El futuro del d¨®lar
Muchos se preguntan por qu¨¦ el d¨®lar no se ha desplomado todav¨ªa. ?Alg¨²n d¨ªa Estados Unidos tendr¨¢ que pagar un precio por la cadena de enormes d¨¦ficit comerciales que mantiene desde hace m¨¢s de una d¨¦cada? Incluyendo los pagos de intereses por d¨¦ficit pasados, la cuenta de 2006 super¨® los 800.000 millones de d¨®lares [617.000 millones de euros], aproximadamente el 6,5% del producto nacional bruto de Estados Unidos. A¨²n m¨¢s asombroso es que la deuda estadounidense absorbe ahora m¨¢s de dos tercios de los excedentes sumados de todos los pa¨ªses excedentarios del mundo, como China, Jap¨®n, Alemania y los pa¨ªses de la OPEP.
Los extranjeros no est¨¢n obteniendo ni mucho menos grandes rendimientos por su inversi¨®n en Estados Unidos. Por el contrario, en general consiguen rendimientos significativamente m¨¢s bajos que los obtenidos por los estadounidenses con sus inversiones en el extranjero. En una ¨¦poca en la que los precios burs¨¢tiles y de la vivienda est¨¢n en alza, los bancos centrales de Jap¨®n y China conservan casi dos billones de d¨®lares [1.500 millones de euros] en bonos de bajo inter¨¦s. Un porcentaje muy elevado son bonos del Tesoro y t¨ªtulos hipotecarios estadounidenses.
Con el tiempo, la moneda estadounidense seguir¨¢ descendiendo, pero quiz¨¢ en torno al 2% anual como m¨¢ximo
En general, tras m¨¢s de 25 a?os de asombrosa prosperidad, salpicada s¨®lo por dos leves recesiones, la mayor¨ªa de los estadounidenses tienen mucha confianza en su situaci¨®n econ¨®mica. El desempleo se encuentra en un m¨ªnimo c¨ªclico, y la econom¨ªa parece menos vol¨¢til que en cualquier momento de la historia contempor¨¢nea. Por tanto, no sorprende que el consumo privado se mantenga a pesar de que el crecimiento econ¨®mico estadounidense haya aminorado la marcha.
Es m¨¢s complicado racionalizar por qu¨¦ el Gobierno estadounidense sigue manteniendo d¨¦ficit presupuestarios a pesar del auge c¨ªclico. Cuando un Gobierno fiscalmente responsable lanza una guerra, por lo general reduce otros gastos internos y aumenta los impuestos. El de Bush hizo lo contrario. Quiz¨¢ no sea una buena econom¨ªa, pero la estrategia ha resultado ser una buena pol¨ªtica, durante un tiempo. Por desgracia, es improbable que la nueva mayor¨ªa dem¨®crata del Congreso haga mucho al respecto.
Por supuesto, es cosa de dos. Para que la econom¨ªa estadounidense presente d¨¦ficit respecto al mundo, otros pa¨ªses tienen que estar dispuestos a aportar una oferta de ahorros que los contrarresten. Es bien sabido que Ben Bernanke, presidente de la Reserva Federal estadounidense, atribuy¨® todo el d¨¦ficit por cuenta corriente estadounidense a un "exceso mundial de ahorros". Pero ser¨ªa m¨¢s preciso decir que hay una escasez de inversi¨®n mundial.
Esta escasez de inversiones se debe a muchos factores, pero el principal quiz¨¢ sea que a medio plazo hay considerables obst¨¢culos institucionales a la inversi¨®n en muchos pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo, en los que los rendimientos a largo plazo ahora parecen ser los m¨¢s elevados con diferencia. El resultado neto es que el dinero se est¨¢ aparcando temporalmente en inversiones de bajo rendimiento en Estados Unidos, aunque ¨¦sta no puede ser una tendencia a largo plazo.
Entonces, ?cu¨¢l es el futuro del d¨®lar? Siempre que se mantenga la situaci¨®n reinante, con un crecimiento mundial fuerte y una asombrosa estabilidad macroecon¨®mica, Estados Unidos puede seguir endeud¨¢ndose y soportando d¨¦ficit comerciales sin consecuencias inmediatas. Sin embargo, no es dif¨ªcil imaginar supuestos en los que el d¨®lar se hunda. El terrorismo nuclear, una depresi¨®n en China, o una fuerte escalada de la violencia en Oriente Pr¨®ximo podr¨ªan hacer saltar la actual din¨¢mica econ¨®mica.
En principio, tambi¨¦n podemos imaginar supuestos en los que el d¨®lar suba, pero en general parecen menos probables. En resumen, el hecho de que la balanza comercial de Estados Unidos haya desafiado a la gravedad durante tantos a?os ha permitido que el d¨®lar tambi¨¦n lo haga. Pero es posible que alg¨²n d¨ªa Estados Unidos tenga que pagar el precio de su estilo derrochador. Cuando llegue ese d¨ªa, ser¨¢ mejor que los estadounidenses recen para que sus acreedores est¨¦n tan dispuestos como ahora a aceptar d¨®lares.
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