Al humor de cada resultado
La semana que gana y se acerca al l¨ªder todo es euforia y las encuestas destacan que el Real Madrid es el favorito a ganar la Liga. Si a la semana siguiente se pierde con una actuaci¨®n arbitral deficiente, el ¨¢rbitro es un verdugo envuelto en una conspiraci¨®n antimadridista que le roba el campeonato que casi ten¨ªa ganado. Esta oscilaci¨®n en el ¨¢nimo y el pensamiento de los aficionados y los medios de comunicaci¨®n no debe sorprendernos. En todos los pa¨ªses y en todas las ¨¦pocas, cuando las Ligas entran en su etapa definitoria, los l¨®gicos y naturales errores arbitrales cobran una especial preponderancia. No es que los ¨¢rbitros se equivoquen m¨¢s en abril que en septiembre, pero la relevancia es distinta. Si adem¨¢s el error perjudica al grande, el esc¨¢ndalo est¨¢ servido.
Me parece que habr¨ªa que detenerse en el an¨¢lisis de cuestiones m¨¢s profundas que explican de una manera m¨¢s justa la situaci¨®n actual. Cualquier evaluaci¨®n que se quiera hacer de un equipo de f¨²tbol tiene que pasar necesariamente por su juego; esto significa ver c¨®mo est¨¢ armado y qu¨¦ respuesta futbol¨ªstica ofrece en el campo a lo largo de la temporada.
En primer lugar, hay que advertir que un equipo bien estructurado, confiado en sus posibilidades y seguro de un sistema de juego no se detiene demasiado a lamentarse por un error arbitral. La confianza hacia lo propio hace que la desconfianza hacia lo ajeno tenga poco valor. Que un equipo como el Madrid se queje mucho de los ¨¢rbitros es un signo de debilidad.
Hay que distinguir si esas posibilidades de salir campe¨®n se basan en las meras estad¨ªsticas -proximidad con el primero- o, por el contrario, el juego exhibido a lo largo de tres competiciones y alrededor de 40 partidos. Los equipos con aspiraciones serias tienen una seguridad en el juego que va mucho m¨¢s all¨¢ del contratiempo arbitral. El problema del Madrid reside en que m¨¢s all¨¢ de las posibilidades matem¨¢ticas -que las sigue teniendo- su juego no ha tenido un nivel ¨®ptimo. No ha sido un equipo consistente y las individualidades han brillado con intermitencia.
Una de las causas del pobre juego del Madrid ha sido la falta de sociedades, que en el f¨²tbol son esenciales. Al f¨²tbol se juega bien si funcionan estas peque?as relaciones entre los defensas, o entre el lateral que se entiende muy bien con el interior y crean superioridad en la banda; o entre esos delanteros que se conocen de memoria, etc. En el Madrid de esta Liga eso no se ha dado casi nunca.
Se echa de menos la presencia de jugadores hechos para el Madrid. En la rica historia del club, casi siempre ha habido jugadores que, por haber sido canteranos, por estilo de juego o por adaptarse r¨¢pidamente a la instituci¨®n, podr¨ªan considerarse jugadores de ese estilo particular. As¨ª, los equipos del Madrid podr¨ªan tener altibajos, pero no se perd¨ªa ni la presencia ni el estilo. Hoy cuesta encontrar en la plantilla jugadores made in Madrid.
M¨¢s que buscar en el ¨¢rbitro un culpable, cabe reflexionar sobre los motivos que verdaderamente influyen en el juego de un equipo: estilo acorde con los jugadores disponibles y con la historia del club, funcionamiento de las peque?as sociedades y planificaci¨®n de la presente temporada y de las futuras. Si en vez de fijarnos en todas estas cuestiones fundamentales, nos centramos en cada partido en los detalles ajenos al equipo -como el ¨¢rbitro-, caeremos en la vor¨¢gine y el desconcierto de vivir al humor de cada resultado.
Jos¨¦ P¨¦kerman fue seleccionador de Argentina en el Mundial de Alemania de 2006.
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