La campa?a arranca con la ¨²nica expectativa clara de cambio en ?lava y Vitoria
La campa?a que arranc¨® a medianoche precede a unas elecciones en las que candidatos y programas han tenido hasta ahora un perfil muy bajo, tapados por el debate sobre las listas de la izquierda abertzale. A diferencia de otras comunidades o ciudades donde los candidatos se baten desde hace meses, en Euskadi no parece jugarse un cambio sustancial. El Gobierno aut¨®nomo no est¨¢ en liza y, salvo en ?lava, donde puede producirse el relevo del PP, no hay expectativas de cambio, ni nadie aparece con posibilidades de disputar al PNV su condici¨®n de primer partido.
El peso de EA y de EB-Aralar aclarar¨¢ hasta d¨®nde es practicable la preferencia oficial del PNV por el tripartito
El PSE pretende rentabilizar la pol¨ªtica de pacificaci¨®n de Zapatero y recuperar alcald¨ªas que perdi¨® a manos peneuvistas
En Guip¨²zcoa se comprobar¨¢ si la batalla interna zanjada con la retirada de Jon Jauregi le pasa factura al PNV
Los alcaldes de las tres capitales repiten como candidatos, mientras que de los actuales diputados generales s¨®lo opta a la reelecci¨®n el de Vizcaya. Ni Ram¨®n Rabanera (PP) ni Joxe Joan Gonz¨¢les de Txabarri (PNV) est¨¢n en la contienda.
La ausencia, esta vez parcial, de la izquierda abertzale no supone una novedad: la prueba se pas¨® precisamente en las municipales de 2003. Tampoco hay sobre la mesa, como entonces, un elemento condicionador como el plan Ibarretxe, que recorri¨®
aquella campa?a.
Lo que el d¨ªa 27 se dilucida, pues, es relativamente poco: los alcaldes de Bilbao (PNV) y San Sebasti¨¢n (PSE) no ven, en principio, amenazada su plaza y tampoco ven cuestionado los peneuvistas el control de la poderosa Diputaci¨®n de Vizcaya. En Guip¨²zcoa est¨¢ por ver el efecto Jon Jauregi, el candidato elegido por la ejecutiva provincial del PNV, en manos de Joseba Egibar, que debi¨® retirarse por la pol¨¦mica por su patrimonio inmobiliario.
Lo que habr¨¢ que valorar tras los resultados del 27 de mayo es, principalmente, lo siguiente:
- Vitoria y ?lava. El Ayuntamiento de Vitoria y la Diputaci¨®n de ?lava pueden cambiar de manos tras ocho a?os de gobierno del PP. El relevo se da por hecho, incluso si el PP mantiene sus posiciones, aunque en ese caso con m¨¢s problemas est¨¦ticos. Es un lugar com¨²n, y no s¨®lo en ambientes pol¨ªticos, que el PNV y el PSE se pondr¨¢n de acuerdo para desalojarle del poder. La fusi¨®n de las cajas, abortada este mandato por la oposici¨®n de los populares, espera a ese relevo con la maquinaria a punto y los poderes econ¨®micos del pa¨ªs respald¨¢ndola. El PSE, tercera fuerza en 2003 frente al empate a concejales del PP y la coalici¨®n PNV-EA, debe demostrar si es capaz de dar el salto. Con el resultado que sea, la mayor¨ªa de las apuestas predicen que el PNV gobernar¨¢ la Diputaci¨®n y el PSE el Ayuntamiento de Vitoria, y que lo har¨¢n en solitario, garantiz¨¢ndose rec¨ªprocamente la estabilidad.
- PNV y EA separados. La ruptura de la coalici¨®n PNV-EA perjudicar¨¢ con toda probabilidad, salvo en Navarra, al partido de Bego?a Errazti, que ya qued¨® mermado la ¨²ltima vez en que acudi¨® en solitario a unas elecciones locales, en 1995. Ello puede convertir a esa formaci¨®n en pr¨¢cticamente irrelevante en Vizcaya y ?lava al constituir mayor¨ªas.
- Prueba para EB-Aralar. La nueva coalici¨®n de izquierdas se estrena. La izquierda abertzale desvinculada de la violencia y el socio minoritario del tripartito pasan un test en el que compiten, fundamentalmente con el PNV y con la abstenci¨®n, por el voto radical sin candidatura a la que votar o desencantado con la interrupci¨®n del proceso de paz por ETA. Su representaci¨®n puede tener cierta virtualidad para constituir mayor¨ªas donde ¨¦stas se presenten muy ajustadas.
- Cambio de alianzas. Otra inc¨®gnita es hasta d¨®nde ser¨¢ factible extender el tripartito como f¨®rmula de gobierno en diputaciones y ayuntamientos. Es la apuesta oficial del PNV, aun a sabiendas de que en el PSE ha encontrado un interlocutor preferente para sus negociaciones de mayor calado, las presupuestarias y otras, tanto en Euskadi como a nivel estatal. Como t¨¢ctica negociadora, no quiere quedarse a esa ¨²nica carta y el propio presidente peneuvista, Josu Jon Imaz ha declarado abiertas todas las posibilidades, sin excluir siquiera al PP.
- Los retos del PSE. Los socialistas esperan rentabilizar en estas elecciones su condici¨®n de partido del Gobierno central y la pol¨ªtica de pacificaci¨®n de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, bien apreciada en Euskadi. Su reto no es s¨®lo consolidar las alcald¨ªas que ahora tiene, ya sea en solitario o con el apoyo de los populares, sino que aspira a hacerse por primera vez con la de Vitoria y recuperar algunas que perdi¨® a manos del PNV. Sestao, Abanto, Zierbena, Ortuella, Basauri y Urnieta est¨¢n marcadas en su mapa de campa?a, lo mismo que la entrada en el Gobierno foral guipuzcoano.
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