Un r¨ªo sin vida
Las empresas aceituneras no invierten lo suficiente en tratar sus residuos
Del colector municipal de Mor¨®n de la Frontera (Sevilla), sale constantemente un vertido marr¨®n oscuro que cae al arroyo del Cuerno, afluente del r¨ªo Guadaira. Huele mal. Parece denso. ?Es agua contaminada? "Yo s¨®lo digo una cosa: aqu¨ª no hay ranas", asevera uno de los encargados de vigilar el agua en esta zona.
Ocho empresas aceituneras vierten aqu¨ª sus residuos procedentes del aderezo de las olivas. Adem¨¢s, no cuentan con sistemas de depuraci¨®n, como deber¨ªan y as¨ª no asumen esta tarea como un coste de producci¨®n. Fuentes de la Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica del Guadalquivir (CHG) aseguran que la empresa Aceituna Guadalquivir fue pillada in fraganti arrojando restos t¨®xicos al cauce y, despu¨¦s de ser expedientada, continu¨® haci¨¦ndolo.
El nivel de pH de los vertidos es de 13, tan s¨®lo un punto menos que el m¨¢ximo posible
La CHG ha asumido las competencias en materia de control de vertidos y depuraci¨®n de aguas, que hasta ahora reca¨ªan sobre el Ayuntamiento moronense, gobernado por el PP, al que acusa de "no evitar el cese de vertidos industriales". Esta medida se ha tomado en Espa?a por primera vez, y ahora la CHG espera a que el Consistorio le remita las autorizaciones de vertidos al alcantarillado p¨²blico concedidas para poder actuar.
Las denuncias que grupos ecologistas vienen lanzando desde hace tiempo han tenido as¨ª respuesta. Y es que el caldo marr¨®n est¨¢ compuesto principalmente por dos tipos de residuos: las aguas fecales de los m¨¢s de 28.000 habitantes del municipio sevillano y los restos no depurados de ocho empresas aceituneras. Unos vertidos t¨®xicos e ilegales que contaminan el arroyo y llegan al Guadaira.
Adem¨¢s, la llegada de los residuos s¨®lidos provenientes de las industrias conectadas a la red de saneamiento municipal ha llevado al fallo generalizado de la depuradora municipal, que cost¨® seis millones de euros. Desde la Agencia del Agua aseguran que "ninguna depuradora urbana est¨¢ preparada para estos vertidos industriales". Arreglarla supone otros tres millones, lo cual es inviable ahora mismo ante la "infracci¨®n continuada" en que incur
ren las empresas, como denuncia la CHG. Es f¨¢cil observar c¨®mo el agua que discurre por el cauce va cambiando su color. Antes de llegar al primer escollo humano, se ve limpia. Cuando tropieza con una tuber¨ªa por donde salen aguas fecales urbanas no depuradas el l¨ªquido se enturbia y alcanza el tono m¨¢s oscuro cuando se unen los restos del aderezo de aceituna.
Los vertidos t¨®xicos se componen de salmuera, sosa c¨¢ustica y lej¨ªa. Su nivel de pH -que indica la acidez del agua- es de 13 puntos (siendo 14 el m¨¢ximo posible), seg¨²n la Agencia del Agua. Elementos y extremos que agotan el ox¨ªgeno del agua; sin ¨¦l, ni ranas ni peces. De hecho, seg¨²n la CHG, en los m¨¢s de 100 kil¨®metros de recorrido del r¨ªo Guadaira, no hay vida.
Seg¨²n el informe remitido por la CHG a la Fiscal¨ªa de Medio Ambiente, la industria aceitunera genera unos 300.000 metros c¨²bicos al a?o de residuos (el equivalente a 600 piscinas ol¨ªmpicas). Un volumen tres veces mayor que su capacidad para tratarlos en las balsas de evaporaci¨®n con que cuentan actualmente. El portavoz municipal, Antonio Ram¨ªrez, est¨¢ de acuerdo en este punto. Pero asegura que han expedientado a las empresas y niega que se consientan los vertidos.
A los vecinos no parece importarles mucho qui¨¦n tenga las competencias, lo que quieren es un r¨ªo limpio: "Alguien tiene que coger todo esto, ?buena falta le hace!", clama un hombre junto a una de las zonas afectadas.
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