Futuro saharaui

Est¨¢ claro que en un contencioso territorial como el del S¨¢hara Occidental, que desde hace 30 a?os enfrenta a Marruecos con el Frente Polisario, ambas partes van a tener que ceder algo en sus exigencias si quieren dar con la soluci¨®n. El plan de Rabat presentado el mes pasado, que contempla la celebraci¨®n de un refer¨¦ndum de autonom¨ªa sin que eso suponga una renuncia suya a la soberan¨ªa de la ex colonia espa?ola, ha sido bien recibido por Estados Unidos, Francia y Reino Unido, pero indirectamente tambi¨¦n por Espa?a y Rusia. Es decir, por los integrantes del llamado Grupo de Amigos del S¨¢hara, que han sido a su vez los promotores de la resoluci¨®n que acaba de aprobar el Consejo de Seguridad de la ONU.

La resoluci¨®n 1.754 insta a las dos partes a emprender negociaciones sin condiciones, bajo los auspicios del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, para lograr una soluci¨®n justa, duradera y rec¨ªprocamente aceptable que permita asegurar la autodeterminaci¨®n del S¨¢hara. Ban tendr¨¢ que informar en el plazo de dos meses al Consejo de Seguridad de los eventuales avances. Al margen del aplauso por una decisi¨®n un¨¢nime de la m¨¢xima instancia de la organizaci¨®n internacional, ¨¦sta debe interpretarse como un ¨¦xito diplom¨¢tico nada desde?able del rey Mohamed VI, cuyo plan de autonom¨ªa fue criticado por el Frente Polisario y por Argelia, su valedor, por estimar que se alejaba de las tesis del Plan Baker, que contemplaba la celebraci¨®n de un refer¨¦ndum para determinar su futuro como integrante de la monarqu¨ªa alau¨ª o pa¨ªs independiente. El Plan Baker obtuvo el visto bueno del Consejo de Seguridad en 2003, pero la oposici¨®n de Marruecos al esp¨ªritu del mismo y a la elaboraci¨®n de un censo electoral que fuera de su gusto lo dej¨® muerto con el benepl¨¢cito de Estados Unidos y Francia.

Ahora, esta ¨²ltima decisi¨®n de la ONU ha sido acogida positivamente no s¨®lo por Marruecos, lo cual es l¨®gico, sino tambi¨¦n por el Frente Polisario, que considera que encaja con sus reivindicaciones de pronunciarse sobre la independencia, la autonom¨ªa o la integraci¨®n plena en Marruecos. ?Quiere esto decir que la soluci¨®n est¨¢ a la vista? No del todo, aunque indudablemente es un buen paso que ambos accedan de nuevo a negociar. Espa?a tiene el deber en este proceso de facilitar el di¨¢logo y de persuadir a las dos partes a encontrar una soluci¨®n realista que no perjudique los intereses del pueblo saharaui. Un final feliz para el S¨¢hara contribuir¨¢, adem¨¢s, a normalizar las relaciones entre Marruecos y Argelia y a la estabilidad del siempre convulso Magreb. Y eso es mucho.