CPV sigui¨® vendiendo casas sin dinero ni terrenos
A finales de 1999, seg¨²n la fiscal¨ªa, los acusados por la estafa de la CPV se encontraron con que hab¨ªan recibido por adelantado 37 millones de euros de familias humildes, que el plazo de entrega de las casas se acercaba y que ni siquiera ten¨ªan terrenos en los nuevos barrios del norte de Madrid para levantarlas. Y lo que es peor: tampoco pod¨ªan comprar terreno en la zona porque su precio, fruto de la especulaci¨®n, era muy elevado.
La empresa estaba en quiebra t¨¦cnica, especifica el fiscal. Es entonces cuando los acusados "se conciertan" con la ¨²nica mujer inculpada en esta causa: Adelina Erles. Adelina se ofreci¨®, a cambio de 973.000 euros, para conseguir documentos con los que "aparentar" que CPV ten¨ªa terrenos all¨ª.
Erles contact¨® con el tambi¨¦n acusado Alfredo V¨¢zquez, quien se encargar¨ªa de tratar de inscribir en el registro terrenos que no eran suyos. Obviamente, el registrador no los inscribi¨®, y eso que los acusados simularon compraventas con sociedades fantasma de por medio. La idea era aparentar, ante la junta de compensaci¨®n de los PAU y ante las familias que esperaban sus casas, que eran due?os de terrenos. Trataron de timar a la firma Cenavi, a la que mostraron una escritura como si CPV fuese due?a de 40.000 metros en esos PAU. Cenavi no cay¨® en la trampa.
Con 'el agua al cuello'
La junta de compensaci¨®n termin¨® llevando a CPV a los tribunales, ya que los aut¨¦nticos due?os de los terrenos eran Ferrovial, Metrovacesa, Hipercor y Pryconsa. En realidad, en esos PAU s¨®lo quedaba libre un 4% del terreno. Cuando ante la proximidad de la entrega de las casas, septiembre de 2001, se vieron con el agua al cuello, CPV vendi¨® los pocos terrenos que realmente s¨ª ten¨ªa en la zona. Pero s¨®lo una peque?a parte del dinero obtenido fue para devolverlo a las familias que ped¨ªan el reintegro.
Pese a no tener ni dinero ni terrenos, CPV sigui¨® vendiendo pisos ficticios en la zona y enga?ando a m¨¢s familias. Hasta que EL PA?S destap¨® el fraude y, el 6 de noviembre de 2002, los acusados acabaron en la c¨¢rcel.
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