Testigo de su ¨¦poca
EL PROCESO de la literatura alemana de encontrarse a s¨ª misma y el afianzamiento democr¨¢tico de la sociedad alemana est¨¢n ¨ªntimamente ligados a la obra y persona de G¨¹nter Grass, en su doble faceta de escritor y hombre pol¨ªtico. Con su sonada aparici¨®n en el escenario literario a finales de los a?os cincuenta -con El tambor de hojalata-, la literatura no conformista, obligada a las experiencias de 15 a?os de r¨¦gimen nacionalsocialista, alcanza una altura y, al mismo tiempo, una popularidad inimaginables en aquella Alemania tan reacia a desentra?ar la gruesa trenza de culpas individuales y colectivas provenientes del pasado inmediato. Grass escribe como testigo de su ¨¦poca. Su proyecto literario se erige contra el olvido y el silenciamiento del pasado -empe?o que reconoci¨® el comit¨¦ del Premio Nobel en 1999-, desplegando su trayectoria personal en las peripecias rocambolescas de personajes como el tamborilero Oscar Matzerath, Joachim Mahlke de El gato y el rat¨®n (1961) o Walter Matern de A?os de perro (1963). Este af¨¢n de testimonio de Grass perdura tambi¨¦n en sus m¨¢s recientes publicaciones, A paso de cangrejo (2003) y Mi siglo (1999), una especie de curso acelerado de historia pol¨ªtica, que en cien breves vi?etas de sabor popular expone escenas representativas del siglo que lo ha visto nacer en 1927 en Gdansk (Polonia), ser hecho prisionero de guerra a los 18, trabajar de minero, estudiar artes pl¨¢sticas y convertirse, a los 31 a?os, en el autor de la ¨²nica novela alemana de la posguerra que alcanz¨® fama mundial.
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