Racing y Espanyol se baten primero y se neutralizan despu¨¦s

Desapegados al cuero y faltos de recursos, Racing y Espanyol sellaron un empate tan aburrido como poco expresivo. S¨®lo la picaresca de Riera y la sangre fr¨ªa de Garay desdibujaron el bostezo generalizado, que se prodig¨® y contagi¨® sin remedio por el Sardinero. M¨¢s t¨¢ctico que creativo, el duelo se apag¨® al tiempo que los jugadores. Acomodados ambos equipos en el ecuador de la tabla, el punto les supo a mucho. Entre otras cosas, porque ayer m¨¢s que nunca, enarbolaron la bandera que defienden desde que se inici¨® el curso, esa que aboga por evitar el descenso.

El Espanyol sali¨® en tromba de buenas a primeras. Balones que pasaban por los pies de De la Pe?a, alcanzaban la cabeza o puntera de Tamudo y, desafortunado ¨¦l en la suerte del remate, terminaban en las gradas. Tan vertiginoso era el ritmo que el Racing se asust¨® y recul¨® sus l¨ªneas. Consecuencia del paso hacia atr¨¢s lleg¨® la falta en la zona de tres cuartos. De la Pe?a la sac¨® y Riera, atento, se meti¨® entre dos rivales para inventarse un disparo suave pero que bot¨® en las narices de un To?o desafortunado y superado. El mazazo fue menor. A la siguiente jugada, Munitis recibi¨® una patada y cay¨® al suelo. El asistente convino que fue dentro del ¨¢rea y Garay instaur¨® las tablas. No se hab¨ªa alcanzado el cuarto de hora y ambos contendientes se tendieron la mano. S¨®lo Zigic, en el ¨²ltimo suspiro, pareci¨® romper el sosiego. El larguero desbarat¨® el atrevimiento.