Francia vota con inmenso deseo de cambio
El conservador Sarkozy se perfila como claro favorito frente a la socialista Royal
Cuarenta y tres millones de franceses est¨¢n llamados hoy a las urnas en medio de un deseo profundo de cambio. El ambiente difiere por completo de la elecci¨®n de hace cinco a?os.
Si los franceses se mostraban entonces desencantados, refunfu?antes e interesados s¨®lo en impedir el triunfo de la ultraderecha, la votaci¨®n de hoy viene precedida de m¨ªtines abarrotados y largas discusiones perladas de alusiones a S¨¦gol¨¨ne Royal y Nicolas Sarkozy. Seguro de su victoria, el equipo de este ¨²ltimo preparaba ayer una gran fiesta para esta noche en la Plaza de la Concordia, lugar simb¨®lico de Par¨ªs, a unos cientos de metros del palacio de El El¨ªseo.
Los franceses deciden qu¨¦ candidato ser¨¢ capaz de reformar un sistema estancado
La encrucijada tiene poco que ver con los debates de Espa?a o del Reino Unido. Lo que se decide en Francia es qui¨¦n de los dos candidatos ser¨¢ capaz de reformar el Estado del bienestar y a qu¨¦ precio. De marasmo y desconcierto se ha hablado mucho en la campa?a: son palabras que describen un ambiente de crisis y angustia nacional, provocadas por breves periodos de recesi¨®n, un fuerte endeudamiento, un crecimiento econ¨®mico inferior al espa?ol, mucho miedo a la "Europa liberal" y el rechazo creciente a la inmigraci¨®n.
Los partidarios de Sarkozy est¨¢n seguros de que, si gana, "Francia recuperar¨¢ su retraso" con medidas como la implantaci¨®n de servicios m¨ªnimos en caso de huelga, la disminuci¨®n de impuestos o la financiaci¨®n del sistema de pensiones. Unos 300.000 compatriotas se han marchado a vivir a Gran Breta?a, dato lacerante para los franceses, porque este exilio es, en gran parte, de universitarios que trabajan mejor en un pa¨ªs m¨¢s liberalizado. "Solucionar la crisis no es tan dif¨ªcil", sostiene Raymond Torres, alto funcionario de la OCDE. "La deuda p¨²blica es elevada, pero no tanto como la de Italia. Si se hace algo, Francia mejorar¨¢ en tres o cuatro a?os, volver¨¢ a ser un pa¨ªs de moda y se empezar¨¢n a notar efectos favorables, como ya empieza a ocurrir en Alemania. Claro, hay que hacer algo".
La socialista S¨¦gol¨¨ne Royal acepta cuestionar incluso la jornada laboral de 35 horas. Pero no quiere imponerse, sino confiar en la negociaci¨®n social, implicando a los afectados y excluyendo actuaciones "brutales", seg¨²n sus palabras. La izquierda, otrora portadora de ideas revolucionarias, tiene ahora una candidata que proclama: "Conmigo no hay riesgo alguno". En cambio, se presumen intenciones m¨¢s rupturistas a Sarkozy, quien insiste en dirigirse "a los que se levantan temprano", provocando la fractura entre la parte activa de la sociedad y lo que llama "la Francia asistida", los millones de personas que viven de subsidios y se alojan en casas de alquileres subvencionados.
Los candidatos y sus equipos reposaban ayer, a la espera de la votaci¨®n. La hija del teniente coronel Jacques Royal ha llegado lejos, mucho m¨¢s all¨¢ de la meta que le hab¨ªa fijado su padre, un ultracat¨®lico que destinaba a las hijas a fundar hogares y a los hijos a la milicia. Pero Sarkozy, descendiente de un exiliado h¨²ngaro, se siente ante la cita de su vida: las encuestas le auguran el triunfo mientras le llueven los ¨²ltimos apoyos. Ayer, el de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar desde Le Figaro.
"Es incre¨ªble que la gente no se d¨¦ cuenta suficientemente del esfuerzo y del coraje de la candidata y que se tapen la nariz para elegir a Sarkozy, pese a que saben que, como ministro del Interior, hemos vivido un aumento de las agresiones personales y de las quemas de coches", se lamenta un consejero de Royal. Otro destacado socialista, muy cr¨ªtico con la candidata, lo atribuye al fracaso de la campa?a: "Ella no ha sabido hacer responsable a Sarkozy de la gesti¨®n del ¨²ltimo quinquenio y ¨¦l, que es el jefe del partido en el poder y ministro durante cuatro a?os, va a convertirse nada menos que en la encarnaci¨®n del cambio".
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