La isla mujer, verde flotante
Viaje por un Puerto Rico alejado de los circuitos m¨¢s conocidos
Escuchar el coraz¨®n de Puerto Rico requiere salirse del mapa. Recorrer sus carreteras como arterias y perderse por sus desv¨ªos con los ojos claros dispuestos al asombro como quien entra en el cuerpo de un humedal. "La isla es una mujer. Una mujer verde flotante", advierte el artista gallego Eugenio Granell en su exilio boricua. Cuerpo geogr¨¢fico que nos invita a trazar un recorrido interno, ¨ªntimo, sinuoso, ajeno a las hordas de turistas norteamericanos ¨¢vidos de resorts playeros. Es un viaje verde oscuro por Arecibo y Utuado: una ruta sonora de piel brillante, garras de r¨ªo, maneras de mangle y tacto de platanar.
Dejamos atr¨¢s los adoquines azul cobalto que pavimentan el Viejo San Juan por el Expreso De Diego e iniciamos el ascenso de la v¨ªa 10. El cambio de ecosistema es radical. De un paisaje de flamboyanes y llanos, el bosque pluvial monta?oso nos abraza en su nube de gotas. Entre tinieblas, distinguimos a la derecha una escarpada carretera secundaria. Recorremos sus curvas y, tras varias millas, como una visi¨®n, aparece la verja vigilada del Observatorio de Arecibo.
Es un encuentro en la tercera fase. Sede del radiotelescopio m¨¢s grande del mundo, el observatorio de Arecibo, operado por la Universidad de Cornell desde 1960, avanza el estudio de la ionosfera y sus temperaturas, los planetas cercanos y el resplandor terrestre. En este centro vanguardista de ciencia la ingenier¨ªa es sublime. El visitante disminuye ante el gigantesco plato c¨®ncavo plateado que se ubica en una depresi¨®n de 91 metros de profundidad, a modo de vientre dirigido hacia el cielo, y que act¨²a como reflector de alta precisi¨®n. Junto a ¨¦l, un transmisor de radar planetario con forma de inmenso ojo facilita la recopilaci¨®n de datos extraterrestres las 24 horas del d¨ªa.
Horizontes magn¨¦ticos
El viajero ante el espejo del universo. La tierra horadada recibe el eco de la atm¨®sfera. La atm¨®sfera habla a la tierra. ?Qu¨¦ palabras, ruidos o melod¨ªas recibimos cada minuto de otros planetas? M¨¢s de cien t¨¦cnicos y cient¨ªficos analizan esos rumores dentro del programa Search for Extraterrestrial Intelligence (SETI) y dem¨¢s proyectos del observatorio. Si desea despejar inc¨®gnitas, puede visitar el ameno Centro de Visitantes Fundaci¨®n ?ngel Ramos, donde se fusionan la did¨¢ctica interactiva de la ciencia, el son montuno y el men¨² de arroz con gandules. Un ambiente muy divertido para recordar la estancia de Jodie Foster durante su filmaci¨®n de la pel¨ªcula Contact. "Isla de los horizontes magn¨¦ticos" que exhibe "las metamorfosis naturales m¨¢s tentadoras, los espejismos m¨¢s imantados, los caminos m¨¢s fascinantes". As¨ª habla Juan Ram¨®n Jim¨¦nez de este territorio mezcla donde el eco extraterrestre engarza con el di¨¢logo ancestral. Uno de sus epicentros m¨ªticos est¨¢ en la remota y c¨¦ntrica regi¨®n de Utuado. Poblada antes del descubrimiento por distintas culturas ind¨ªgenas, como los arcaicos, inger¨ªs y ta¨ªnos, Utuado recibe su nombre del cacique Otoao, literalmente, 'entre monta?as'.
Entre mogotes y monta?as utuade?as continuamos el ascenso de la v¨ªa 10 cuando un segundo desv¨ªo nos conduce al Centro Ceremonial Ind¨ªgena de Caguana. Este misterioso parque, al aire libre, se estructura en torno a un batey o plaza principal de arena y 11 bateyes menores. Aqu¨ª ten¨ªan lugar complejas ceremonias socio-religiosas de la cultura ta¨ªna, seg¨²n el arque¨®logo del Instituto de Cultura Puertorrique?a que nos recibe.
Unos dicen que todav¨ªa es posible o¨ªr los gritos de los indios ta¨ªnos mientras compiten en su afamado juego de pelota, una suerte de f¨²tbol aborigen en el que la bola debe permanecer en el aire sin tocar nunca las manos de los jugadores. Otros afirman haber escuchado a los areitos, trovadores que brindan informaci¨®n a trav¨¦s del canto, e incluso al boh¨ªque o chy ciuda am¨¢n en el ritual alucin¨®geno de la cojoba. Lo cierto es que este exuberante espacio parece bendecido por alg¨²n ser supremo. As¨ª lo siente el viajero al tocar los monolitos que circundan los bateyes y al contemplar los asombrosos petroglifos con perfiladas figuras h¨ªbridas de animal, vegetal y humano. Por la tarde, quien descansa a la sombra de la ceiba, la palma real u otra especie aut¨®ctona de las que ali?an el jard¨ªn bot¨¢nico, percibir¨¢ la mano acariciadora de sus esp¨ªritus tutelares (cem¨ªes) como una brisa suave que estremece el cuerpo.
