El Sevilla sigue la caza

El Sevilla se deshizo del Espanyol, o algo similar, con un tr¨ªo de goles que le sirven para seguir calent¨¢ndole el cogote al Barcelona en la lucha por el t¨ªtulo liguero. El que quisiera ver un simulacro de un choque que podr¨ªa repetirse en la pr¨®xima final de la Copa de la UEFA, mejor habr¨ªa hecho configurando las alineaciones en su juego favorito en la consola. En caso de que ambos equipos llegaran al partido de Glasgow, con toda probabilidad, ni la mitad de los futbolistas que disputaron el encuentro de ayer saltar¨ªan al c¨¦sped.

Obligado a mirar para tres sitios a la vez, al Sevilla el partido le interesaba much¨ªsimo m¨¢s que a los espanyolistas. Y se not¨®. En el primer tiempo, el Sevilla apison¨® a los visitantes y tuvo m¨¢s de media docena de ocasiones de meridiana claridad. A los cuatro minutos, Kameni pifi¨® al blocar un saque de falta que le ven¨ªa bastante facil¨®n y tuvo la suerte de que el rechace le cayera a Dragutinovic, que, a poco m¨¢s de medio metro de la l¨ªnea de gol, acert¨® a darle al travesa?o. El portero africano compens¨® sus manos de flan en esa jugada con paradones a cabezazos de Kerzhakov y Chevant¨®n. Lo ¨²nico que no par¨® Kameni en la primera mitad fue ilegal: un tiro de Kerzhakov tan a bocajarro que estaba en fuera de juego.

Pero mandar no es lo mismo que dominar y ni mucho menos ganar, justo lo que necesitaba el Sevilla. Parec¨ªa imposible que, despu¨¦s de las dos tempran¨ªsimas lesiones que padeci¨® el Espanyol, el espl¨¦ndido juego de desborde de Puerta y las citadas ocasiones de los puntas, a¨²n no hubiese estrenado el marcador. Entonces, Juande Ramos se sac¨® el mismo conejo de la chistera que en el enfrentamiento con el Athletic de la semana pasada, que estaba igual de atascado que el de ayer. Kanout¨¦ desdobl¨® su largas piernas, sali¨® del banquillo y se puso a calentar los m¨²sculos con un trotecillo tranquilo. Tal que el Cid atado al caballo, la batalla empez¨® a caer de su lado. Fue ver la silueta del africano por la banda y afil¨¢rsele las botas a los meritorios.

A los siete minutos de iniciarse la segunda mitad, Chevant¨®n intent¨® disparar y fall¨®, pero fall¨® asimismo la defensa del Espanyol y Puerta chut¨® muy cerca del ¨¢rea peque?a y la pelota, tras rebotar en el suelo, entr¨®. Un solo minuto despu¨¦s, los centrales visitantes se tragaron un globo manso que atrap¨® Chevant¨®n a la carrera. El uruguayo se entretuvo y Zabaleta se la sac¨® de los pies y evit¨® el primer disparo del ariete, que, sin embargo, se las apa?¨® para chutar desde el suelo y enviar el bal¨®n a la red de un despistado Kameni.

El partido entr¨® entonces en una fase barata, malquerida. Los sevillistas empezaron a pensar en lel partido del jueves contra Osasuna, el del domingo contra el Madrid... En fin, en todo lo que se le viene encima en esta fase en la que todos sus esfuerzos pueden llevarles al n¨¦ctar del Olimpo o a la hiel del reconocimiento sin laurel. As¨ª, Puerta dej¨® de merendarse a Zabaleta -los maledicentes se acordaban de Rexach, que, seg¨²n ellos recordaban, siempre lo hac¨ªa mejor a la sombra que a la solana-, Poulsen se llev¨® su muralla t¨¢ctica unos paso m¨¢s atr¨¢s y Kerzhakov se pegaba menos carreras. Navas tampoco estaba, pero es que tampoco lo hizo cuando el juego de su equipo era un festival. El interior supone una de las peores noticias para este Sevilla exigido. Desde su lesi¨®n contra la Gimn¨¢stica Segoviana, en noviembre, en la Copa del Rey, su juego ha perdido electricidad. Ayer se fue pocas veces, si se fue alguna, y, por falta de atrevimiento, de frescura, dej¨® romas un par de sus antes peligros¨ªsimas internadas.

Una jugada ego¨ªsta sac¨® el partido de su castrante pragmatismo. Coro corri¨® un pase al hueco y bati¨® a Palop con un chut arriesgado cuando ten¨ªa un facil¨ªsimo pase para un compa?ero que estaba completamente solo. La zozobra de los sevillistas dur¨® un cuarto de hora, interminable para sus aficionados. Hasta que Mart¨ª la enchuf¨® con ganas desde el pico del ¨¢rea. Y ah¨ª se termin¨® el partido. Que no el esfuerzo que a¨²n le queda a este equipo que est¨¢ completando una temporada colosal y que podr¨ªa ser hist¨®rica.