El 'n¨²mero dos' del Banco Mundial pide a Wolfowitz que dimita por favorecer a su novia
El presidente se aferra al puesto pese a su creciente aislamiento internacional
La presi¨®n no para de crecer sobre Paul Wolfowitz. A las voces que en el Banco Mundial claman por su dimisi¨®n se le suma ahora la petici¨®n expresa que le hace uno de sus dos directores generales, Graeme Wheeler. El consejo ejecutivo de la entidad, que representa a sus 185 miembros, ten¨ªa previsto reunirse ayer tarde para tratar la suerte del ex halc¨®n del Pent¨¢gono, que se aferra al puesto a pesar de su creciente aislamiento. La intervenci¨®n de Wolfowitz en el ascenso y exorbitante aumento salarial de su pareja, funcionaria del organismo y transferida al Departamento de Estado, amenazan su puesto.
Wolfowitz, de 63 a?os, mantuvo el mi¨¦rcoles la tradicional reuni¨®n semanal con el equipo de gesti¨®n del Banco, en la que volvi¨® a reiterar que no estaba dispuesto a dimitir por haber preparado el ascenso y aumento de sueldo de su pareja, Shaha Riza, antes de que fuera trasladada al Departamento de Estado. All¨ª comenz¨® a cobrar unos 60.000 d¨®lares m¨¢s al a?o (44.121 millones de euros). En el encuentro, el presidente dijo que va introducir cambios en su estilo de gesti¨®n y estructura de su oficina.
No fue suficiente para acallar las cr¨ªticas. El neozeland¨¦s Graeme Wheeler, segundo en la jerarqu¨ªa del Banco Mundial, aconsej¨® a Paul Wolfowitz que dimitiera como mejor soluci¨®n a la crisis y evitar un da?o mayor a la credibilidad del organismo. Wheeler no est¨¢ solo, sino que cuenta con el apoyo de los representantes de Europa, Am¨¦rica Latina y Asia. El presidente, sin embargo, est¨¢ respaldado por ?frica, Oriente Pr¨®ximo, Canad¨¢, Jap¨®n y Estados Unidos.
La divisi¨®n se hace as¨ª cada vez m¨¢s fuerte en el seno de la instituci¨®n. Se da adem¨¢s la circunstancia de que fue el propio Wolfowitz el que hace un a?o eligi¨® a Wheeler para ese cargo junto al salvadore?o Juan Jos¨¦ Daboub. Mientras, en los pasillos del Banco Mundial se especula con que los cambios de los que habla el presidente podr¨ªan acabar limitando el poder de dos de sus principales colaboradores, Robin Cleveland y Kevin Kellems, a los que Paul Wolfowitz se trajo de la Casa Blanca.
La oficina del presidente evit¨® hacer comentarios sobre el contenido del debate celebrado el mi¨¦rcoles ni sobre las sugerencias que pidi¨® Wolfowitz para mejorar su equipo de gesti¨®n y recuperar el apoyo del resto de los gestores. Es m¨¢s, la reacci¨®n a la oferta de Paul Wolfowitz fue m¨¢s bien de perplejidad. "No se trata de un estilo de gesti¨®n. Tampoco de c¨®mo su equipo interact¨²a con el resto del personal", explicaban fuentes consultadas por AFP. "?Qu¨¦ parte de la dimisi¨®n es la que no entiende?", remachan.
El choque entre Wolfowitz y el equipo de gesti¨®n del organismo se produc¨ªa en la v¨ªspera de la reuni¨®n del consejo ejecutivo del Banco Mundial, integrado por 24 directores que representan a los 185 miembros, convocada para discutir el liderazgo del antiguo n¨²mero dos del Pent¨¢gono al frente de la instituci¨®n a ra¨ªz del ¨²ltimo esc¨¢ndalo. La asociaci¨®n de funcionarios de la entidad, con sede en Washington, tambi¨¦n pide la cabeza del presidente.
Se teme que el creciente aislamiento de Wolfowitz acabe desatando una guerra interna entre los directores y provoque una desbandada como la que ya se vivi¨® tras su llegada a la instituci¨®n, cuando una docena de altos cargos abandonaron sus puestos. Pero como indicaron d¨ªas atr¨¢s fuentes europeas, nadie quiere enfrentarse directamente con Estados Unidos, pa¨ªs al que por una regla no escrita corresponde la presidencia del Banco Mundial, mientras la del Fondo Monetario Internacional recae en un europeo.
El comit¨¦ conjunto de Desarrollo del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional ya expres¨® el domingo su "gran preocupaci¨®n" por la situaci¨®n. "Debemos asegurarnos de que el Banco lleve su mandato con efectividad y mantenga su credibilidad y reputaci¨®n, as¨ª como la motivaci¨®n de su personal", remacha el comunicado final de la cumbre de primavera, en el que se pidi¨® al consejo ejecutivo que complete su trabajo de investigaci¨®n.
Perd¨®n sin consecuencias
Paul Wolfowitz reconoci¨® su error y pidi¨® perd¨®n. Sin embargo, dijo que cree en la misi¨®n de la instituci¨®n y que no estaba dispuesto a soltar las riendas. Shaha Riza llevaba ocho a?os trabajando para el Banco Mundial antes de que fuera transferida al Departamento de Defensa en septiembre de 2005. Un a?o despu¨¦s, pas¨® a trabajar para la organizaci¨®n no gubernamental Fundaci¨®n para el Futuro, dependiente del Departamento de Estado.
A petici¨®n de Wolfowitz, se le concedi¨® un aumento de sueldo en dos tramos por cerca de 60.000 d¨®lares. Su n¨®mina, de 193.590 d¨®lares anuales, corre a cargo del Banco Mundial. Riza ejerci¨® adem¨¢s durante unos meses como consultora para una contratista militar del Pent¨¢gono en Irak, justo despu¨¦s de que EE UU invadiera el pa¨ªs.
Pero el descontento hacia la gesti¨®n de Paul Wolfowitz es anterior a que se desvelara el aumento de sueldo que decidi¨® personalmente para su pareja, y ten¨ªa que ver m¨¢s bien con su agenda, por la que condicionaba la ayuda de la instituci¨®n a que se adoptaran medidas para prevenir la corrupci¨®n.
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