Y el Mayo del 68 entr¨® en la campa?a
Sarkozy critica la herencia de la revuelta juvenil para ganarse a la ultraderecha y como ariete contra Royal
Los dos protagonistas de la carrera presidencial iban al colegio cuando se produjo el movimiento de Mayo del 68; Nicolas Sarkozy ten¨ªa entonces 13 a?os, y S¨¦gol¨¨ne Royal, 14. Sin embargo, Sarkozy ha sorprendido en esta campa?a presentando a Mayo del 68 como el enemigo a batir en la votaci¨®n de hoy.
El candidato derechista describi¨® la revuelta como un movimiento destructor de valores e instituciones, imput¨¢ndole incluso la creaci¨®n de las indemnizaciones blindadas para ejecutivos y las opciones sobre acciones (stock options, en la jerga empresarial), en realidad una pr¨¢ctica importada del mundo anglosaj¨®n, enormemente criticada por el franc¨¦s medio.
La verdad es que la generaci¨®n de 1968 nunca lleg¨® a mandar. Si bien el general De Gaulle se retir¨® del poder tras perder un refer¨¦ndum (sobre un tema por completo ajeno a Mayo del 68), la derecha permaneci¨® en el Gobierno antes, durante y hasta 13 a?os despu¨¦s de la revuelta.
El ataque de Sarkozy s¨®lo puede explicarse como un gesto fuerte para atraerse a la ultraderecha. No en vano lleva cuatro a?os aplic¨¢ndose a la tarea de socavar las bases electorales de Jean-Marie Le Pen, el septuagenario y despechado caudillo del extremismo. Le Pen ha dado una consigna abstencionista a sus huestes, por completo inconveniente para Sarkozy, quien necesita que la mayor parte de los cuatro millones de personas que respaldaron al ultraderechista se sumen hoy a sus 11 millones de sufragios de la primera vuelta.
Y es que la novedad representada por la irrupci¨®n de S¨¦gol¨¨ne Royal en la izquierda, imponi¨¦ndose a los barones tradicionales de su partido, ha ocultado una tendencia profunda de giro a la derecha en la sociedad. No hay m¨¢s que ver los sufrimientos de la izquierda para imponer una agenda de campa?a distinta de los temas predilectos de la derecha: orden, patria, inseguridad, identidad nacional, inmigraci¨®n desbordante, insuficiente valoraci¨®n del trabajo.
Sarkozy intenta absorber a la ultraderecha, en una operaci¨®n que recuerda a la del socialista Fran?ois Mitterrand respecto al Partido Comunista, durante los a?os ochenta.
?Qu¨¦ tiene esto que ver con la "herencia libertaria" del 68? Los franceses deben a ese movimiento la promulgaci¨®n de la ley del aborto, promovida por Simone Veil, ministra de Sanidad en un Gobierno de derechas y actualmente una de las principales asesoras de Sarkozy, a cuya vera se sienta en las reuniones del comit¨¦ electoral. Al hilo de ese movimiento tambi¨¦n se multiplicaron las asociaciones para todo tipo de fines sociales -desde los ecologistas o los de liberaci¨®n de la mujer a la defensa de los derechos de los homosexuales-, se reconocieron las secciones sindicales de empresa y las mujeres obtuvieron el derecho a manejar cuentas bancarias sin permiso marital, entre otras consecuencias.
El propio Nicolas Sarkozy es un hombre divorciado y vuelto a casar. Su oponente, S¨¦gol¨¨ne Royal, una madre de cuatro hijos que tiene pareja estable, aunque no se han casado. Ninguna persona en estas circunstancias habr¨ªa podido llegar a jefe del Estado hace treinta o cuarenta a?os. Por eso, la denuncia tard¨ªa de Mayo del 68 ha indignado a muchas personas, que no ven en ello m¨¢s que otro paso hacia la restauraci¨®n de un Gobierno autoritario.
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