"Los m¨¢s j¨®venes se han quedado sin referentes que marquen rumbos"
El presidente de Bilbao Metr¨®poli-30, Jos¨¦ Antonio Garrido (Santander, 1940), es ingeniero industrial. Ha participado activamente en la empresa (fue consejero delegado de Iberdrola), en la Universidad (es doctor honoris causa por la Universidad del Pa¨ªs Vasco), en la promoci¨®n de la ciencia y tecnolog¨ªa en Europa, y en la sociedad civil. Con una experiencia acumulada de toda una vida de trabajo, dice que vive y siente su Bilbao, su Euskadi, en tanto comparte sus vivencias desde lo que ¨¦l llama "la c¨¢tedra invisible del saber", con libertad de ser y libertad de estar.
Pregunta. ?La palabra Bilbao se aplica a todo como si fuera un talism¨¢n?
Respuesta. Bilbao, m¨¢s que talism¨¢n, es referencia. Referencia a un proceso de revitalizaci¨®n, a una transformaci¨®n de la ciudad que resurge de una realidad en franco declive para convertirse en una ciudad atractiva, con una R¨ªa limpia, espl¨¦ndidos paseos y excelentes equipamientos culturales. En la historia de la villa, no es la primera vez que Bilbao es un referente. Lo fuimos a principios del siglo XX; lo fuimos, adem¨¢s, en los a?os sesenta y setenta, y lo volvemos a ser ahora. Quiz¨¢ el autentico talism¨¢n que nos ha permitido serlo y avanzar haya sido nuestra apuesta por las personas. No deber¨ªamos olvidarlo nunca.
"S¨®lo hay que repasar la lista de los considerados intelectuales para ver la ausencia casi absoluta de gente proveniente del mundo de la ciencia"
"Quiz¨¢s la confusi¨®n es la palabra que mejor define lo que siente el ciudadano medio ante un abrumador exceso de informaci¨®n contradictoria"
"La responsabilidad social corporativa s¨®lo tiene sentido si se acepta que la misi¨®n fundamental de la empresa es crear riqueza"
P. ?Cree que la mitad de nuestro crecimiento econ¨®mico viene de la innovaci¨®n tecnol¨®gica y de la ciencia que la sustenta?
R. Estoy convencido de que una sociedad bien formada en ciencia y tecnolog¨ªa es una garant¨ªa para un crecimiento sostenido y, por lo tanto, permite el desarrollo de pol¨ªticas con visi¨®n a largo plazo.
P. ?Hay que aprender a aprender y seguir aprendiendo imparablemente?
R. En la sociedad del conocimiento, las oportunidades y el liderazgo econ¨®mico deber¨ªan depender de personas ampliamente formadas, con visi¨®n general, capaces de entender problemas complejos y siempre dispuestas a seguir aprendiendo. El ciclo de aprendizaje de los nuevos trabajadores del conocimiento ser¨ªa el siguiente: destrezas b¨¢sicas y educaci¨®n en valores; aprender a aprender; aprender a crear conocimientos, y, por ¨²ltimo, aprender a no dejar de aprender. Es decir, una educaci¨®n de la cuna a la tumba.
P. ?Qu¨¦ nos falta para considerar a un cient¨ªfico tan intelectualmente culto como a un escritor?
R. Son innegables las numerosas ocasiones en que, por ejemplo, el arte y la tecnolog¨ªa se necesitan y se encuentran (el museo Guggenheim, sin ir m¨¢s lejos). No hay m¨¢s que repasar la lista de los oficialmente considerados como intelectuales (tertulianos incluidos) para ver la ausencia casi absoluta de gente proveniente del mundo de la ciencia, que en muchas ocasiones han probado en dura competici¨®n internacional su preparaci¨®n, capacidad y conocimiento. Lo dif¨ªcil es lograr el cambio de mentalidad necesario para que esto no sea as¨ª, cuando los que imparten doctrina son los que est¨¢n y no est¨¢n los que son.
P. ?La ingenier¨ªa abarca en la vida diaria m¨¢s de lo que parece?
R. Si la pol¨ªtica ha sido definida como "el arte de lo posible", la ciencia se podr¨ªa definir como "el arte de lo resoluble". Hoy la ingenier¨ªa gen¨¦tica, la bioingenier¨ªa, la ingenier¨ªa at¨®mica, la nanotecnolog¨ªa... abren nuevas e inmensas posibilidades. Por eso nuestros ingenieros deben tener, m¨¢s que nunca, una personalidad flexible, con sentido cr¨ªtico y con agilidad suficiente para afrontar el impredecible futuro, y ser capaces, adem¨¢s, de encontrar oportunidades emergentes en sectores empresariales no tradicionales.
P. ?Cu¨¢les son los logros cient¨ªfico-tecnol¨®gicos de mayor relevancia en los ¨²ltimos a?os?
R. Son much¨ªsimos. En una encuesta publicada hace diez a?os en The Economist, se aduc¨ªa que las siete maravillas eran: el avi¨®n Jumbo, el microprocesador, la p¨ªldora anticonceptiva, el anillo petrolero del Mar del Norte, la red telef¨®nica mundial, la bomba de hidr¨®geno y la base de la Tranquilidad [el lugar del primer alunizaje].
P. Sin embargo, con todos estos avances, la sociedad occidental ha entrado en el siglo XXI atemorizada, confusa. ?C¨®mo recuperar el rumbo?
R. Quiz¨¢s la confusi¨®n es la palabra que mejor define lo que siente el ciudadano medio ante un abrumador exceso de informaci¨®n contradictoria. Una buena forma de intentar comprender este principio de siglo, es analizar lo que ha ido cambiando a lo largo de la ¨²ltima parte del siglo pasado. Algunos de estos cambios, y estoy hablando de valores, es que los m¨¢s j¨®venes se han quedado sin referentes que marquen rumbos. Las variables clave que nos deben servir para la reflexi¨®n y la definici¨®n de un proyecto de futuro, de un rumbo, no han cambiado. Los proyectos de futuro siempre son complejos, pero nunca deber¨ªan ser confusos.
P. ?Es la empresa un agente social fundamental para el desarrollo y el progreso?
R. En el siglo XXI, hacer empresa es hacer sociedad, capitalizando a la persona. Ahora bien, lo que hoy se ha puesto de moda, la responsabilidad social corporativa, s¨®lo tiene sentido si se acepta que la misi¨®n fundamental de la empresa es crear riqueza para: satisfacer a sus clientes, satisfacer a sus trabajadores, retribuir adecuadamente a los accionistas, financiar el futuro y contribuir al desarrollo sostenido del entorno econ¨®mico y social.
P. ?Ser¨ªa necesario que se otorgase m¨¢s protagonismo a la sociedad civil frente a la sociedad pol¨ªtica?
R. Muchas veces se transmite la sensaci¨®n de que los empresarios son subsidiarios de los pol¨ªticos, cuando en realidad est¨¢n llamados a ser l¨ªderes sociales. L¨ªderes sociales comprometidos con la creaci¨®n de riqueza y no con otros objetivos cortoplacistas, cuyas consecuencias negativas afectan a toda la sociedad. La creaci¨®n de riqueza, y su justo reparto, es un compromiso de largo plazo con el que la empresa consigue legitimidad para poder seguir existiendo en un determinado contexto econ¨®mico, social y pol¨ªtico. Uno de los aspectos de la crisis actual del capitalismo es precisamente el enfrentamiento entre valores sociales y valores operativos tradicionales y la decisi¨®n de cu¨¢les elegir.
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