Una nueva Universidad a medida

Un sistema de pesos y contrapesos, un complejo entramado de incentivos y ajustes econ¨®micos mezclado con una planificaci¨®n a distintos niveles (la Universidad, la comunidad aut¨®noma y el Estado). El informe sobre la futura financiaci¨®n de la educaci¨®n superior presentado la semana pasada por el Consejo de Coordinaci¨®n Universitaria propone usar los presupuestos, no s¨®lo para cubrir las necesidades de la universidades p¨²blicas, sino tambi¨¦n como una herramienta m¨¢s para mejorar puntos concretos del sistema, premiando la calidad y la eficiencia y penalizando su ausencia. Pero esto requiere un sistema para medir esos conceptos, y es ¨¦ste un punto pol¨¦mico como pocos debido al n¨²mero y complejidad de factores que influyen.

La oferta de t¨ªtulos se planificar¨ªa en tres niveles: Universidad, comunidad y Estado

Tanto la ministra de Educaci¨®n, Mercedes Cabrera, como los rectores han recibido muy bien la propuesta, pero a¨²n no se ha aclarado si seguir¨¢ al pie de la letra. Entre los puntos que m¨¢s directamente afectan a los alumnos, destacan dos: revisar la desordenada oferta de carreras (las universidades ofrecen tantas veces los mismos t¨ªtulos que el 60% tiene menos de 75 alumnos nuevos al a?o) y la calidad de todas ellas (en algunas ingenier¨ªas s¨®lo ocho de cada 100 terminan en el tiempo establecido).

En el primer caso, en general, se recomienda no financiar carreras con tan poca demanda que no justifica su existencia, salvo que se explique por otras razones estrat¨¦gicas o por su importancia en la generaci¨®n de conocimiento. No se trata, pues, de cortar sin m¨¢s el grifo a ese 60% de t¨ªtulos con pocos estudiantes, sino de ver, por ejemplo, si en lugar de que Andaluc¨ªa ofrezca en cinco universidades la licenciatura en Matem¨¢ticas para un total de 223 alumnos nuevos en el curso 2004-2005 (datos del Atlas de la Espa?a Universitaria), no ser¨ªa mejor concentrar la oferta s¨®lo en algunas.

Por supuesto, explica el estudio, hay que tener en cuenta otros factores. Para empezar, el tama?o de los grupos. En algunos casos, como en las facultades de ingenier¨ªa o de filolog¨ªa, los alumnos de varias titulaciones pueden compartir profesores y aulas. Tambi¨¦n hay que tener cuenta la importancia de ciertas carreras en algunas zonas (filolog¨ªa gallega), adem¨¢s de la importancia de no perder ¨¢reas de conocimiento.

Estos son los criterios generales y sus salvedades, que "tendr¨ªan que aplicarse en tres niveles", explica el secretario general del Consejo de Coordinaci¨®n Universitaria, F¨¦lix Garc¨ªa Laus¨ªn. El primero, el de la propia Universidad, que har¨ªa una especie de examen de conciencia para optimizar sus recursos de espacios y de profesores. Otro ejemplo tomado del Atlas de la Espa?a Universitaria podr¨ªa ilustrar este nivel: la Universidad Carlos III de Madrid ofrece la diplomatura en Biblioteconom¨ªa y Documentaci¨®n en sus campus de Getafe y Colmenarejo para 65 y 11 alumnos nuevos al a?o, respectivamente. Con el nuevo sistema adaptado a Europa, ser¨¢n las universidades las que dise?en su oferta de t¨ªtulos y los planes de estudio de ¨¦stos.

El segundo nivel estar¨ªa en el ¨¢mbito de la comunidad aut¨®noma. ?ste es muy importante, ya que el Gobierno regional es el que va a aprobar, o no, los t¨ªtulos que se ofrecen en su comunidad. Tendr¨ªa que aportar una visi¨®n de todo el territorio. En todo Catalu?a entraron hace dos a?os 88 alumnos nuevos en Estad¨ªstica, repartidos en tres universidades, todas ellas en la provincia de Barcelona.

El ¨²ltimo escal¨®n es el estatal. El Consejo General de Pol¨ªtica Universitaria, el nuevo ¨®rgano que reunir¨¢ al Gobierno y a las comunidades, ser¨ªa "el espacio para ordenar con un criterio global", explica Garc¨ªa Laus¨ªn. El presidente de la Conferencia de Rectores (CRUE) y rector de la Universidad de Oviedo, Juan V¨¢zquez, ya ha se?alado en alguna ocasi¨®n que "no tiene sentido", por ejemplo, que su campus y el de Cantabria, comunidades vecinas, tengan "la misma titulaci¨®n con pocos alumnos". Entre las carreras de Matem¨¢ticas y F¨ªsicas de ambas universidades sumaron 81 alumnos nuevos hace dos cursos (Atlas).

El Gobierno, por su parte, s¨®lo comprobar¨¢ si cada plan de estudios se atiene a los criterios generales de cada rama (ciencias, ingenier¨ªas, humanidades, etc¨¦tera) marcados por el propio Estado. Sin embargo, s¨ª controla la pol¨ªtica de becas que, adem¨¢s "de su principal funci¨®n de equidad", puede servir como instrumento de ordenaci¨®n de la oferta "a trav¨¦s de las ayudas a la movilidad", explica Garc¨ªa Laus¨ªn. El informe pide un gasto extra para los pr¨®ximos cinco a?os de 2.700 millones de euros; 244 de esos millones incrementar¨ªan el fondo de becas.

Pero tambi¨¦n se propone revisar una por una todas las carreras seg¨²n la calidad de la docencia que ofrecen. ?C¨®mo se mide esto? La propuesta habla, entre otros, de valorar la eficiencia. Se tendr¨¢n en cuenta los resultados de los alumnos (dividiendo el n¨²mero de asignaturas que cursan por el n¨²mero de las que aprueban). La financiaci¨®n p¨²blica estar¨ªa dispuesta a sufragar un 30% de "ineficiencia". Al resto tendr¨ªan que hacer frente entre las universidades y los propios alumnos repetidores, que pagar¨ªan m¨¢s dinero que ahora por la segunda o tercera vez que se matriculen en una materia. Las carreras sanitarias est¨¢n en un 26% de ineficiencia, y en las ingenier¨ªas se llega al 46%.

Pero este punto tambi¨¦n tiene matices. "Hay que tener en cuenta el contexto de cada carrera. Bajar al detalle y ver si cuando los ¨ªndices de repetici¨®n y abandono son altos, estos son atribuibles a la calidad de la docencia", explica Garc¨ªa Laus¨ªn. Recuerda adem¨¢s que el informe tambi¨¦n habla de estimular a los profesores a trav¨¦s de incentivos, premiando sus buenos resultados. De los recursos extra que se solicitan, 244 millones se destinar¨ªan, entre otras funciones, a pagar esos incentivos. Se valorar¨ªa el rendimiento docente, la satisfacci¨®n de los alumnos y la evaluaci¨®n de sus compa?eros.