S¨ª pasar¨¢n
A carretadas, se llev¨® los votos el PP de las elecciones auton¨®micas y de la mayor¨ªa de nuestros ayuntamientos, en unas urnas donde, seg¨²n la doctrina, se desteta la democracia, se consuman los comicios y se consumen los ¨ªmpetus del adversario. La cr¨ªtica no debe empa?ar el abultado triunfo de la derecha, que se presume en buena lid, ni el abultado triunfo de la derecha puede esquivar la cr¨ªtica. Pero arrasar en las urnas es una cosa. Y otra muy distinta celebrarlo con brindis de bravatas e intimidaciones, como los que se marc¨® Carlos Fabra, en un alarde m¨¢s de su catadura. Con su cum laude de imputado est¨¢ en su derecho de apelar a la presunci¨®n de inocencia, pero no de proferir presuntas amenazas contra una profesional -o contra un pu?ado, tal vez- de la prensa. La Asociaci¨®n de Periodistas de Castell¨®n ha hecho p¨²blico su rechazo de cualquier coacci¨®n "al libre ejercicio de la profesi¨®n y en defensa de la libertad de expresi¨®n", algo que las mayor¨ªas absolutas y sus privilegiados y m¨¢s directos beneficiarios, deben colocar, entre las estampas de sus devociones, en la cabecera de la cama. Porque, a lo que se ve, la condici¨®n de imputado est¨¢ prodig¨¢ndose y acredit¨¢ndose tanto que, si contin¨²a as¨ª, concluir¨¢ por incluirse en el DNI. No se olvide de que, apenas hace unas semanas, un alcalde popular se jactaba de ello y hasta parec¨ªa enorgullecerse. Y, f¨ªjense si tiene tir¨®n tal tratamiento, que, en medio, del natural j¨²bilo de los conservadores, y con motivo de las recientes operaciones policiales llevadas a cabo en Orihuela, por presunci¨®n de soborno y extorsi¨®n, entre las seis personas detenidas, adem¨¢s del empresario ?ngel Fenoll, se encuentra tambi¨¦n su segundo, Javier Bru, concejal electo del PP, en Albatera. Si el asunto sigue adelante, el concejal electo del PP, en Albatera, puede ser el primer imputado de esta s¨¦ptima legislatura popular, circunstancia que, de concretarse, le permitir¨ªa el acceso, con todos los pronunciamientos favorables, al distinguido club de cuantos, experimentados en chanchullos y apa?os, ya solo aspiran a la inmunidad indiscriminada que dispensan algunas de nuestras instituciones, con muy dudosa generosidad. Pero es que la denuncia de la corrupci¨®n no atrapa sufragios, lo que resulta algo m¨¢s que sorprendente y puede que hasta infamante. Pero a estas alturas, eso lo saben ya de sobra los partidos de izquierdas, que han sido triturados por las pinzas del agua y del terrorismo, entre otros recursos de esa estrategia de la reiteraci¨®n que tan h¨¢bilmente viene manejando el PP.
Esos partidos de izquierda andan ahora, entre sofocos y lamentos, pregunt¨¢ndose qu¨¦ vigoroso meteoro los ha tumbado en la cuneta, y mientras analizan tanta complejidad, sus dirigentes ponen los cargos a disposici¨®n de los ¨®rganos correspondientes, Son gentes blindadas de ¨¦tica. A uno de ellos, le preguntaron: ? Y a ahora? "Pues a cruzar otro desierto". Y lo cruzar¨¢.. Pero, a veces, de esa traves¨ªa se sale con un purismo que no es m¨¢s que la posmodernidad del infantilismo. Ojo.
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