"La poes¨ªa es insensatez y l¨¢tigo"
Los ?ngeles, Fuego en el Balc¨®n JunioJade [8] '60
Querida Sheri Martinelli:
Es muy posible que no haya br¨ªo en mis poemas, ni en m¨ª. Una situaci¨®n degradante y vergonzosa, eternamente reprobado por los dioses por no decir lo suficiente o lo bastante bien o a su manera. Joder, he le¨ªdo tus cl¨¢sicos, he desperdiciado toda una vida en bibliotecas, pasando p¨¢ginas, en busca de sangre. Me da la impresi¨®n de que no se ha echado basura SUFICIENTE, las p¨¢ginas no a¨²llan; siempre la dignidad afectada y la pedanter¨ªa y la p¨¢gina abrasada por el sol y l¨¢nguida como la mies.
"He tenido tiempo para pensar mientras yac¨ªa medio muerto en los pabellones de caridad"
Por cierto, ?es que todos los supuestos modernos ten¨¦is que utilizar el yo yo yo yo y prescindir de las may¨²sculas? eso result¨® efectivo durante una temporada pero ahora es sencillamente una pesadez sin sentido.
?Pound? Parte de Pound estaba bien, claro, pero tambi¨¦n hab¨ªa mucho de circo y charlataner¨ªa, del maestro maestro repartiendo zarandajas y adapt¨¢ndose para encajar los reveses, del efecto de hacer algo, dando la impresi¨®n de caminar erguido mientras est¨¢ tumbado. No llevo patillas, me lavo los dientes, pero no obedezco ¨®rdenes chinas, obedezco mis propias ¨®rdenes y detesto a los polis porque la mayor¨ªa son j¨®venes y van vestidos de negro, llevan porra y pistola y menean su culito engre¨ªdo y no entiendo a Beethoven ni Mahler ni Chopin ni a ninguno de los m¨²sicos o escritores rusos. Hay mucho de cierto en eso que dices de que me limito meramente a enumerar la vida y hay mucho de cierto en lo de que no estoy contando gran cosa y estoy contando demasiado en el sentido subjetivo, que hay cierta basura, pero sencillamente sobre la base de los cl¨¢sicos y la certeza de que no voy bien, no puedo liberarme. La obra en s¨ª debe encontrar su propia conclusi¨®n a partir de m¨ª mismo y ¨²nicamente conmigo mismo como base, liberarse de lo que ha ocurrido o de lo que otros han hecho. Cumplir¨¦ los cuarenta en agosto y, quiz¨¢s, a¨²n sigo viviendo como un cr¨ªo escribiendo como tal pero eso debe continuar mientras sea lo que me resulta m¨¢s natural.
Los cr¨ªticos tienden a sobrestimar o infravalorar una obra ahondando en el subsuelo, atisbando la trama en la direcci¨®n forzada que quieren dar a su propio relato. Si Dios se pusiera a mear unos lo ver¨ªan como una bendici¨®n dorada y otros coger¨ªan sus cerbatanas y se enmara?ar¨ªan en sus reniegos.
He tenido tiempo para pensar mientras yac¨ªa medio muerto en los pabellones de caridad y estaba al sol en el hip¨®dromo y dorm¨ªa con las putas gordas, sus pies sudorosos plantados sobre mi coraz¨®n. Ya no sirve de nada seguir leyendo, la maquinar¨ªa ha quedado reducida a cenizas, no pienso adoptar la pose locuaz. ?Prefieres que elimine por completo la experiencia del poema? A Li Po le gustaba prender fuego a los suyos y ver c¨®mo se iban flotando r¨ªo abajo, y a LP tambi¨¦n le gustaba darle al vino. No puedo cambiar mi curso para adaptarlo a la cr¨ªtica. No adoro mis poemas, la verdad es que los aborrezco por completo, y sin embargo no estoy lo bastante furioso como para ponerme a hacer cabriolas s¨®lo para prosperar. Recuerdo infinidad de poemas chinos de la mujer que espera a que su hombre regrese de las guerras, desgarrada de amor por un hombre y sencillamente esperando, la horrenda brecha de la espera, mirando la colina, la flor que se mece al sol sin que aparezca nadie, y sin embargo, comprensiva y dispuesta a sacrificar su hombre a los dioses. Poemas de 5 y 6 versos, experiencia sin lugar a dudas, y sin embargo, si me permites utilizar esa palabra vac¨ªa: hermosos. Ah, ya lo s¨¦, s¨ª s¨ª s¨ª, todo ello ce?ido al molde cl¨¢sico. No, no, no. La experiencia. No me gusta la gente que dice que todo esto ya ha ocurrido, no podemos escribirlo. Est¨¢ ocurriendo ahora. AHORA. Los muertos est¨¢n muertos, y lo creas o no, precisamente porque est¨¢n muertos sus palabras, en cierto sentido, tambi¨¦n est¨¢n muertas. Milton el Ciego no es ni remotamente tan tr¨¢gico como cuando viv¨ªa. El arte s¨®lo preserva una parte y est¨¢ sobrestimado. Veo mis dedos sobre las teclas, tengo de cara a m¨ª una planta medio muerta con una hoja como la oreja de un conejo ca¨ªda hacia la izquierda, las mujeres del mundo deambulan por mi cerebro, una rata me roe el est¨®mago y escarba, pasa una furgoneta de los helados bing bing bing bong bing bong bong, y el Arte, el Arte no es nada, son mis dedos sobre las teclas AHORA esculpiendo y gritando Chopin y la m¨²sica y la rebeli¨®n, al infierno con los cl¨¢sicos, al infierno con la forma, al infierno con Pound, sal, sal y sangra, sangra ilimitadamente contra la turba, la mediaRoma, el mediopoema, el mediofuego, el mediobeso. Sal, sal, sal.
