De planes y juzgados

Conforme se acercan las elecciones auton¨®micas y municipales la pol¨ªtica se pone de los nervios, se encrespa e invoca el cumplimiento de la ley. El cronista percibe en tal prevenci¨®n dos tendencias tan di¨¢fanas como antag¨®nicas: de una parte, la de marear la perdiz; y de otra, la de ir al grano, una vez limpio de ciza?a. El consejero de Territorio es un manitas en el artificio de marear no s¨®lo la perdiz, sino la mism¨ªsima p¨¢jara pinta y hasta la desaladora de Torrevieja, con tal de dinamitar al Gobierno, seg¨²n el vadem¨¦cum de ciertas consignas urdidas por una derecha que ha perdido el norte, adem¨¢s de ciscarse en el centro. Y aunque al consejero ya lo han puesto en jaque, insiste en llevar su demanda ante el juez y el fiscal. Y es que los mareantes de perdiz, igual que los cantama?anas, terminan siendo objeto de desdichas y pitorreos. Mientras, los que prudentemente limpian la ciza?a, para luego ir al grano, argumentan y proceden a la luz de la raz¨®n. En la ciudad de Alicante, su alcalde ha confiado la redacci¨®n de la parte no concluida del PGOU a dos arquitectos que no guardan, hasta el d¨ªa de hoy, relaci¨®n contractual con el Ayuntamiento. Tal vez porque el alcalde considera que la ciudad es toda suya y que no tiene por qu¨¦ dar cuentas ni al conjunto de los vecinos, ni siquiera a quienes lo pusieron en el cargo. Frente al desprop¨®sito, la oposici¨®n ha sido contundente y un¨¢nime. Jos¨¦ Antonio Fern¨¢ndez Cabello, candidato a la alcald¨ªa por EU, ha expuesto tanta irregularidad meridianamente de palabra y por escrito, y exige a D¨ªaz Alperi "que aclare si los arquitectos han cobrado o van a cobrar por el trabajo, qui¨¦n lo va a pagar y a cuenta de qu¨¦ partida presupuestaria". Por descontado, el planeamiento general es un documento "confidencial¨ªsimo", al que debe accederse por concurrencia p¨²blica, o bien poni¨¦ndolo en manos de los t¨¦cnicos municipales, para cuantos, seg¨²n el alcaldable de EU, la actitud del primer edil popular "supone un desprecio absoluto a los mismos y a las normas legales que regulan la tramitaci¨®n del PGOU". Pese a la demoledora denuncia de Fern¨¢ndez Cabello, el alcalde Alperi guarda silencio, lo guarda la concejal¨ªa y la gerencia de urbanismo. Un silencio muy sospechoso y hasta elocuente que -seg¨²n el candidato de EU- "confirma la ilegalidad manifiesta y continuada de su comportamiento, que convierte la tramitaci¨®n de dicho documento en nula de pleno derecho". Despu¨¦s de emplazarlo a que explique a la ciudadan¨ªa una situaci¨®n de esc¨¢ndalo y descarada artima?a municipal, le advierte de que los servicios jur¨ªdicos estudian las acciones legales si se consuma tanto y tan grave proceder. Frente a estos mismos hechos, Manuel de Barros, portavoz del grupo socialista en el Ayuntamiento alicantino, ha criticado a Alperi de oscurantista y aberrante. Despu¨¦s de tres mandatos al frente del Ayuntamiento no ha sabido ni podido sacar el plan general. Y el portavoz socialista no cree que Alperi lo presente, a estas alturas. Cabe la posibilidad de que desaparezca uno u otro. O ambos.