Seducci¨®n en mil islas
En Las ciudades invisibles, Italo Calvino nos cuenta las conversaciones entre el emperador Kublai Kan y el viajero veneciano Marco Polo. El emperador no conoce los confines de sus tierras y le pide a Marco Polo que viaje y le describa, a su regreso, las ciudades que ha visto. En los atardeceres de palacio, fumando pipas de ¨¢mbar, Marco Polo habla de ciudades que se inventa. El Gran Kan escucha seducido, sabiendo que todo es inventado. La costa croata form¨® parte durante mucho tiempo del imperio veneciano, algunos historiadores mantienen que Marco Polo naci¨® en la isla croata de Korcula, y varias de las ciudades propuestas bien podr¨ªan estar entre las descritas por Marco Polo.
Para intentar no perdernos un kil¨®metro de costa -protegida por m¨¢s de mil islas-, lo mejor ser¨¢ empezar por la pen¨ªnsula de Istria desde la bella Piran (en Eslovenia) o, s¨®lo un poco m¨¢s all¨¢, desde Trieste (y si Trieste, por qu¨¦ no Venecia, 200 kil¨®metros antes). En fin, muchas posibilidades para llegar a un pa¨ªs de aguas transparentes y c¨¢lidas, de gente amable, ciudades de una belleza ins¨®lita y precios bastante moderados. Donde lo mediterr¨¢neo alcanza una nueva dimensi¨®n al mezclarse -y qu¨¦ buena mezcla- con lo eslavo. Proponemos un recorrido de tres paradas.
ISTRIA
Muy tur¨ªstica. Mario es de Pula y dice que en Istria casi no se not¨® la guerra y por eso muchos turistas siguieron visit¨¢ndola (¨¦l confiesa preferir la costa d¨¢lmata). Porec, rodeada de mar como tantas ciudades casi islas de Croacia, fue residencia de los pilotos venecianos y esconde, entre sus calles de edificios antiguos, la bizantina bas¨ªlica Eufrasiana, del siglo VI, con mosaicos originales y arcadas que separan las tres naves recordando la cercana catedral de Trieste y la de Pula. Desde el campanario -el primero al que subimos- se ven tejados, restos romanos y, por todas partes, mar. Rovini, 30 kil¨®metros al sur, es una maravilla, una ciudad fortificada llena de deliciosas callejuelas que nos suben hasta la iglesia de Santa Eufemia, con una explanada para dominar el Adri¨¢tico y un campanile de 63 metros hermano del de San Marcos de Venecia. M¨¢s abajo, en el cabo sur de la pen¨ªnsula, Pula es el campamento base de Istria y desde donde podemos embarcar, o volar, a Zadar. Lo mejor es su enorme anfiteatro romano (con suerte se coincide con el festival de cine o con alg¨²n concierto) y las cercanas calas rocosas en los pinares de Premantura, ideales para un ba?o paradisiaco.
ZADAR
Los fines de semana, oleadas de j¨®venes callejean rumbo a su local preferido sorteando plazas con columnas romanas, pozos que abastecieron la ciudad, ventanas venecianas o la iglesia de San Donato (del siglo IX y de planta circular). En la II Guerra Mundial fue destruida y de la ¨²ltima guerra s¨®lo quedan marcas perdidas de balas (en casas alejadas del centro) y fotos del general Gotovina (detenido este a?o en Canarias, mejor no comentarlo all¨ª). Desde Zadar se puede visitar Sibenic, una ciudad tan bonita como las otras, pero menos conocida, m¨¢s viva y una incre¨ªble recompensa para quienes suban los callejones cargados de historia -y ropa tendida- hasta el castillo: la vista del cementerio, de la catedral y del tr¨¢fico mar¨ªtimo entre las islas. Esperemos al cielo del atardecer y busquemos, al bajar, otra recompensa: un arroz con mejillones.
TROGIR
Esto de contar la costa croata en tres saltos es una trampa, porque en cada salto se sugieren varios saltitos, pero es dif¨ªcil elegir s¨®lo tres sitios. ?C¨®mo rechazar Trogir o Split? Lo mejor es unirlas. Para quedarnos, Trogir. Peque?a, medieval, asequible, sin una esquina que nos deje indiferentes, otra casi isla (?unida a tierra por un puente!) por cuyo laberinto perdernos y subir al campanario y tomarnos en un patio, bajo otra parra, una pizza antes de pasear por el embarcadero junto a las murallas. Podemos alojarnos en casas particulares o en hoteles desde donde cruzar la calle tras la jornada de visitas y ba?arnos en el mar limpio de esa bah¨ªa frente a las primeras luces de Split. Porque Split est¨¢ a 20 kil¨®metros, con su casco hist¨®rico entre las murallas del palacio de Diocleciano, emperador romano que pas¨® all¨ª sus nueve ¨²ltimos a?os de vida, con viviendas en su interior (actualmente viven intramuros 3.000 personas), palacios, iglesias, esfinges egipcias y huellas de todas las culturas mediterr¨¢neas.
Y finalmente, la m¨ªtica Dubrovnik. Y siempre a nuestros pies, como los campos de magnolias del Gran Kan, el mar.
Pablo Aranda (M¨¢laga, 1968) es autor de Ucrania (Ediciones Destino, 2006).
GU?A PR?CTICA
C¨®mo ir- Lufthansa (www.lufthansa.com; 902 22 01 01) vuela a Dubrovnik v¨ªa Francfort. Ida y vuelta desde Madrid, a partir de 473,19 euros, tasas y gastos incluidos.-
Austrian Airlines (www.aua.com; 902 25 70 00) vuela a Dubrovnik v¨ªa Viena. Ida y vuelta desde Madrid, a partir de 478,36, precio final.- En agencias se encuentran viajes combinados a Croacia. Dos ejemplos:
Iberojet (www.iberojet.es; en agencias) para el verano (salidas del 3 de julio al 11 de septiembre) vuelo directo m¨¢s hotel, desde unos 620 euros por persona. Marsans (902 30 60 90; www.marsans.es) ofrece vuelos, siete noches de hotel y coche de alquiler en mayo a partir de unos 650 euros por persona (en julio, m¨¢s de 700).Informaci¨®n- Turismo de Croacia (917 81 55 14). - www.croatia.hr.
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