Adictos al otro

Patrick Marber es un autor de trayectoria oblicua. Empez¨® interpretando mon¨®logos en programas parecidos a El club de la comedia. Luego escribi¨® teleseries y el ¨¦xito le anim¨® a componer una obra dram¨¢tica, Dealer's Choice, estrenada en el National Theatre: pocos debutantes tienen esa suerte. Closer, su segunda pieza, salt¨® a una sala comercial y cosech¨® cuatro premios a la mejor obra de 1997. Desde entonces se ha montado en 30 pa¨ªses, y en Barcelona en 2003, con direcci¨®n de Tamzin Townsend. En 2004 fue filmada por Mike Nichols. Ahora, Mariano Barroso la pone en escena en el teatro Lara de Madrid.

Closer es una comedia urbana sobre gente solitaria en busca de anclaje sexual y afectivo. Sus protagonistas se conocen por accidente y se enamoran a primera vista. En lo sustancial, la obra no difiere de la pel¨ªcula. En la primera escena, Dan, periodista de treinta y tantos a?os, se prenda de Alice, una streeper de 24 arrollada por un taxi, pero su pasi¨®n dura lo que tarda en conocer a Anna, fot¨®grafa separada que est¨¢ como un tren. Larry, cuarto en discordia, tambi¨¦n se enamora de Anna, y la desposa sin pens¨¢rselo. Ni ¨¦l ni Alice sospechan que sus parejas respectivas son amantes.

Marber dibuja r¨¢pida y esquem¨¢ticamente cuatro caracteres contrapuestos: la mujer dubitativa, la chavala vivaz y en saz¨®n, el gal¨¢n picaflor, y el hombre que sabe lo que quiere y cu¨¢nto va a costarle. Para ser tan diferentes, supuran parecido desasosiego: la felicidad de cada uno depende de su pareja. Son adictos al otro. El punto de vista dominante en esta comedia llena de trampas es netamente masculino. Para Dan y Larry, las chicas son, sobre todo, objeto de deseo, aunque en el caso de Larry el sexo sea tambi¨¦n una t¨¢ctica para anclar a la mujer que ama, y para reconquistarla cuando se ha ido. Los motivos de ellas aparecen m¨¢s velados: hay que atar cabos para entender la decisi¨®n final de Alice, el personaje m¨¢s fr¨¢gil y opaco.

Mariano Barroso ha escogido int¨¦rpretes con alg¨²n parecido f¨ªsico a los de la pel¨ªcula. Tambi¨¦n la composici¨®n de los personajes abunda en similitudes. Lidia Navarro (Alice) lleva un peinado neopunk casi igual al de Natalie Portman: tiene encanto, talento y, cuando se transforma en go-g¨®, desparpajo. Bel¨¦n Rueda, rubia y delgada como Julia Roberts, est¨¢ contenida y segura de s¨ª. Jos¨¦ Luis Garc¨ªa P¨¦rez esboza la mitad amable de Larry: le falta el lado resabiado. Sergio Mur llena de tics un papel que Jude Law tampoco supo resolver. En este montaje, llevado por Barroso a buen ritmo, el drama est¨¢ muy enunciado y poco hecho. Me gustar¨ªa sentir, adem¨¢s de escuchar, que han pasado meses o a?os entre el encuentro y la despedida de los protagonistas, y palpar su dolor. Elisa Sanz ha hecho escenograf¨ªas m¨¢s pr¨¢cticas y vers¨¢tiles. ?sta, montada sobre un doble escal¨®n, sit¨²a a los actores all¨¢ arriba, alejados, cuando Closer es una comedia de primeros planos.