El arte de recuperar el arte
Historiadores, arque¨®logos, arquitectos y cient¨ªficos restauran en un edificio de Moncloa las piezas m¨¢s valiosas del patrimonio espa?ol
Paz, ambici¨®n, fortaleza... Las alegor¨ªas femeninas que esculpi¨® Valeriano Salvatierra para la fachada del Museo del Prado permanecen estos d¨ªas en un lugar extra?o, desubicadas, justo enfrente del palacio de la Moncloa. Lejos de sus hornacinas, m¨¢s juntas que nunca, con las restauradoras limpiando su piedra.
La escena impresiona. As¨ª vistas, cara a cara, con parte de su piel a¨²n cubierta por la porquer¨ªa que respiramos en Madrid, estas mujeronas con curvas que superan los dos metros de altura mantienen los ojos hueros y el gesto altivo del canon neocl¨¢sico. El conjunto de 12 piezas recobra el brillo del cincel desde hace unos meses en una de las salas del Instituto del Patrimonio Hist¨®rico Espa?ol (IPHE), donde comparte cama de hospital con otras obras de arte al cuidado de los mejores profesionales de la restauraci¨®n del pa¨ªs.
El edificio de hormig¨®n cubierto de agujas de vidrio que reclama la atenci¨®n de quienes entran en la ciudad por la carretera de A Coru?a es el lugar de trabajo de 160 historiadores, arquitectos, arque¨®logos, cient¨ªficos de varias disciplinas, documentalistas, antrop¨®logos... Todos se afanan d¨ªa a d¨ªa en recuperar el arte olvidado y enmendarle la plana al tiempo. De aqu¨ª, del bloque masivo conocido como la Corona de Espinas por la decoraci¨®n que eriza su azotea, salen los expertos que salvan las cubiertas altas de la seo de Le¨®n (el Plan de Catedrales se gestiona aqu¨ª) o los que han devuelto la tremenda siller¨ªa de El Paular a su emplazamiento original desde San Francisco el Grande.
El IPHE es una construcci¨®n audaz en la est¨¦tica. Fue encargado a Fernando Higueras y Antonio Mir¨® en 1965, y resulta ser el ¨²nico edificio de Espa?a de un autor vivo declarado bien de inter¨¦s cultural. Tiene cuatro plantas de hormig¨®n armado visto y su interior es espectacular, incluso tras la reforma que oblig¨® a techar el patio con una cubierta de cristal para regular mejor la temperatura.
Para el buen mantenimiento de los bienes patrimoniales que all¨ª se restauran existe en el lugar una sala estanca que permite fijar las condiciones de humedad y temperatura ideales para las obras de arte y evitar as¨ª que el secarral madrile?o acabe de rematarlas.
Aqu¨ª reina Maribel Herr¨¢ez, una de las mayores expertas en restauraci¨®n de materiales org¨¢nicos del pa¨ªs. Muestra con reverencia unos colmillos de elefante con inscripciones fenicias descubiertos en un pecio de Cabo de Palos (Murcia). Va levantando las mortajas de gasa que los protegen, y explica que es dif¨ªcil su dataci¨®n por el deterioro acumulado (los data entre los siglos VII y IV antes de Cristo). "A ver qu¨¦ podemos hacer...", suspira.
Muy cerca, en el departamento de restauraci¨®n, ?ngeles P¨¦rez se afana con una caja de retablo del XVI propiedad de Instituciones Penitenciarias, un camino del Calvario. El estofado dorado, la decoraci¨®n en plata, la rica policrom¨ªa de esta obra -"quiz¨¢ de la escuela de Berruguete"-, est¨¢n pespunteados de peque?as tiritas sobre la suciedad a la espera de que un carpintero especializado termine de consolidar el soporte posterior para que P¨¦rez acometa el milagro de la recuperaci¨®n de su anverso. En la misma sala amplia donde la mujer trabaja, un crucificado descansa sin sus maderos haciendo equilibrios sobre dos caballetes.
M¨¢s abajo, en una serie de salas con aparatos a la ¨²ltima, Mari¨¢n del Egido, f¨ªsica y conservadora de museos, dirige el Departamento Cient¨ªfico de Restauraci¨®n. Las 12 personas que trabajan a sus ¨®rdenes (varios bi¨®logos y qu¨ªmicos, un ingeniero y un ge¨®logo, entre ellos) se dedican a sacar informaci¨®n de las piezas y lugares a restaurar con un trabajo minucioso, al estilo de la serie CSI. Aqu¨ª se localiza la carcoma escondida, se radiograf¨ªa lo que ocultan los lienzos, se estudian unas micras de una pieza para concluir qu¨¦ metales contiene...
Del Egido habla de sus compa?eros y la labor que realizan con una pasi¨®n que desarma, y anima a aumentar el presupuesto que mantiene vivo este instituto, dependiente de la Direcci¨®n General de Bellas Artes y Bienes Culturales del Ministerio de Cultura. El IPHE tiene un presupuesto adjudicado de 39,1 millones para 2007 solamente en el apartado de inversiones para la conservaci¨®n y restauraci¨®n de bienes culturales, porque el organismo otorga tambi¨¦n subvenciones a las comunidades aut¨®nomas con este fin.
El equipo del Departamento Cient¨ªfico tiene el privilegio de acercarse a la piel de lo que nos emociona para desentra?ar sus secretos, como hicieron recientemente con la Dama de Elche. "Aqu¨ª hacemos ciencia aplicada a la restauraci¨®n con la elaboraci¨®n de propuestas de actuaci¨®n y el aporte de datos a arque¨®logos e historiadores", resume Del Egido.En el barrio de Moncloa existe un espacio donde reposan temporalmente algunas de las obras de arte y antig¨¹edades m¨¢s valiosas del patrimonio espa?ol. Es como un peque?o hospital atendido por 160 historiadores, arque¨®logos, bi¨®logos, qu¨ªmicos y ge¨®logos, entre otros, en el que los vestigios son restaurados hasta recobrar su aspecto original.
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