Que el tren no se pare
Plantea el autor la necesidad de ofrecer a los ciudadanos argumentos e informaci¨®n precisa sobre la 'Y' ferroviaria.
El pasado mes de diciembre, conocimos los planes de la izquierda abertzale para tratar de "parar" el tren de alta velocidad. M¨¢s adelante entrar¨¦ a aclarar un par de cuestiones con relaci¨®n a sus argumentos para oponerse a la Y ferroviaria. Antes quiero manifestar la gravedad que supone el hecho de que Ezker Batua (EB) se manifieste, junto a los radicales abertzales, contra este proyecto estrat¨¦gico del Gobierno del que forma parte.
El grupo parlamentario Ezker Abertzaleak (EHAK) puso una condici¨®n sine qua non para empezar a hablar de los Presupuestos de la comunidad aut¨®noma para 2007: que se retirasen todas las partidas destinadas a financiar la Y ferroviaria. Sin embargo, ?qu¨¦ ha hecho EB ante un proyecto de Presupuestos que contempla una inversi¨®n en dicha infraestructura de m¨¢s de 250 millones de euros? Pues apoyarlo, aunque mantenemos dudas sobre si este apoyo se produce sin fisuras. Desde luego, no ser¨ªa de recibo que las discrepancias entre los socios del Gobierno vasco retrasasen m¨¢s esta gran infraestructura, necesaria para el futuro y la modernidad de Euskadi. Y va siendo la hora de que el lehendakari Ibarretxe ponga un poco de orden en un Gobierno que, para colmo, est¨¢ en minor¨ªa parlamentaria.
Sinceramente, creo que los vascos nos merecemos un poco m¨¢s de respeto y, sobre todo, no nos merecemos este Gobierno. De modo que si el lehendakari no ordena su Gobierno, ser¨¢ la oposici¨®n quien lo haga. Al tiempo.
Adem¨¢s del necesario acuerdo institucional, otra de las claves para que el tren de alta velocidad no se pare es llevar a cabo una gesti¨®n transparente, informando a la ciudadan¨ªa y defendiendo argumentos de forma pedag¨®gica. En este punto, retomo la noticia a la que alud¨ªa al comienzo del art¨ªculo. Seg¨²n dicha informaci¨®n, la izquierda abertzale tendr¨ªa previsto desarrollar dos tipos de oposici¨®n para parar la Y: una socioecon¨®mica y otra ideol¨®gica.
No es dif¨ªcil rebatir la argumentaci¨®n contraria en clave socioecon¨®mica. Es incuestionable que la Y ferroviaria: 1) facilitar¨¢ e incrementar¨¢ la circulaci¨®n de personas y mercanc¨ªas, permitiendo una mejor conexi¨®n con el resto del Estado y con Europa; 2) transportar¨¢ mercanc¨ªas, sacando de la carretera Vitoria-Ir¨²n cientos de camiones diarios; 3) supondr¨¢ un fuerte impulso econ¨®mico para Euskadi, provocando, previsiblemente, un incremento del 1,3% del PIB y creando miles de empleos directos; 4) evitar¨¢ el gasto de 27.000 litros de combustibles f¨®siles al d¨ªa... Se podr¨ªa seguir argumentando.
Ninguno de estos cuatro argumentos convencer¨¢ a la izquierda abertzale y a quienes les siguen. Y es que es evidente que, a la hora de hablar de la realidad social y econ¨®mica del pa¨ªs, los socialistas y los radicales abertzales no nos referimos a la misma cosa. Yo, a diferencia de ellos, no creo que Euskal Herria vaya a ser m¨¢s feliz el d¨ªa que las vacas pasten en el Boulevard de Donostia.
