La patronal del textil exige ampliar las restricciones a China hasta 2008
El sector perdi¨® en Espa?a otros 18.200 empleos el a?o pasado
El embate de las exportaciones chinas sobre la industria textil espa?ola ha perdido algo de fuerza, aunque su efecto en el empleo y la producci¨®n volvi¨® a ser notable, con un recorte de 18.200 puestos de trabajo en 2006. Las restricciones que pact¨® la UE con China quitaron algo de combustible a la fulgurante escalada que experimentaron las ventas chinas en 2005 por la eliminaci¨®n del sistema de cuotas. Pero las restricciones acaban en 2007 y la patronal europea exige que se prorroguen un a?o m¨¢s, para igualar al menos las condiciones que logr¨® EE UU.
El pacto con el que se fren¨® la avalancha de productos chinos con la que comenz¨® 2005 se basa en unos topes al crecimiento de la importaci¨®n (entre el 8% y el 16%) para ciertas categor¨ªas de prendas de vestir que hab¨ªan experimentado crecimientos exponenciales en el primer trimestre sin cuotas (m¨¢s de un 1.000% en alg¨²n caso). Pero los negociadores estadounidenses lograron de China mejores condiciones, con la protecci¨®n de 35 categor¨ªas, por 10 en el caso de la UE, y, sobre todo, por la extensi¨®n del acuerdo hasta finales de 2008.
"Con China seguimos jugando a partidos distintos, no s¨®lo por el precio de la mano de obra, sino tambi¨¦n por su falta de regulaci¨®n o por la relaci¨®n de cambio entre el euro y el yuan", explica Josep Casas, presidente del Consejo Intertextil Espa?ol (CIE). Los l¨ªmites establecidos en 2005 tuvieron ¨¦xito en moderar el crecimiento de las compras a China en los mercados occidentales (con tasas entre el 10% y el 15%), pero su capacidad productiva sigue intacta: en 2006 sus prendas y telas se hicieron hueco en otros mercados y sus exportaciones globales aumentaron a¨²n m¨¢s (un 25%) que el a?o anterior.
De ah¨ª que la industria europea tema que en 2008, con el mercado estadounidense a¨²n protegido, las importaciones chinas se centren en la UE con un efecto insostenible para las empresas locales. "Lo razonable es que igualemos la duraci¨®n del acuerdo con Estados Unidos", afirma Casas. La patronal europea reclama que se negocie esa pr¨®rroga al comisario de Comercio, Peter Mandelson. Y el CIE ha mandado una carta en el mismo sentido al ministro de Industria, Joan Clos.
Las restricciones, en todo caso, s¨®lo mitigan el efecto de la competencia china y permiten un margen de maniobra algo m¨¢s holgado para la reconversi¨®n. Pero nada m¨¢s. Seg¨²n los ¨²ltimos datos del Ministerio de Industria, China se consolid¨® en 2006 como el primer suministrador al mercado espa?ol (ver gr¨¢fico). Con relaci¨®n a 2005, las compras espa?olas al gigante asi¨¢tico crecieron a menor ritmo, un 18% frente al 48% del primer a?o sin sistema de cuotas. Pero a¨²n as¨ª, China volvi¨® a ganar peso en el mercado espa?ol, ya que el volumen global de las importaciones en 2006 aument¨® con una intensidad algo menor (un 12%).
El desv¨ªo de mercanc¨ªas chinas a zonas sin restricciones, como Hong Kong y Macao, o el incremento de las importaciones desde otros pa¨ªses asi¨¢ticos (tambi¨¦n con mano de obra m¨¢s barata y menos regulaci¨®n) llevan a Casas a concluir que "la incidencia de las importaciones en la industria espa?ola sigue siendo muy alta". El sector s¨®lo emplea a 205.000 personas, tras 50.000 despidos en los ¨²ltimos tres a?os. Y la producci¨®n nacional (11.300 millones) cay¨® un 2,5% en 2006. Un valor que es, por primera vez, inferior al de las importaciones.
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