La carretera nunca miente
La Guardia Civil analiza huellas, rasgu?os y cualquier resto en la calzada para reconstruir al mil¨ªmetro los accidentes de tr¨¢fico
Hay guardias civiles que, en lugar de poner multas y rellenar atestados, manejan complejas f¨®rmulas matem¨¢ticas y sofisticados programas inform¨¢ticos. Lo suyo es el an¨¢lisis, la investigaci¨®n cient¨ªfica. Su cometido: determinar las causas de los accidentes de tr¨¢fico. Da igual que no haya testigos: la carretera habla, y siempre dice la verdad. Huellas, cristales rotos, manchas de aceite, abolladuras... Cualquier rastro ayuda a los agentes del Equipo de Reconstrucci¨®n de Accidentes de Tr¨¢fico de la Guardia Civil (ERAT) a desentra?ar el misterio. En Espa?a hay dos unidades: la de M¨¦rida, creada en 1998, y la de Madrid, que comenz¨® a operar en 2003. Ambas act¨²an en todo el Estado, pero no investigan cualquier accidente. S¨®lo los m¨¢s complejos o tr¨¢gicos.
A los agentes no les molesta la comparaci¨®n con CSI: casi todos son fans de la serie
De todos los casos en los que han trabajado los especialistas del ERAT, el m¨¢s sonado fue el atropello mortal cometido en Sevilla por el bailaor Juan Manuel Fern¨¢ndez Montoya, Farruquito, el 30 de septiembre de 2003. Los peritos concluyeron que el BMW que conduc¨ªa Farruquito, que no ten¨ªa permiso de conducir, circulaba a 91 kil¨®metros por hora, m¨¢s del doble de la velocidad permitida en la calle donde se produjo el suceso. El informe pericial revel¨® que si hubiera conducido a 40 por hora, habr¨ªa podido detenerse a 27 metros del paso de peatones en el que arroll¨® a la v¨ªctima. Farruquito fue condenado a tres a?os de prisi¨®n.
Pero la reconstrucci¨®n de un accidente no entiende de personajes famosos, ni est¨¢ influida por las cataratas de titulares que pueda generar el suceso. El m¨¦todo de trabajo es el mismo cuando los implicados son personas an¨®nimas. El s¨¢bado 31 de abril de 2007, cuatro personas, entre ellas dos menores de 13 a?os, murieron en un choque en la N-I, a su paso por Quintanavides (Burgos). Uno de los accidentes m¨¢s tr¨¢gicos de la ¨²ltima Semana Santa. Un telefonazo puso en alerta al equipo con sede en Madrid, que envi¨® a tres agentes al lugar de los hechos. "Llegar poco despu¨¦s del siniestro es una ventaja", explica el alf¨¦rez Jos¨¦ Carlos Mu?iz, "porque te permite examinar todos los elementos tal como quedaron tras el accidente". En caso contrario, los agentes echan mano de los atestados, fotograf¨ªas y croquis que les proporciona la Guardia Civil o la Polic¨ªa Local.
Si la visita se posterga, lo primero que hay que comprobar es si el trazado o el asfaltado de la carretera ha sufrido variaciones desde el accidente, porque el estado de la calzada influye en la frenada que suele preceder a una colisi¨®n. Es el punto de partida para calcular a qu¨¦ velocidad circulaba un veh¨ªculo siniestrado, un dato siempre crucial. Pero las indagaciones no terminan ah¨ª. Los agentes comprueban el peralte de la carretera, los desniveles y otras caracter¨ªsticas de la calzada. Registran con un esc¨¢ner las deformaciones del turismo, motocicleta o cami¨®n. Examinan en qu¨¦ posici¨®n exacta quedaron despu¨¦s del impacto. Y graban en v¨ªdeo la escena del accidente, a la misma hora, para hacerse una idea de la luminosidad.
Cuando se han recopilado todos los datos, los agentes los vuelcan en los programas inform¨¢ticos de recreaci¨®n de accidentes. La Guardia Civil maneja dos, el HVE y el PC-Crash. Son los m¨¢s avanzados del mundo, seg¨²n los responsables del ERAT, y permiten simular un siniestro con total precisi¨®n en escenarios de tres dimensiones. Gracias a ellos, reconstruir un accidente es cuesti¨®n de semanas. "Sin la ayuda de la tecnolog¨ªa nos llevar¨ªa a?os", admite el alf¨¦rez.
Estas herramientas hacen posible averiguar c¨®mo se produjo un accidente incluso con errores en el atestado, o cuando los implicados en un choque ofrecen versiones distintas. No es necesario que mientan, "porque puede que un accidentado o testigo crea que dice la verdad, aunque no coincida exactamente con lo que pas¨® en realidad", matiza Mu?iz. "Pero las se?ales que quedan en el asfalto no mienten. La carretera es un libro abierto que aporta pruebas objetivas". Al final, el informe del caso va a parar a manos del juzgado.
Los m¨¦todos de los agentes del ERAT se suelen comparar con los que utilizan los polic¨ªas de la serie televisiva CSI. A los guardias civiles no les molesta: "Todo lo contrario, es un halago". Casi todos los miembros del equipo se confiesan seguidores de CSI, aunque la trama de la serie plantee situaciones "que a veces no se ajustan a la realidad".
Pero estos equipos no se limitan a la reconstrucci¨®n de accidentes. En uno de los ordenadores de la sala, un agente examina las fotos de un turismo rojo. Su propietario neg¨® ante el juez que estuviera implicado en un accidente mortal. Los agentes inspeccionaron el coche, que a simple vista parec¨ªa inmaculado. Ni un rasgu?o, ni una abolladura, ni rastro de reparaciones. Pero las apariencias enga?an. Al desmontar la protecci¨®n delantera, se descubri¨® que el veh¨ªculo hab¨ªa sufrido una reparaci¨®n de tomo y lomo. El due?o ment¨ªa.
El ERAT no suele investigar m¨¢s de dos o tres casos a la vez. Al cabo de un a?o resuelve una treintena. La llegada de puentes festivos, cuando las carreteras y autov¨ªas est¨¢n a rebosar, no trastoca el ritmo de trabajo, "porque los accidentes graves pueden suceder cualquier d¨ªa", recuerda Mu?iz. Para evitarlos, los agentes recomiendan respetar al m¨¢ximo los l¨ªmites de velocidad. Est¨¢n hartos de analizar siniestros que, como el que llev¨® a Farruquito a la c¨¢rcel, nunca habr¨ªan ocurrido si se hubiera levantado el pie del acelerador.
![Un agente escanea un coche siniestrado para analizar el tama?o y la forma de las abolladuras.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/K5B7TOAAGCDROXTNSFL7ZUXQEE.jpg?auth=c793077a8f8d38a2bf69f101ae279ff16976ac95ea39adbeed13c911b6f41418&width=414)
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