Y tampoco hablamos el mismo lenguaje a la hora de entender la pol¨ªtica y la democracia. Lo digo al hilo de la segunda l¨ªnea de oposici¨®n a la Y: la ideol¨®gica. Arguyen que el mencionado proyecto es una "imposici¨®n" y que, por tanto, se requiere una moratoria en tanto en cuanto el pueblo no refrende aquel a trav¨¦s de una consulta popular. Bien. Los socialistas hemos sido y seremos claros en dos sentidos. En primer lugar, creemos en el sistema de representaci¨®n parlamentaria. Quienes estamos en el Parlamento vasco representamos a la ciudadan¨ªa vasca con toda la legitimidad que nos otorga el modelo democr¨¢tico que disfrutamos. Otra cosa es que veamos con preocupaci¨®n la distancia creciente entre la pol¨ªtica y la ciudadan¨ªa, y estemos trabajando para incorporar mecanismos de democracia directa con los que mejorar el sistema y avanzar hacia una democracia participativa.
Pero volviendo a la supuesta imposici¨®n, los grupos del PNV, PSE-EE, PP y EA, o lo que es lo mismo, 62 de los 75 de los representantes en la C¨¢mara vasca, respaldamos el proyecto. A pesar de lo dicho, los anti-Y seguir¨¢n manteniendo que "la mayor¨ªa social, sindical y pol¨ªtica de Euskal Herria" se opone al proyecto. Nuevamente, parece que unos y otros no otorgamos el mismo significado a las palabras mayor¨ªa y democracia. Pero mucho me temo que no estamos tanto ante un problema de lenguaje como de reconocimiento de la legitimidad democr¨¢tica. Sinceramente, sigo creyendo que la izquierda abertzale no entiende los registros en los que nos movemos la mayor¨ªa de los ciudadanos vascos, lo que podr¨ªa estar en el origen de muchas de las dificultades que atraves¨® el duro y dif¨ªcil (y aburrido) proceso de paz. Pero ¨¦se es otro tema.
En segundo lugar, siempre hemos defendido y defenderemos el derecho a decidir en el ¨¢mbito de nuestras competencias. Somos m¨¢s libres en la medida en que disfrutamos de ¨¢mbitos de decisi¨®n compartidos. As¨ª, hay decisiones que tomamos en lo local y foral, otras en lo auton¨®mico, otras en lo estatal y otras en lo europeo, en funci¨®n de las competencias de cada ¨¢mbito. En este caso estamos hablando de una infraestructura de competencia estatal -por eso el Estado se har¨¢ cargo de todos los gastos que ocasione la nueva red ferroviaria-, que se hace de forma concertada con el ¨¢mbito auton¨®mico vasco. Por tanto, las consultas populares sobre la Y que se est¨¢n celebrando en diversas localidades vascas, sin dejar de ser muy respetables, son papel mojado. No compete a los municipios decidir sobre esta infraestructura, como tampoco compete a Euskadi decidir sobre la estructura del Estado; otra cosa es que a la hora de hacer la Y se implique m¨¢s o menos a los municipios, y que a la hora de reformar la estructura del Estado se cuente con la posici¨®n y el concierto de las autonom¨ªas.
Espero que, aunque tampoco les convenza, esta segunda l¨ªnea argumental ayude a entender a quienes se oponen al nuevo trazado ferroviario c¨®mo pensamos quienes estamos a favor del proyecto. Y, sobre todo, espero que les ayude a entender c¨®mo funciona el sistema democr¨¢tico. Aunque quiz¨¢s este argumento les reafirme en sus convicciones.
En cualquier caso, conf¨ªo en que la oposici¨®n con la que estas plataformas ciudadanas, con los radicales abertzales y EB a la cabeza, quieren parar el tren de alta velocidad, se desarrolle exclusivamente a trav¨¦s de mecanismos democr¨¢ticos y utilizando v¨ªas pac¨ªficas. No como en otras ocasiones que conservamos en la memoria.
?scar Rodr¨ªguez es secretario general del Grupo Parlamentario Socialistas Vascos-Euskal Sozialistak.
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