El comandante que enga?¨® al terrorista
Mohamed Lemine dio instrucciones en clave secreta sobre c¨®mo reducir al secuestrador que quer¨ªa desviar su avi¨®n a Par¨ªs
El comandante Ahmedou Mohamed Lemine, de 50 a?os y m¨¢s de 20 al servicio de los aviones de la compa?¨ªa a¨¦rea Air Mauritanie, se convirti¨® el pasado jueves en un aut¨¦ntico h¨¦roe de la navegaci¨®n a¨¦rea. Lemine urdi¨® un plan que finaliz¨® exitosamente con la rendici¨®n y detenci¨®n del terrorista mauritano Mohamed Abderraman, de 32 a?os, que hab¨ªa secuestrado el vuelo MR465 que cada martes y jueves hace la ruta entre Nuakchot, Nuadib¨² y Las Palmas de Gran Canaria.
Nada m¨¢s despegar el pasado jueves del aeropuerto de Nuakchot, el secuestrador se dirigi¨® a la cabina del piloto, le enca?on¨® en la cabeza y exigi¨® que el vuelo se desviara hasta Par¨ªs, donde el joven quer¨ªa pedir asilo pol¨ªtico. Antes de embarcar hab¨ªa pasado un arco de seguridad, que estaba desconectado (por eso no detect¨® las armas que portaba). El veterano comandante le dijo que el aparato Boeing 737-700 no ten¨ªa combustible para llegar hasta la capital de Francia y que deber¨ªan hacer escala en Marruecos o el S¨¢hara.
El secuestrador se qued¨® solo en la cabina con Lemine y expuls¨® al copiloto, Dah Mudi. Lo primero que hizo Lemine fue comunicar a los pasajeros que el avi¨®n hab¨ªa sido secuestrado y pidi¨® que tanto mujeres como ni?os ocuparan las plazas del final del aparato para que en las filas delanteras s¨®lo hubiera varones adultos. Tambi¨¦n pidi¨® tranquilidad a todo el pasaje.
Primero intentaron establecer contacto para aterrizar y repostar combustible en Casablanca, pero Marruecos deneg¨® la autorizaci¨®n para esta escala. Posteriormente comunicaron con Dajla (sur del S¨¢hara) para hacer esta operaci¨®n, que tambi¨¦n fue denegada. La ¨²nica opci¨®n fuera de territorio mauritano era dirigirse al ¨²ltimo destino del vuelo, Las Palmas de Gran Canaria. Durante el transcurso de estas operaciones, el comandante Ahmedou Mohamed Lemine dialog¨® con el terrorista y se percat¨® de que no hablaba franc¨¦s, pero no dijo nada m¨¢s.
Antes de su llegada a la isla de Gran Canaria, y entre las indicaciones que dio como si fueran las de un aterrizaje normal, meti¨® un gol al secuestrador. Sin que ¨¦ste se percatara, en mitad de su discurso, dio instrucciones claras y concretas a los pasajeros y a su tripulaci¨®n de lo que iba a hacer, una clave secreta que el secuestrador no pudo descifrar: en una operaci¨®n de m¨¢ximo riesgo para el aparato y el pasaje, el avi¨®n dar¨ªa un gran frenazo nada m¨¢s las ruedas tocaran la pista de aterrizaje y acelerar¨ªa a la m¨¢xima potencia un segundo despu¨¦s.
El vuelo s¨®lo fue autorizado a aterrizar en la pista de la base militar de Gando, paralela a la utilizada por los vuelos civiles, donde a esa hora no operaban aviones comerciales, porque fue cerrado al tr¨¢fico a¨¦reo. Un dispositivo de m¨¢xima seguridad integrado por tropas de asalto, guardias civiles, polic¨ªa nacional, bomberos y ambulancias rodear¨ªan al 737-700.
La arriesgada maniobra ideada por este h¨¦roe fue un ¨¦xito. Entre los gritos de los pasajeros que se golpeaban continuamente por la brusquedad de las dos maniobras de frenazo y aceleraci¨®n, el secuestrador, que permanec¨ªa de pie dando la cara a los pasajeros y exhibiendo las pistolas, perdi¨® el equilibrio, cay¨® al suelo y solt¨® una de las dos pistolas que portaba. No le dio tiempo a reaccionar. La tripulaci¨®n ya hab¨ªa preparado una gran jarra de agua hirviendo que le echaron en la cara y el pecho. Segundos despu¨¦s, cinco pasajeros de las primeras filas, entre las que se encontraban autoridades del norte de Nuadib¨² (como el alcalde de Inal, Mohamed uld Ahmed Brahim) y los tripulantes, se abalanzaron sobre el secuestrador y lo redujeron a base de fuertes golpes en la cara, t¨®rax y extremidades. En menos de un minuto estaba fuera de combate y s¨®lo se escuchaban quejas de los heridos por golpes, ara?azos y contusiones leves. Al menos siete pasajeros, presa del p¨¢nico, abrieron las puertas del avi¨®n y se lanzaron a la pista, lo que les provoc¨® fracturas. Eran las 19.15 y la pesadilla hab¨ªa terminado bien. "Se merece una medalla, es un aut¨¦ntico h¨¦roe", reconoci¨® Ahmedou Ahmedou, delegado en Canarias de Air Mauritanie.
Ingreso en el hospital
Las fuerzas de seguridad entraron y s¨®lo tuvieron que detener al secuestrador, que estaba boca abajo inmovilizado por pasajeros y tripulantes. El resto del pasaje descendi¨® y fue atendido por los m¨¦dicos del Servicio de Urgencia Canario. Catorce de ellos, entre los que hab¨ªa cuatro menores, fueron hospitalizados, aunque su estado era leve. El aeropuerto se reabri¨® al tr¨¢fico a¨¦reo a las 20.40. Un grupo de artificieros explor¨® hasta el ¨²ltimo cent¨ªmetro del Boeing sin encontrar m¨¢s armas o explosivos.
Acabaron el registro a la medianoche y el avi¨®n volvi¨® a despegar rumbo a Nuadib¨² a las cuatro de la madrugada. El secuestrador tuvo que ingresar en el Hospital de Gran Canaria para curarse de las quemaduras del agua hirviendo y de los m¨²ltiples golpes, entre ellos una lesi¨®n importante en un ojo. Permanece en la comandancia de la Guardia Civil en Gran Canaria, donde seguir¨¢n interrog¨¢ndolo al mediod¨ªa de hoy viernes. Su carn¨¦ de conducir lo identifica como ciudadano mauritano.
Por motivos de seguridad y como ya hac¨ªa Air France desde hace meses, la compa?¨ªa Binter Canarias, que cada mi¨¦rcoles y domingo enlaza las dos ciudades mauritanas con Las Palmas, ha contratado una empresa que registrar¨¢ a los pasajeros minutos antes del embarque, casi a pie de pista, inform¨® un portavoz de esta compa?¨ªa.
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