Mike Scott, el viento en los talones
Hay un d¨ªa para el monarca en su hacienda / hay un d¨ªa para el idiota al tim¨®n / hay un d¨ªa para los barcos que se arrastran hacia el sur / y hay un d¨ªa para el hombre con el viento en los talones". ?Nomadismo? Mike Scott (Edimburgo, 1948) parece reivindicarlo en el corte postrero de Book of lightning (Universal), su noveno largo con The Waterboys. Ex vecino de Londres, Dubl¨ªn o Nueva York, Mike conversa desde Findhorn, su actual refugio, una antigua localidad pesquera de la costa escocesa. All¨ª, en un estudio casero, puso la guinda al nuevo ¨¢lbum, tras arrancar su grabaci¨®n en Vancouver. "Todo viene de mi inter¨¦s por internet. Rastreando versiones de mis temas, descubr¨ª una de un grupo canadiense, Great Aunt Ida. Me gust¨® el tratamiento y les ped¨ª ayuda para los arreglos de Sustain, una de las canciones del disco. Al final la grab¨¦ con ellos". Book of lightning ofrece un abanico de los estilos cultivados por The Waterboys, desde la llamada big music de sus primeras obras en los ochenta a las guitarras musculosas, pasando por el folk de influencia celta. "Me puedo adentrar con facilidad en uno u otro sonido, pero mi intenci¨®n no era esa: simplemente hacer el mejor disco posible y registrarlo en vivo en el estudio. Adoro cantar con los m¨²sicos tocando. Quer¨ªa recoger la magia que desprenden al espolearse entre s¨ª", detalla Mike, satisfecho con la instalaci¨®n empleada, el viejo estudio de Basing Street en Londres, donde se cocinaron c¨¦lebres discos de los setenta (Bob Marley, Free, Led Zeppelin). "Por su gran tama?o es de los pocos que a¨²n permiten tocar en conjunto. As¨ª grab¨¦ el segundo de mis discos en solitario, Still burning, en 1997, y antes, con la banda, Fisherman's blues".
Fisherman's blues o una de las inmersiones celtas m¨¢s sentidas de todos los tiempos: con el viol¨ªn de Steve Wickham ("mi hermano musical del alma") como basti¨®n, The Waterboys escalaron las cumbres del folk en 1988, tras aparcar las melod¨ªas ¨¦picas y deslumbrantes de This is the sea (1985). ?Y a Mike el tr¨¢nsito le dio para escribir 60 canciones! "Me hab¨ªa mudado a Irlanda y la nueva atm¨®sfera me result¨® inspiradora. Todo era muy libre y con el ¨¦xito de This is the sea ten¨ªa la confianza por las nubes", rememora. Aquella musa todav¨ªa da frutos: tres de los temas compuestos entonces, dos in¨¦ditos con letras reci¨¦n acabadas y otro s¨®lo incluido en una reedici¨®n de Fisherman's blues, aparecen en Book of lightning. Entre los primeros, el single Everybody takes a tumble, de mensaje conciliador: "Creo que todo el mundo intenta hacer las cosas lo mejor que puede, nadie debe ser juzgado. Eso no implica estar de acuerdo, pero detr¨¢s de malos comportamientos hay gente convencida de estar haciendo lo correcto". Scott incluye ah¨ª determinadas conductas pol¨ªticas, y reflexiona sobre el poder en otro de los cortes, Love will shoot you down, escrito a prop¨®sito de los apuros de Tony Blair para mantenerse en el cargo. Sus conclusiones sobre la bondad del g¨¦nero humano quiz¨¢ provengan de la Findhorn Foundation, una comunidad espiritual, a la vera de su casa, que le tuvo como alumno. "Mi mujer y yo estamos sopesando un nuevo cambio de aires", confiesa el l¨ªder de The Waterboys.
Y su visi¨®n hoy no concuer
da con la de uno de sus tradicionales referentes, Bob Dylan: "No me gustan las letras de su ¨²ltimo trabajo, no comparto el tono. Me encanta la m¨²sica, la banda y su voz, pero ve el mundo como algo torcido y como si ¨¦l fuera el gu¨ªa a la vuelta de la esquina". ?Es Mike m¨¢s optimista que su ¨ªdolo? "Yo dir¨ªa que m¨¢s realista", zanja el m¨²sico escoc¨¦s. Una versi¨®n de otro cl¨¢sico, All things must pass, de George Harrison, completa el primer single: "La tocamos en Hamburgo el d¨ªa de su muerte". Ahora a The Waterboys les esperan tres noches consecutivas en el festival de Glastonbury, con cambio de bater¨ªa respecto al disco, en¨¦simo movimiento en una banda siempre mutante. "S¨ª, me siento el rey de las audiciones, qu¨¦ le vamos a hacer".
Hiperactivo, Mike parece llevar el viento en los talones. "Esa es la expresi¨®n que Paul Verlaine le aplicaba al inquieto Arthur Rimbaud", revela. Y, de hecho, Scott ya la us¨® hace dos d¨¦cadas en su canci¨®n m¨¢s c¨¦lebre, The whole of the moon. "No pensaba en nadie cuando la escrib¨ª. Es un arquetipo, alguien que tras entregarse a algo con intensidad, se quema demasiado r¨¢pido. Aunque en el proceso ve una foto magn¨ªfica del mundo".
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