?Al suelo, que viene Mourinho!
Desde los mentideros del Bernab¨¦u llega un rumor que huele a gomina: el Madrid quiere cambiar a Capello por Mourinho. Quiz¨¢ se trate del cl¨¢sico infundio primaveral, o m¨¢s exactamente de un soplo para mover el banquillo, pero algunos de los mayores disparates que recordamos comenzaron as¨ª: un bulo para tantear a la afici¨®n, una cita en la ruta del bacalao, un par de comisiones bajo mano y ah¨ª llega el tipo que se trag¨® la estaca.
Por si el supuesto se confirma, es oportuno decir que esta criatura tan enfadada representa un caso de transformismo sin precedentes. Durante su etapa como traductor de Bobby Robson en Barcelona fue un chico encantador: sonre¨ªa por precauci¨®n, llevaba de la mano a los ni?os que buscaban un lugar en la foto y tonteaba con los periodistas como un novio; era el perfecto candidato a un puesto de venta de limonada. Luego volvi¨® a su pa¨ªs, hizo campe¨®n al Oporto, declar¨® que en tres a?os hab¨ªa conseguido tanto como el Bar?a en un siglo, se cal¨® la gorra de plato, se bord¨® unos galones en la bocamanga y dos d¨ªas despu¨¦s se hab¨ªa convertido en el chusquero m¨¢s zafio del cuartel. ?Sufri¨® un empacho de celebridad o llevaba dentro el personaje desde la infancia?
Estaba cantado que alguien como ¨¦l s¨®lo podr¨ªa ser el palad¨ªn de alg¨²n nuevo rico. De pronto apareci¨® Roman Arkadievich Abramovich, uno de esos rusos sin pasado que empiezan vendiendo petr¨®leo y terminan comprando un equipo ingl¨¦s, y le hizo una oferta que no pudo rechazar.
Ya en Londres tard¨® poco en orientarse: descubri¨® r¨¢pidamente el bolsillo en que guardaba la chequera su patr¨®n, empez¨® a pedirle futbolistas de carga y mont¨® un equipo italiano en mitad de la Premier League. Ahora dicen que el hombre del mazo ha echado cuentas y est¨¢ mordi¨¦ndose la lengua: es cierto que el Chelsea ha ganado alg¨²n t¨ªtulo, pero, a despecho de una inversi¨®n descomunal y de su estricto cumplimiento de las peticiones del entrenador, no consigue superar el juego del Liverpool y se bate en retirada ante el Manchester United. Desde el fondo de su conciencia, es decir, desde su cuenta corriente, este mecenas con aire de bibliotecario ha decidido que Jos¨¦ Mourinho no ha sido una buena operaci¨®n: entre periodistas y acreedores le ha valido dos docenas de enemigos y le ha salido tan caro como el divorcio. Por eso ha dicho que la caja fuerte queda precintada; que no piensa gastar ni un penique m¨¢s en corredores de marat¨®n.
Si Mourinho viene, lo probable es que el Bernab¨¦u siga siendo el teatro m¨¢s aburrido de la capital y que el espect¨¢culo siga estando en la sala de prensa. Salvo que cambie mucho, este hombre con piel de almendruco ofrece una dudosa garant¨ªa: dar¨¢ portadas, pero dar¨¢ sue?o.
Conclusi¨®n: fichar a Mourinho es comprar a Capello por segunda vez. En resumen, una capellada.
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