Atentamente, Charles Bukowski
Charles
?ngeles Perdidos mediados de junio '60
Querida Sherimar:
No soy un "poeta joven". Cumplir¨¦ los 40 el 16 de agosto de este a?o. Llevo 5 a?os escribiendo poes¨ªa, antes de eso: 10 a?os borracho; antes de eso, relatos breves. Cierta historia en ese sentido, pero poco importante. Hoy cansado, consumido; mirlos revoloteando al otro lado de la ventana, una masa de sinsentido. Hearse va a publicar un op¨²sculo m¨ªo, Flor, pu?o y gemido bestial, dentro de un mes o as¨ª. He tenido noticias de Light Year, han dicho "poemas de la hostia", "contundentes", "demasiado oscuros, demasiado oscuros". Lo mismo por parte de otros una y otra vez. Supongo que cuando el humo se haya dispersado del todo Pound seguir¨¢ ah¨ª, el o¨ªdo para el lenguaje, la r¨¢faga que acuchilla la p¨¢gina. Ese tipo sabe dejarse de hostias, hola y adi¨®s.
con respecto a la soledad: soy un aislacionista a ultranza, machaco a la gente. m¨²sica, pintura, sonido de pintura, m¨²sica roja.
pero esto tiene que ver mayormente con la direcci¨®n de Matz. De acuerdo. Li Po, ah, s¨ª, vivir en el breve sonido de la canci¨®n, cada momento demasiado peque?o para ¨¦l. ?qu¨¦ podemos hacer? Desd¨¦n y hurgamiento y enfermedad.
Sorbete, y espondeo
Charles
Charles Bukowski
malditos sean los curiosos y que los malditos sean curiosos: la esencia de la poes¨ªa es una mezcla de insensatez y l¨¢tigo...
Traducci¨®n de Eduardo Iriarte Go?i.
Vida y milagros del viejo indecente
HENRY CHARLES Bukowski (1920-1994), Hank para amigos y enemigos, no dej¨® un solo rinc¨®n de su vida sin convertir en literatura. De ah¨ª que sus novelas, relatos y poemas puedan leerse como una suerte de biograf¨ªa "destilada".
VIDA. Lo poco de su vida que Bukowski no convirti¨® en ficci¨®n lo volc¨® en tres libros cl¨¢sicos, todos editados por Anagrama, el sello que m¨¢s lo ha publicado en Espa?a: Shakespeare nunca lo hizo, relato de su viaje triunfal por Europa en 1978; El capit¨¢n sali¨® a comer y los marineros tomaron el barco, diario de sus ¨²ltimos a?os de vida ilustrado por otro mito del underground, Robert Crumb, y Lo que m¨¢s me gusta es rascarme los sobacos, larga entrevista realizada en 1982, o sea, en la cumbre. Tres buenos complementos para seguirle el rastro a este hijo de soldado estadounidense nacido en Alemania, recriado en California, cartero, vagabundo y autor de medio centenar de t¨ªtulos son la biograf¨ªa cl¨¢sica Hank (Anagrama), de Neeli Cherkowski, la recent¨ªsima Charles Bukowski (Circe), de Barry Miles, y Bukowski, una vida en im¨¢genes (Salamandra), de Howard Sounes. Y tres de cine, las pel¨ªculas Ordinaria locura (1981), de Marco Ferreri; Barfly (1987), de Barbet Schroeder, y Fact¨®tum (2005), de Bent Hamer.
MILAGROS. Aunque triunf¨® en Espa?a como narrador con novelas como Cartero, Fact¨®tum o La senda del perdedor y colecciones de relatos como La m¨¢quina de follar, Escritos de un viejo indecente o Hijos de Satan¨¢s (todos en Anagrama), Bukowski ha conocido entre nosotros una segunda edad de oro como poeta, algo que ¨¦l siempre se consider¨® por encima de todo. Ah¨ª est¨¢n t¨ªtulos como Madrigales de la pensi¨®n (Visor), Poemas de la ¨²ltima noche de la tierra (DVD) , Arder en el agua. Ahogarse en el fuego y el p¨®stumo Lo m¨¢s importante es saber atravesar el fuego (La Poes¨ªa, se?or hidalgo). J. R. M.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
