Clases de religi¨®n y concursos de belleza
La retirada del t¨ªtulo de Miss a una mujer por incumplir las normas de un concurso de belleza (tener un hijo) y la sentencia del Tribunal Constitucional legitimando el despido de una profesora de religi¨®n por no seguir las normas de su credo (estar divorciada), han desencadenado un debate p¨²blico sobre derechos que, en mi opini¨®n, soslaya el fondo del asunto.
En el caso de las clases de religi¨®n, el problema no es qui¨¦n contrata, qui¨¦n paga o qui¨¦n elige, sino su propia existencia, carente de sentido en un sistema p¨²blico de ense?anza.
En el caso del concurso de belleza, se trata de otro tipo de culto, el del cuerpo, en el marco de operaciones comerciales que poco tienen que ver con las discriminaciones entre sexos o el apoyo a la maternidad. Emocionalmente me siento solidaria con las personas afectadas, pero racionalmente me pregunto, ?c¨®mo se legislan los desatinos.
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