LeMond desnuda a Floyd
El ganador de tres Tours desvela un intento de chantaje desde el entorno de Landis
Floyd Landis quer¨ªa pasar por ser un amante de la verdad, un justiciero que se sacrificaba generosamente para denunciar la ineficacia, corrupci¨®n e injusticia del sistema mundial de lucha contra el dopaje. En la vista que comenz¨® el lunes, en la que tres ¨¢rbitros americanos juzgan su positivo por testosterona en el ¨²ltimo Tour, todos los esfuerzos del equipo de abogados de Landis se centraban hasta ayer en apretar las tuercas a las t¨¦cnicas del laboratorio de Par¨ªs para demostrar su incuria y falta de precisi¨®n.
Y tanto Landis, en su campa?a de imagen, deportista puro maltratado por el sistema, como sus abogados, en el lado t¨¦cnico, hab¨ªan tenido cierto ¨¦xito. Hasta ayer. Subi¨® al estrado como testigo a petici¨®n de la Agencia Antidopaje de Estados Unidos (USADA) Greg LeMond y fue como si una bomba estallara en la apacible facultad de Derecho de Peperdine, en Malib¨², California. Habl¨® LeMond y tanto la imagen ante el mundo como el orden de prioridades de Floyd Landis en la lucha por su absoluci¨®n bruscamente se trastocaron. Y ante la opini¨®n p¨²blica mundial apareci¨® un Landis desnudado de su virtud, despiadado, capaz de todo para conseguir sus fines. Hasta de amenazar y chantajear a quienes no est¨¦n con ¨¦l.
Como LeMond, que denunci¨® que el mi¨¦rcoles por la noche (hora de California, madrugada del jueves en Espa?a), la v¨ªspera de su declaraci¨®n, un amigo y colaborador de Landis le telefone¨® dici¨¦ndole que era su t¨ªo y que iba a estar al d¨ªa siguiente en la vista, donde podr¨ªan hablar de cuando "jugaban al escondite con su salchichita", expresi¨®n habitual de ped¨®filos. "Creo que no quer¨ªan que testificara aqu¨ª", explic¨® LeMond. "Y no s¨¦ por qu¨¦. Si uno no ha hecho nada malo no tendr¨ªa que tener nada que temer".
La amenaza, obviamente, no surti¨® efecto. Menudo es LeMond, que tambi¨¦n se las gast¨® buenas con Lance Armstrong, el siguiente norteamericano que gan¨® Tours (y lleg¨® a siete). LeMond, ganador de tres Tours (1986, 1987 y 1990), habl¨® y lo cont¨® todo.
En agosto pasado, poco despu¨¦s de que se hiciera p¨²blico el positivo por testosterona de Landis en el Tour que tan ¨¦picamente hab¨ªa dominado, LeMond, el patriarca del ciclismo de Estados Unidos solicit¨® p¨²blicamente que su colega confesara su culpa. Landis, enfadado, le telefone¨® para echarle en cara su atrevimiento. "Y en la conversaci¨®n intent¨¦ de nuevo convencerle de que confesara. 'Ser¨ªa lo mejor para el ciclismo', le dije. Pero ¨¦l me respondi¨®: '?Y de qu¨¦ servir¨ªa? Har¨ªa mucho da?o a mi familia y mis amigos, a la gente que ha confiado en m¨ª". "Entonces", prosigui¨® LeMond en la vista, "le cont¨¦ c¨®mo, cuando ten¨ªa seis a?os, hab¨ªa sido v¨ªctima de abusos sexuales por parte de un pariente, y c¨®mo me quemaba el secreto en la boca, c¨®mo me di cuenta de que mantenerlo oculto me perseguir¨ªa toda la vida".
R¨¢pido como el rayo, Landis capt¨® el sentido del cuento moral de LeMond y ya en noviembre, en un foro en una p¨¢gina web, escribi¨®: "Si vuelve a abrir la boca y decir la palabra Floyd, os dir¨¦ a todos algunas cosas que desear¨ªais no conocer y, desgraciadamente, entrar¨¦ en la carrera hacia el fondo que se ha puesto en marcha".
Will Geoghegan, el amigo y colaborador del ciclista menonita, fue inmediatamente despedido. Despu¨¦s, emiti¨® un comunicado disculp¨¢ndose por la llamada que ha expuesto a todo el mundo la verdad desnuda de Floyd Landis.
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