El estupor de los padres
Estupor. Es el sentimiento que muestran la mayor¨ªa de los progenitores cuando se enteran de que ?lvaro Iglesias, el joven extrovertido y de apariencia educada que cuidaba de sus hijos peque?os a tres euros la hora abusaba de ellos, en ocasiones los violaba y lo grababa todo en v¨ªdeos que despu¨¦s circulaban en Internet por las redes de pederastas del mundo entero.
En Lo Pag¨¢n (Murcia), ?lvaro Iglesias aprovech¨® su trabajo en un cibercaf¨¦ en 2002 para abusar de un ni?o de dos a?os que pasaba algunos ratos all¨ª. Era el hijo de una mujer que trabajaba limpiando en la casa de ?lvaro. ?ste grab¨® al menos tres v¨ªdeos con el menor; uno de ellos, en el aseo del local.
Nanysex se traslad¨® despu¨¦s a Madrid. All¨ª se pon¨ªa en contacto con los ni?os gracias a sus anuncios de canguro. Natalia B., residente en Collado-Villalba, lo llam¨® unas tres o cuatro veces en 2003 para que cuidara de sus dos hijos, de uno y dos a?os. Hab¨ªa visto los carteles que ¨¦l dejaba por el barrio. Lo conoci¨® y le inspir¨® confianza, as¨ª que lo contrat¨®. Una de las veces, al regresar a casa, vio que el peque?o no paraba de llorar. Pero el canguro le explic¨® que no hab¨ªa pasado nada, que llevaba llorando desde que Natalia se hab¨ªa ido. Hay al menos cuatro grabaciones sexuales con los menores. En una de ellas uno de los ni?os aparece llorando.
?lvaro Iglesias compart¨ªa piso en Collado-Villalba con una pareja, Fernando G. F. y Tatiana L. Durante el mes de enero de 2004, todos los fines de semana, desde la una hasta las cuatro y media, dejaban a su hijo Anatoly, de dos a?os, al cuidado de ?lvaro. Previo pago de tres euros la hora. ?l se hab¨ªa definido como "canguro profesional", les hab¨ªa convencido de la conveniencia de cuidarlo ¨¦l mismo y aprovechaba despu¨¦s esos momentos para abusar del menor. Eduardo S¨¢nchez acud¨ªa en ocasiones a la casa y colaboraba en las grabaciones y en las agresiones.
Los padres nunca apreciaron nada raro en el peque?o. Tan raro result¨® este hecho a la polic¨ªa que se sospech¨® de su complicidad y en un primer momento fueron detenidos. No han sido procesados, sin embargo, pues ninguna prueba apunta a su participaci¨®n en los hechos.
De vuelta en Murcia, entre abril y mayo de 2004 se aprovech¨® del hijo de dos a?os de su nueva compa?era de piso, Valeria B. La madre no se explica c¨®mo sucedieron los abusos, pues nunca lo dej¨® a su cargo. Una vez el ni?o le cont¨® que ?lvaro "le hab¨ªa tocado el pito", y, aunque ella pens¨® que podr¨ªa haber sido de forma involuntaria, tom¨® ciertas precauciones y nunca les dejaba a solas. Seg¨²n ha declarado Valeria a la polic¨ªa, los abusos s¨®lo pudieron ocurrir en alg¨²n momento en el que ella se encontrara haciendo alg¨²n quehacer dom¨¦stico.
En el otro extremo del pa¨ªs, el gallego Jos¨¦ G¨®mez aprovech¨® su relaci¨®n de amistad con una vecina del edificio para abusar de su hijo y de su sobrino. Era 2002 y los ni?os ten¨ªan seis a?os. Los v¨ªdeos tambi¨¦n inclu¨ªan felaciones y sodomizaciones. Estos primos son los ni?os que presentan secuelas m¨¢s graves. Los mayores. La madre de los ni?os declar¨® ante el juez que nunca not¨® nada raro; "que en varias ocasiones Jos¨¦ le pidi¨® permiso para que X. pudiera ir a dormir a su casa, casi siempre acompa?ado de su primo N.", pero que "estas peticiones no le parecieron extra?as, ya que le dec¨ªan que era para jugar con el ordenador".
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