Ir¨¢n contra Gran Breta?a: ?qui¨¦n pesta?e¨®?
Aunque los comentaristas han dicho que Gran Breta?a capitul¨® ante Ir¨¢n y les entreg¨® una victoria humillante con la liberaci¨®n de los 15 marinos brit¨¢nicos, da la impresi¨®n de que lo que ocurri¨® es m¨¢s bien lo contrario. Pero, para entender por qu¨¦, tenemos que examinar la situaci¨®n general de la pol¨ªtica interna iran¨ª.
El problema de Ir¨¢n es, en realidad, el problema del Cuerpo de Guardias Revolucionarios Iran¨ª (CGRI o, en persa, Pasdaran) y las instituciones relacionadas como la milicia Basij. Son los organismos "con poder" que constituyen la base pol¨ªtica de los conservadores en el pa¨ªs. A cambio de su apoyo, los dirigentes pol¨ªticos como el ex presidente Akbar Hashemi Rafsanjani y el L¨ªder Supremo, el ayatol¨¢ Ali Jamenei, han permitido que el CGRI creciera hasta convertirse en un Estado semiaut¨®nomo dentro del Estado. Hoy es una enorme empresa que controla sus propios servicios de inteligencia, su base industrial y sus compa?¨ªas de exportaci¨®n e importaci¨®n, al estilo del Servicio Federal de Seguridad ruso y el ej¨¦rcito chino. Desde que lleg¨® al poder el r¨¦gimen de Ahmadineyad, ha concedido a empresas afiliadas al CGRI miles de millones de d¨®lares en contratos sin subasta previa, una medida que ha contribuido a aumentar su imagen de corrupci¨®n, ya considerable a ojos del pueblo iran¨ª.
La opini¨®n m¨¢s extendida es que el L¨ªder Supremo Jamenei coloc¨® en su cargo al enloquecido presidente actual, Mahmud Ahmadineyad, como contrapeso al ex presidente Rafsanjani, y que no ha dejado de arrepentirse desde entonces, a medida que Ahmadineyad se ha dedicado a soltar exabruptos sobre el Holocausto y a hundir a Ir¨¢n cada vez m¨¢s en el aislamiento. El presidente actual procede del CGRI (en concreto, de la Unidad Ramazan de la Fuerza Quds), y ha utilizado dicha organizaci¨®n y la milicia Basij para consolidarse en el poder y actuar en contra de sus opositores pol¨ªticos m¨¢s liberales.
Nadie sabe exactamente por qu¨¦ la rama naval del CGRI captur¨® a los 15 marinos brit¨¢nicos a finales de marzo. Algunos han especulado que fue una decisi¨®n aut¨®noma del mando del CGRI o de la marina ante una oportunidad inesperada. Es posible que el CGRI quisiera contar con un instrumento de negociaci¨®n para conseguir la liberaci¨®n de sus miembros capturados en Irak. En cualquier caso, no parece casualidad que la captura se produjera justo cuando el Consejo de Seguridad acababa de aprobar unas sanciones muy espec¨ªficas contra Ir¨¢n, que no s¨®lo afectaban a empresas e instituciones econ¨®micas afiliadas al CGRI, como el Grupo de Industrias de Munici¨®n y Metalurgia y el Banco Sepah -dedicados a actividades relacionadas con misiles nucleares o bal¨ªsticos-, sino a una serie de altos jefes del CGRI como Morteza Rezaei, n¨²mero dos en el mando de los Guardias Revolucionarios; el vicealmirante Ali Ahmadian, jefe del estado mayor conjunto, y el general de brigada Mohammad Hejazi, jefe de los Basij. Al congelar los activos iran¨ªes fuera del pa¨ªs, la ONU golpe¨® al CGRI donde m¨¢s dol¨ªa, en la cartera.
Quienquiera que fuese el responsable de la decisi¨®n de capturar a los marinos brit¨¢nicos aspiraba a reavivar parte del fervor de la revoluci¨®n de 1979 y aprovechar la situaci¨®n para obligar al resto de los dirigentes a un enfrentamiento con Gran Breta?a y EE UU. De ah¨ª las "confesiones" televisadas que recordaban a la toma de los rehenes en la Embajada norteamericana (el "nido de esp¨ªas") y las manifestaciones ante embajadas extranjeras. Pero el ¨®rdago no sali¨® bien y est¨¢ claro que se produjo en la trastienda una lucha de poder entre distintos sectores del r¨¦gimen. Estaba previsto que Ahmadineyad pronunciase un gran discurso de masas en Teher¨¢n, pero lo cancel¨® en el ¨²ltimo momento y, cuando habl¨®, fue para anunciar que pronto dejar¨ªan en libertad a los cautivos. A su vez, salieron en libertad los presos del CGRI en Irak, pero Gran Breta?a no pidi¨® disculpas ni reconoci¨® haber hecho nada mal. Por tanto, da la impresi¨®n de que fueron los iran¨ªes los que pesta?earon primero, antes de que el incidente pudiera degenerar en una crisis como la de los rehenes de 1979.
Todo esto no quiere decir que dentro del r¨¦gimen clerical de Teher¨¢n haya necesariamente "radicales" y "moderados". Los que se oponen al CGRI tambi¨¦n tienen un programa revolucionario y, sin duda, quieren un arma nuclear tanto como los jefes del Pasadaran. Una de las supuestas razones por las que Jamenei no quer¨ªa a Rafsanjani como presidente era que no persigui¨® el programa nuclear con suficiente ah¨ªnco. Ahora bien, el r¨¦gimen iran¨ª no es un monstruo totalitario; hay importantes divisiones dentro de la direcci¨®n y existe una facci¨®n significativa que no quiere que Ir¨¢n permanezca aislado. El CGRI se ha convertido en una especie de organizaci¨®n mafiosa, con amplios intereses econ¨®micos que desembocan en la corrupci¨®n y la posible vulnerabilidad a las sanciones impuestas por la comunidad internacional.
Es importante recordar que los responsables de la captura de los marinos buscaban una escalada del enfrentamiento, tanto para mejorar su situaci¨®n interna como para vengarse de unas sanciones de las que empezaban a resentirse. De aqu¨ª puede deducirse que lo que ha hecho hasta ahora el Gobierno de Bush -ir aumentando poco a poco la presi¨®n, mediante la diplomacia, para crear una coalici¨®n internacional en la que ya est¨¢n incluidos los rusos- es la v¨ªa adecuada.
? Project Syndicate/The American Interest, 2007.
Francis Fukuyama es decano de la Escuela de Estudios Internacionales Avanzados, Universidad Johns Hopkins, y presidente de The American Interest. Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia.
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