?Peligro! Isabel Coixet al volante
Con la emoci¨®n requerida, acabo de ver los anuncios de la nueva campa?a publicitaria de la Direcci¨®n General de Tr¨¢fico dirigidos por Isabel Coixet. En uno de ellos, sale un se?or que camina muy deprisa mientras dice apresuradamente: "Ponte el cintur¨®n cada vez que te subas al coche. Porque te salva la vida, por la multa o por una t¨ªa, da igual. P¨®ntelo aunque vayas detr¨¢s o te romper¨¢s la maldita cabeza. Hazlo por los puntos o para que tu madre no tenga que llevar flores al kil¨®metro 23 de alguna carretera".
El tono es muy de telefilme, sobre todo porque el se?or dice "maldita cabeza", que es una expresi¨®n que s¨®lo o¨ªmos en las pel¨ªculas dobladas (en las que el "maldita" suele ser la traducci¨®n de fucking). Su manera de hablar tambi¨¦n es la que usar¨ªa el protagonista de un telefilme en ese momento en que, despu¨¦s de las buenas palabras, decide ponerse muy serio para hacer reaccionar a su amigo Scooty. Me refiero al momento en que le sujeta por los hombros y le dice: "Muy bien, Scooty, quiero que te metas esto en tu maldita cabecita. Est¨¢s destruyendo tu vida, de acuerdo. Pero no cuentes conmigo para consolar a la peque?a Elodie cuando le tengan que decir que su hermano mayor ha muerto por sobredosis en callej¨®n. Es tu jodida vida, ?me has entendido?".
Claro que, en un anuncio como el de Isabel Coixet, cada detalle, desde el "maldita" hasta el color de pelo del protagonista, ha sido calculado. Por eso, el ministro del Interior, Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, al presentar la campa?a ha dicho que "no es casual" que los protagonistas de los anuncios sean hombres, ya que los hombres "son m¨¢s tendentes a la infracci¨®n". Esta muestra de sexismo me parece tan maravillosa que la aplaudo sin reservas. ?Los hombres son m¨¢s tendentes a la infracci¨®n? Pues se les hace el anuncio a medida. Y cuando digo "los hombres", digo los hombres heterosexuales, promiscuos y desenfadados.
?sta es la raz¨®n, digo yo, por la cual el se?or del anuncio te pide que te pongas el cintur¨®n "por una t¨ªa". Si dijese "por tu se?ora" o "por tu novia" o "por Paquita" entender¨ªamos que se dirige, por ejemplo, a un conductor heterosexual que tiene pareja. Pero al decir "por una t¨ªa", es distinto. A lo mejor tiene pareja, pero por quien se pone el cintur¨®n es por una t¨ªa. Si usted, se?or casado que est¨¢ leyendo esto, se pone el cintur¨®n "por una t¨ªa" salvar¨¢ la vida, s¨ª, pero cuando llegue a casa, su se?ora le va a matar, no sin antes obligarle a confesar el nombre de "la t¨ªa". En cuanto a m¨ª, al ser una mujer heterosexual, ya no cuento como clienta potencial del anuncio. Y es normal. Yo, "por una t¨ªa" no me pongo el cintur¨®n. Las t¨ªas son los seres que menos me importan del mundo. Por m¨ª, podr¨ªan extinguirse todas excepto N¨²ria Feliu (y yo). Mis amigas lesbianas, en cambio, por una t¨ªa har¨ªan lo que fuera (pero el anuncio no va dirigido a ellas, que son menos infractoras). En cambio, mis amigos gays, infractores en tanto que hombres, tampoco se pondr¨¢n el cintur¨®n por una t¨ªa. Si fuese por un t¨ªo (concretamente un t¨ªo bueno) a¨²n se lo pensar¨ªan, pero por una t¨ªa, no se motivan. En cambio, y aunque parezca mentira, la mayor¨ªa de ancianos heterosexuales de 80 a?os que los domingos originan caravanas en la autopista s¨ª que se lo pondr¨¢n. Y no porque la anciana que viaja a su lado, agarrada al asidero de encima de la ventanilla, sea "una t¨ªa" (a no ser que sea t¨ªa suya). Lo que ocurre es que querr¨¢n evitar que sus madres tengan que "llevar flores al kil¨®metro 23 de alguna carretera". M¨¢s que nada porque, en general, sus madres est¨¢n muertas y si tuviesen que llevar flores al kil¨®metro 23 de alguna carretera estar¨ªamos hablando de un fen¨®meno Poltergeist.
Con qu¨¦ ilusi¨®n espero nuevas campa?as, con el mismo tono sexista, sobre otros problemas circulatorios, pero esta vez causados por una mayor¨ªa de mujeres. Por ejemplo, me gustar¨ªa ver un anuncio que advirtiese de los riesgos de conducir hablando por el m¨®vil o de aparcar mal. Entonces, ver¨ªamos a una se?ora diciendo: "Tu maldito todo terreno no cabe en esta min¨²scula plaza de aparcamiento. Aprende a aparcar, aprende por la multa, por los faros rotos, para no o¨ªr lo de 'mujer ten¨ªas que ser', por un t¨ªo o para poder seguir leyendo los libros de autoayuda de Jorge Bucay". Supongo que, entonces, el colectivo masculino aplaudir¨ªa la campa?a con los ojos ba?ados en l¨¢grimas. Y alguien -yo misma- pedir¨ªa un aumento de sueldo para el ministro. Ay, perd¨®n. Quer¨ªa decir "para el maldito ministro".
moliner.empar@gmail.com
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