Misi¨®n, frenar la fuga de cat¨®licos

En el pa¨ªs con m¨¢s cat¨®licos del mundo -155 millones- se produce a diario, en palabras del arzobispo de S?o Paulo, Odilo Scherer, una "fuga silenciosa" de creyentes que comienzan a llenar los templos de otras confesiones cristianas que se presentan m¨¢s atractivas. Y si una de las principales tareas de Juan Pablo II fue desarbolar a la Teolog¨ªa de la Liberaci¨®n, el objetivo con el que ma?ana llega Benedicto XVI a Brasil se presenta casi igual de complicado: detener el ¨¦xodo de fieles que en 30 a?os ha hecho que el porcentaje de cat¨®licos haya descendido del 91,4% al 73,9%.

Joseph Ratzinger ha hecho de la lucha contra el relativismo uno de los ejes de su trabajo doctrinal, primero como cardenal y luego como Papa, pero en su decisi¨®n de viajar a Brasil ha influido un hecho en principio opuesto a este relativismo: millones de brasile?os -y de latinoamericanos, especialmente en el Caribe- han optado por creer, con gran intensidad, en otros cultos, especialmente los pentecostales. ?stos se caracterizan por apelar m¨¢s a la emotividad y al consuelo inmediato que a la raz¨®n y las promesas futuras en un continente donde conviven a diario las mayores fortunas del planeta con grandes aglomeraciones de miseria y desesperanza.

Hay cinco cat¨®licos por cada evang¨¦lico, pero 17 pastores protestantes por cada sacerdote

En Brasil hay cinco personas que profesan el catolicismo por cada una que se declara evang¨¦lica, pero hay 17 pastores evang¨¦licos por cada sacerdote cat¨®lico, y mientras los primeros concentran su labor en las urbes, los segundos se hallan diseminados por el pa¨ªs suramericano. No es casualidad que Ratzinger (que estar¨¢ hasta el domingo en Brasil) viaje escoltado por Claudio Hummes, un cardenal progresista, amigo del presidente Lula da Silva y que, como arzobispo de S?o Paulo, fuera su rival durante el C¨®nclave de abril de 2004. Benedicto XVI le ha nombrado prefecto para la Congregaci¨®n del Clero, el ministro encargado de los sacerdotes diocesanos de todo el mundo que son la gran mayor¨ªa en la Iglesia cat¨®lica, o sea, ha colocado en la c¨²spide de la administraci¨®n de la jerarqu¨ªa a quien durante a?os la critic¨®.

Tampoco es coyuntural que el principal acto del Papa en tierras brasile?as sea la inauguraci¨®n el pr¨®ximo domingo -en el santuario de la Aparecida, a unos 200 kil¨®metros de S?o Paulo- de la Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe (Celam), donde se encontrar¨¢n los obispos que representan a la mitad de los cat¨®licos del mundo. Ante ellos Ratzinger, poco amigo de los discursos ret¨®ricos, marcar¨¢ las l¨ªneas de acci¨®n de la Iglesia cat¨®lica en Latinoam¨¦rica durante los pr¨®ximos a?os.

Muchos obispos esperan referencias a las pol¨ªticas sociales en un continente que las sigue demandando. El problema ser¨¢ abordado durante el encuentro que mantendr¨¢n el jueves Lula y el Papa, seg¨²n ha anunciado el mandatario brasile?o, que bien puede servir de muestra de la Iglesia en Brasil: el presidente se declara cat¨®lico pero de izquierdas. Conoce tanto a cardenales como a destacados te¨®logos progresistas. Tiene una hija fuera del matrimonio, pero se confiesa devoto de San Francisco de As¨ªs y de la patrona de Brasil. Lula explic¨® que pretende "debatir con el Papa las pol¨ªticas sociales que estamos desarrollando en Brasil para que ¨¦l, como la persona m¨¢s importante de la Iglesia cat¨®lica, pueda ayudar a diseminar esas buenas pol¨ªticas p¨²blicas por el mundo".

No obstante, el Papa llega a Latinoam¨¦rica consciente de que esta vez el principal rival est¨¢ en campo contrario y no en el propio. La Teolog¨ªa de la Liberaci¨®n no ha logrado vencer su pulso con el Vaticano, y en Roma se considera como una etapa pr¨¢cticamente superada. Prueba de ello es que la importancia que han vuelto a tener los brasile?os en la jerarqu¨ªa despu¨¦s de 27 a?os -los que coincidieron con el pontificado de Juan Pablo II-, en que estuvieron excluidos tanto de la presidencia de la Celam como de otros ¨®rganos de decisi¨®n institucional.

Horas antes de volar a su pa¨ªs a bordo del avi¨®n papal, el cardenal Hummes ha apuntado otro tema, en principio, fuera de agenda, que puede marcar el nuevo viaje de Benedicto XVI: la "preocupaci¨®n" del Papa por la alianza ideol¨®gica entre Fidel Castro y el presidente venezolano, Hugo Ch¨¢vez.

En una entrevista concedida el domingo al grupo medi¨¢tico m¨¢s poderoso de Brasil, el cardenal advirti¨® contra "el populismo y la demagogia" que en su opini¨®n se van extendiendo "cuando se pensaba que Am¨¦rica Latina lograr¨ªa fortalecer sus democracias". Interpelado sobre si Ch¨¢vez entraba en esta categor¨ªa, Hummes respondi¨® sin rodeos: "Claro. Tambi¨¦n es la forma en que se relaciona con Cuba. Todo eso preocupa".