acompa?ar¨¢ al t¨ªtulo explicando en qu¨¦ consiste la formaci¨®n recibida (¨¦ste ya funciona en Espa?a). Esto significa una modernizaci¨®n de la forma de ense?ar y aprender y asegurando la calidad de la formaci¨®n a trav¨¦s de agencias de acreditaci¨®n.
Ahora, las universidades espa?olas esperan cada vez m¨¢s impacientes el pistoletazo de salida para este a?o. El Gobierno pretende aprobar antes del verano la reforma de la ley de universidades y el decreto que permitir¨¢ a los campus empezar a dise?ar los nuevos t¨ªtulos de Grado.
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