M¨¢s horas para la vida familiar y menos pu?etazos en la mesa
La empresa renueva el modelo de mando y el trabajador demanda mejores horarios
"?Sabe cu¨¢l es mayor deseo de algunos profesionales? Llegar a tiempo para ba?ar a sus hijos; que sientan que tienen padre. ?sta fue la respuesta de uno de nuestros clientes. Y no es una excepci¨®n". Gonzalo Mart¨ªnez de Miguel lleva a?os lidiando con el desarrollo y la gesti¨®n interna de las empresas. Como director del Instituto de Formaci¨®n Avanzada, las asesora sobre c¨®mo deben organizarse o formar a sus empleados. Y percibe que el panorama est¨¢ cambiado radicalmente, tanto en las demandas del empresario como en las expectativas del trabajador.
El aspecto econ¨®mico sigue siendo primordial -"al fin y al cabo todos tenemos que pagar una hipoteca", reflexiona Mar¨ªa Eugenia Guzm¨¢n, del despacho jur¨ªdico Cuatrecasas- pero cada vez importan m¨¢s las cuestiones personales. Los empresarios son conscientes de este cambio sociol¨®gico, seg¨²n los expertos consultados. Por eso empiezan a poner los medios para atraer, y sobre todo retener, al profesional cualificado.
Viernes por la tarde libre, vacaciones m¨¢s all¨¢ de lo que marca el Estatuto de los Trabajadores, pensiones complementarias... son algunos de los se?uelos que utilizan las empresas para que el trabajador se sienta motivado y con ganas de rendir. Las consultoras consideran que, en contra de lo que se cree, el empleado va ganando cuotas de poder. Los directivos tienen problemas para encontrar la cualificaci¨®n que buscan y los elegidos lo saben. "Antes, en Espa?a hab¨ªa un desempleo del 20%. Ahora, en algunas comunidades pr¨¢cticamente hay pleno empleo. El trabajador no est¨¢ dispuesto a aceptar cualquier cosa", subraya Mart¨ªnez de Miguel. Este experto cree que las empresas son "m¨¢s humanas y cuidadosas que nunca", especialmente las grandes. El problema es que en Espa?a el 90% de las empresas son peque?as y medianas. Y las nuevas tendencias tardan en calar.
M¨¢s esc¨¦ptica se muestra la experta de Cuatrecasas. "Hasta que Espa?a no homologue los horarios con Europa no ser¨¢ posible conciliar la vida laboral con la familiar". Mar¨ªa Eugenia Guzm¨¢n considera que esa urgencia es mayor para la mujer, pues "en Espa?a, a diferencia de otros pa¨ªses, sigue siendo ella la que pide los permisos oficiales para cuidar a la familia". Los expertos en general valoran la legislaci¨®n que propicia los espacios para la vida personal, pero discrepan sobre su puesta en marcha.
La productividad es el elemento clave a la hora de evaluar esas medidas. Eduardo Riera, de la consultora de recursos humanos Mercer, es rotundo: "En teor¨ªa se trabajan menos horas, pero el trabajador produce m¨¢s cuantos m¨¢s beneficios sociales tiene. Las horas reales son m¨¢s productivas". Se trata de cumplir con unos objetivos m¨¢s que de acumular horas en la silla, aunque este mensaje no est¨¢ suficientemente asimilado, ni entre los empresarios ni entre los trabajadores.
Si los empleados son m¨¢s conscientes de su poder y las empresas ofrecen cada vez m¨¢s incentivos para conquistarlos, ?por qu¨¦ el estr¨¦s se extiende en las sociedades modernas? El director del Instituto de Formaci¨®n Avanzada cree que la exigencia al trabajador es mayor y su nivel de responsabilidad, creciente: "Hemos pasado del trabajador al dictado a uno al que se le da m¨¢s autonom¨ªa pero se le exigen resultados". Ese cambio de modelo provoca estr¨¦s laboral, una dolencia que explica m¨¢s del 10% de las bajas en Europa, seg¨²n un estudio de Mercer. Si se suman los casos de depresi¨®n, el porcentaje asciende.
El acoso moral o el burnout (literalmente, quemarse) son otros de los nuevos males que aquejan al trabajador del siglo XXI. Un individuo acosado en su puesto de trabajo se lo piensa mucho antes de denunciarlo porque resulta inc¨®modo de explicar y dif¨ªcil de probar. "La gente prefiere cambiar de empresa y ya est¨¢. Es una cuesti¨®n bastante oculta", considera Eduardo Riera. La experta de Cuatrecasas aporta una visi¨®n complementaria: "Muchas veces se utiliza como arma arrojadiza contra el empresario por otros problemas".
Conceptos como motivaci¨®n, reconocimiento y satisfacci¨®n exigen un marco de estabilidad laboral que en ocasiones resulta deficiente. Uno de cada tres asalariados en Espa?a tiene fecha de caducidad en su puesto. Eso deteriora el compromiso y la identificaci¨®n que el empleado adquiere con su compa?¨ªa. "Si no saben cu¨¢nto durar¨¢n en la empresa, ?c¨®mo se van a identificar con ella?", coinciden los expertos consultados. En todo caso, la identificaci¨®n hoy depende m¨¢s de los compa?eros y los superiores directos que de la compa?¨ªa como ente abstracto.
El apego a la empresa exige, eso s¨ª, nuevos modos de ejercer el mando. "La compa?¨ªa autoritaria tiende a desaparecer. Los modelos hasta hace nada admisibles del pu?etazo en la mesa son vistos ahora como marcianos", constata Mart¨ªnez de Miguel.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.