El viajero puede retornar al reggaet¨®n y a los sonidos de la transmodernidad urbana o penetrar en la selva de Utuado, donde la naturaleza y sus voces se ampl¨ªan a cuatro dimensiones. Asesorados por la br¨²jula del Fideicomiso de Conservaci¨®n de la isla (www.fideicomiso.org/), tomamos la ruta 111, que cruza una jungla de bamb¨² gigante. A ambos lados de la carretera se suceden casas tropicales multicolores, la mayor¨ªa convertidas en bares improvisados: La Tinajita, El Torpedo, La Lomita de Caonillas...
Coro de coqu¨ªes
Cualquiera de ellos es ideal para sentarse al fresco del quiebra-sol y tomar mofongo con changurro fresco o camarones con pique y jugo de china, tan insuperable como la charla lugare?a. Una mirada a la ventana trasera basta para dejarse impresionar por el panorama del lago Caonillas. En su entorno encontramos la hospeder¨ªa Casa Grande, una antigua hacienda cafetalera transformada en un ed¨¦n bioclim¨¢tico, con piscina de agua natural, junto al r¨ªo Viv¨ª.
Desde la hamaca del porche damos la bienvenida al espect¨¢culo multimedia de la noche en Utuado. Surge el coro de coqu¨ªes, diminutas ranitas end¨¦micas convertidas en emblema nacional cuyos machos emiten la continua voz co-qu¨ª como sinfon¨ªa noct¨¢mbula imparable. Un instante de tormenta crea un concierto de gotas sobre las hojas de pl¨¢tano. Silba el viento mientras aparece esa estrella que perseguimos y nunca supimos tan cerca. El viajero se entrega al sue?o de im¨¢genes. Imperecedera como la yerba bruja, la planta boricua que nunca muere, esta ruta monta?osa arcaica, natural y extraterrestre parece albergar la fuente de la eterna juventud: ?Bateyes del Otuao / para la danza guerrera! / T¨² gritaste, ?Manicato! / Y yo, encima de la puerta, / cuando la noche acababa / colgu¨¦ mi collar de piedra.
Julia Piera es autora del libro de poemas Conversaciones con Mary Shelley (Icaria)
GU?A PR?CTICA
C¨®mo ir- Iberia (902 400 500; www.iberia.com) tiene vuelos directos cada d¨ªa desde Madrid a San Juan, la capital de Puerto Rico. Ida y vuelta hasta el 31 de mayo, a partir 413 euros.Informaci¨®n- Prefijo telef¨®nico: 00 1 787.- Oficina de Turismo de Puerto Rico en Espa?a (www.gotopuertorico.com; 914 31 21 28).- http://welcome.topuertorico.org.- Asociaci¨®n Tur¨ªstica y de Hoteles de Puerto Rico (758 80 01; www.prhta.org).San Juan- En la capital, San Juan, podemos visitar la ciudad antigua, fundada en 1521, con edificios hist¨®ricos restaurados de estilo espa?ol de los siglos XVI y XVII.- En el viejo San Juan se ubican el Museo de Pablo Casal; el Museo de Artes Gr¨¢ficas de Am¨¦rica Latina, y el Museo de la Arquitectura Colonial, entre otros.- Otros sitios de inter¨¦s en el viejo San Juan son El Morro (fortaleza del siglo XVI), el Fuerte de San Crist¨®baly la Casa Blanca, construida en 1523, que fue la casa original del conquistador Ponce de Le¨®n.- www.sanjuancapital.com.Arecibo- Departamento y ciudad a 90 kil¨®metros de la capital, San Juan es la segunda poblaci¨®n m¨¢s importante de la isla y fue el tercer asentamiento espa?ol en Am¨¦rica.- www.areciboweb.com.- Turismo de Arecibo (878 80 15).- El Observatorio de Arecibo (www.naic.edu), el mayor radiotelescopio del mundo, est¨¢ situado a 19 kil¨®metros de la ciudad. All¨ª tiene su sede el Centro de Visitantes Fundaci¨®n ?ngel Ramos.Utuado- Conocida como El Pueblo del Viv¨ª, fue fundada en 1739. En su departamento se encuentra el Centro Ceremonial Ind¨ªgena.- Informaci¨®n de alojamientos, restaurantes y sitios tur¨ªsticosde inter¨¦s: 894 34 60.
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